Cultura

'Matronas': partos reales en un homenaje a la profesión más bonita del mundo

Léa Fehner dirige a actores debutantes y profesionales reales en una ficción naturalista que participó en los festivales de Sevilla y Gijón

Es una profesión imprescindible, puede que la más bonita del mundo, y probablemente no recibe ni la atención ni el respeto que merece. Las matronas son una figura sanitaria imprescindible en los primeros minutos de vida, pero también en las primeras semanas y meses, y en los meses, semanas y minutos previos al parto. De su presencia y acción puede depender el bienestar de la madre y el bebé y su correcta alimentación y es, en cualquier caso, una figura determinante en los primeros momentos de la vida de un bebé.

Sin embargo, al menos en España, hay una ausencia de relevo generacional. Según muestra el Informe Crowe de 2022, de la Federación de Española de Asociaciones de Matronas (FAME), en España hay 6,1 matronas por cada 10.000 mujeres entre 14-65 años en el 2020, lo que coloca a España muy por debajo de la media europea, que se sitúa en 9,1, y lo convierte en uno de los cinco países europeos a la cola en el número de matronas por mujeres.

"Ser matrona es estar en los momentos bonitos, pero también en momentos muy duros", le dice una superior a otra matrona y eso exactamente es lo que muestra Matronas, una película dirigida por la francesa Léa Fehner que acaba de llegar a los cines. En ella, se cuenta la difícil incorporación de Louise y Sofía, unas matronas con excelentes notas en la carrera que llegan al hospital dispuestas a poner en práctica todos sus conocimientos en el paritorio. Sin embargo, en esa búsqueda de adrenalina también se toparán con la frustración, con la dura realidad de la falta de medios y con el peso de soportar las consecuencias del mínimo error. 

Fehner dirige y coescribe junto a Catherine Paillé esta película, emocionante y conmovedora, según esta redactora de Vozpópuli, en la que plasma los resultados de su amplia investigación en varios hospitales públicos franceses. Para ello, ha contado con un reparto encabezado por estudiantes del Conservatorio Nacional de Arte Dramático, mezclado con matronas profesionales. Este es el primer acierto de esta película, ya que contar con rostros conocidos podría desviar la atención de la acción y de lo reivindicativa que resulta esta propuesta. 

Matronas muestra el agotamiento de un cuerpo de profesionales que carga con la falta de medios y de personal, pero que se mantiene firme en su puesto y sus obligaciones, sin la posibilidad de pensar en la huelga como una alternativa posible. La vocación y la ilusión afloran en cada parto, pero contrastan la falta de recursos, una fuerza que empuja en dirección opuesta y que limita su capacidad de entrega y mina su resistencia.

Tal y como cuenta la directora en una entrevista, fue madre hace doce años y su hijo sufrió problemas de salud que la obligaron a ella y a su pareja a visitar los hospitales durante años. "No sé si es el resultado de unos cuantos desencuentros desafortunados, de la situación calamitosa de los hospitales hoy en día o de la brutal experiencia de lo inaceptable, pero el hecho es que a menudo hemos sufrido falta de atención, reacciones abusivas, momentos de soledad absoluta, y en varios momentos nos hemos sentido maltratados", señala Fehner en las notas de producción.

'Matronas': ilusión y compromiso

En un momento de la película, un personaje le dice a otro que la Edad Media de las matronas son los 26 años y que cuando uno llega a los 30 ya no aguanta. En palabras de la directora, a pesar de entrañar enormes dificultades, los profesionales son jóvenes, recién graduados que mantienen intacta la ilusión y que son capaces de todo por proteger a quienes son objeto de sus cuidados. Para la investigación previa al filme, las matronas con las que trabajó la directora le abrieron las puertas, deseando contar la realidad precaria que viven, a pesar de tratarse de la profesión más bella del mundo.

Aunque se trata de una ficción, que se presentó en las pasadas ediciones del Festival de Sevilla y el Festival de Gijón, Fehner cuenta que varias familias aceptaron que su parto fuera filmado. "Esperábamos a que las matronas de guardia nos llamaran para reunirnos con ellas en el hospital. Esperábamos desesperadamente esa llamada", cuenta. A continuación, las familias volvían para recrear el nacimiento de sus hijos con los actores, para después mezclar las imágenes en la fase del montaje.

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