La capital alemana es en estos momentos el centro indiscutible del poder político en europa pero, a diferencia de hace 40 años, hoy deciden los alemanes. Al menos así lo cree el veterano periodista y escritor estadounidense Frederick Kempe, que en 'Berlín 1961. El lugar más peligroso del mundo' analiza la construcción del famoso muro.
Si tuviera que elegir un título para escribir un libro que representara el momento actual, Kempe no optaría por 'Atenas 2010' ni 'Madrid 2012', sino 'Berlín 2012', porque en esta ciudad, de nuevo, se están tomando las decisiones políticas pero "no serán los soviéticos ni los americanos quienes decidan, sino los alemanes", ha explicado durante la presentación del libro.
El periodista y escritor, actualmente director del Atlantic Council, fue reportero, columnista y editor durante 25 años en The Wall Street Journal, algunos en la corresponsalía de Berlín. Desde su conocimiento de la realidad europea. Kempe asegura que "los mercados están poniendo a prueba la voluntad política" y "lo mejor que puede hacer Alemania, desde el punto de vista histórico y económico, es salvar la moneda única". Asimismo describe la creación del euro como "el último acto de reconociliación en Europa tras la Guerra Fría".
La Guerra Fría, un periodo desconocido
El autor ha tardado siete años en escribir esta obra de 500 páginas, para lo que ha empleado documentos recientemente desclasificados que documentan algunos de los hechos históricos que llevaron a la construcción del muro de Berlín en agosto de 1961.
Para Kempe, la Guerra Fría fue la auténtica III Guerra Mundial, con consecuencias tan importantes como las dos contiendas bélicas pero, sin embargo, menos conocida. Este periodo y la construcción del muro de Berlín, que condicionó la vida de una generación de europeos, es fundamental para comprender la posterior construcción de la Unión Europea y las tensiones que aún se mantienen en el Viejo Continente.
Pero si hay algo que tienta a un periodista, además de una "buena historia", son unos buenos personajes, ha confesado Kempe, quien hace un profundo análisis de los protagonistas del momento: el presidente estadounidense, J. F. Kennedy, y el de la Unión Soviética, Nikita Jruschov.
Concluye que Kennedy fue brillante pero muy inexperto y siempre creyó que construir el muro era mejor que una guerra. Nunca supo que su homólogo en la Unión Soviética estuvo profundamente condicionado y presionado por los estalinistas dentro de su país.
Pone también un ejemplo actual: "Hoy en día, para conseguir buenos resultados en las relaciones con Irán es preciso conocer su política nacional", compara este especialista, para quien Jruschov fue un reformista errático, que entendió que sin futuro económico el modelo de la Unión Soviética no sobreviviría.