Mia Hansen-Løve es una cineasta experta en diseccionar relaciones sentimentales y en esta ocasión, sin perder de vista lo mejor se le da, se ha adentrado en el proceso creativo desde un lugar al que cualquier cinéfilo desearía viajar: Fårö, la isla de Ingmar Bergman, donde el director sueco vivió para encontrar la inspiración. Este enclave del mar Báltico le sirve como lugar sagrado desde el que reflexionar acerca de los mecanismos de la creación artística a través de una pareja de directores que busca allí la inspiración.
La isla de Bergman, título de su nueva película, tuvo su puesta de largo en la 47º edición del Festival de Cannes, en 2021, y se estrena este viernes en los cines. Con motivo de su participación en la 37º edición del festival Cinema Jove, donde fue galardonada con el Premio Luna de València, Mia Hansen-Løve (París, 1981) ha hablado con Vozpópuli sobre su pasión por Bergman, los dilemas con los artistas que decepcionan al público o su relación con las plataformas y su perspectiva del cine en la actualidad.
Pregunta: ¿Qué lugar ocupa Bergman en su cine y en sus pensamientos?
Respuesta: Bergman empezó a ser importante para mí durante mis veintitantos, pero mi admiración por él solo creció y empezó a ser importante cuando se convirtió en una especie de adicción. Algunas de sus películas más famosas, como El séptimo sello (1957), no son las que veo. Por alguna razón, después de su muerte redescubrí sus películas otra vez y desarrollé una relación con su trabajo que fue cada vez más íntima.
P: ¿Cómo surgió el proyecto?
R: Mi primera idea fue hacer una película sobre una pareja de directores, sobre la inspiración y la creación, una idea que tuve durante muchos años pero que estaba en el aire. En un momento dado, después de la muerte de Bergman, empecé a imaginar que este sitio quizás era el lugar donde emplazar historia, donde Bergman había pasado los últimos años de su vida. Era la fuente de imaginación de muchos cinéfilos como yo, y también escuché muchas historias de gente que volvía de aquel sitio. Pensé que era el lugar perfecto para ambientar esta historia. Después volví, me quedé dos semanas, y realmente ahí empecé a escribir el guion.
Deberíamos pasar menos tiempo juzgando la vida privada de los artistas y dedicar más tiempo a tratar de ser mejores personas", destaca la directora
P: La protagonista señala en un momento de la película: "Odio que los artistas que amo no se comporten bien en la vida real". ¿Compartes este dilema?
R: A menudo pienso que no deberíamos conocer a los artistas que admiramos porque a veces la gente real puede ser muy decepcionante cuando las comparas con su trabajo. Realmente, no juzgo la vida de los artistas, amo o no amo su trabajo. Sobre Bergman, le admiro inmensamente aunque quizás no era muy bien padre, pero no ese no es mi asunto. Deberíamos aplicar la moralidad solo a nosotros mismos, pasar menos tiempo juzgando la vida privada de los artistas y dedicar más tiempo a tratar de ser mejores personas.
P: Tu personaje sufre en el momento de escribir. ¿Tú también?
R: A veces pienso que no volveré a escribir una historia. Todo lo que dice este personaje lo he pensado. Escribir esta película, que es una paradoja, fue el proceso de escritura más divertido y pacífico para mí. Es extraño porque es una película que lidia con la inspiración, la creación, los problemas que conlleva y un maestro del cine, me podría haber sentido muy presionada, pero realmente gracias a la magia del lugar y a lo bien que me sentí no fue tan fuerte como parece, y lo disfruté mucho.
P: Al hilo de los comentarios de algunos personajes. ¿Crees que los artistas del pasado están sobrevalorados o los del presente infravalorados?
R: Tenemos que confiar en el tiempo para hacer las elecciones apropiadas. El tiempo es más justo que las tendencias del momento. Creo en el tiempo para hacer las elecciones de los artistas más que las tendencias del momento, así que no creo que los artistas del pasado estén sobrevalorados, y es importante que mantengamos recuerdos de estos artistas especialmente en un momento en el que vivimos solo el presente. Para mí la memoria es algo muy importante de la humanidad, y eso incluye la memoria de los artistas que se han ido.
P: ¿Es más difícil hoy en día, en pandemia, empezar un proyecto cinematográfico?
R: Es difícil creer en el cine de la misma manera que lo hicimos hace diez años. La pandemia solo ha acelerado un proceso que ya estaba en marcha. La escena del cine de autor se está haciendo cada vez más pequeña, el público está perdiendo interés en el cine como algo colectivo, como un espacio donde compartir momentos colectivos. Sigo intentando mantener la llama en mí, pero creo que es más difícil que hace diez años, desde luego.
Los jóvenes tienen problemas para concentrarse en películas de dos horas, están muy acostumbrados a episodios de media o de una hora", lamenta Hansen-Løve
P: ¿Crees en la convivencia entre los cines y las plataformas?
R: No estoy abonada a ninguna plataforma, ni siquiera a Netflix. Estoy muy lejos de este mundo y no estoy muy al tanto de lo que significa, pero lo que veo es que, por ejemplo, los jóvenes y adolescentes no tienen interés en ir a los cines ya, y prefieren ver series en casa. Ha cambiado la relación que tienen los jóvenes con las imágenes en movimiento, en especial la cultura de las series. Por ejemplo, creo que los jóvenes tienen problemas para concentrarse en películas de dos horas, están muy acostumbrados a episodios de media o de una hora. La atención se acorta por el uso de móviles, su capacidad de concentración se acorta y les resulta ver películas largas. No sé si podemos volver a lo que era antes, no sé cómo puede cambiar.
P: ¿Estarías dispuesta a trabajar para un proyecto en una de estas plataformas?
R: No lo creo, pero si quisiera contar una historia larga y la única manera de hacerlo fuera a través de una serie y la única forma de producirla fuera con una plataforma, lo haría, pero intentaría por todos los medios preservar mi libertad. Creo que hay más libertad en el cine que en las plataformas, quizás es un prejuicio que se debe a lo que he escuchado. Hay más dinero en las plataformas pero hay más libertad en el cine de autor.
P: ¿Te molestan las etiquetas sobre tus películas?
R: He aprendido a hacer mis películas al margen de todo. Hay un momento en la promoción en el que tienes que aceptar hablar sobre ellas, pero yo no leo las críticas, y cuando termina la promoción olvidó todo este ruido, cierro la puerta y vuelvo a encerrarme en mí porque de otra manera, si escuchase todo lo que se dice de mis filmes, no podría seguir trabajando.