Al final de su vida, una vez muerto su marido y asentadas las pasiones que era capaz de despertar a su paso, la XIII duquesa de Alba adoptó a una niña de raza negra a la que llamó María de la Luz. La historia ha servido a la escritora Carmen Posadas para escribir La hija de Cayetana (Espasa), una novela que se publicará en septiembre y que forma parte de la apuesta de ficción histórica que ha hecho el sello Espasa para el último trimestre del año.
La duquesa crio a la pequeña María de la Luz como si fuera su propia hija e incluso la nombró heredera de gran parte del patrimonio familiar, no así de los títulos nobiliarios -la duquesa acumulaba un total de 56-. Lo que se sabe de María de la Luz es bastante poco, aunque hay documentación suficiente que acredita el afecto que despertó la pequeña en la Duquesa y el espacio que ocupó en su vida. Hay varios cuadros en los que la Duquesa de Alba aparece retratada con María de la Luz. Algunos de esos retratos los pintó Goya en Sanlúcar de Barrameda.
Aprovechando la anécdota histórica, Carmen Posadas recrea todo el mundo de la corte de Carlos IV, mientras desarrolla en paralelo –y en clave de ficción- los avatares de la madre dela niña, Clara, una esclava cubana que pierde al mismo tiempo al amor y a su pequeña hija. La esclavitud como tema hace las veces de gran tapiz que Posada aprovecha para arrojar luz sobre el trato a los negros esclavos en España a finales del XVIII y comienzos del XIX.
Con esta historia, la escritora uruguaya Carmen Posadas regresa a la novela tras Invitación a un asesinato y El testigo invisible (Planeta, 2012), un libro ambientado en el final del zarismo y la ascención de la Revolución Rusa, y en cuyas páginas la autora se vale de un joven deshollinador real para trazar un tapiz donde intervienen el poder y la lealtad; el amor y las intrigas; la memoria y la muerte. Posadas, quien ganó el Premio Planeta en 1998 con Pequeñas infamias, es autora también de además, de ensayos, guiones de cine y televisión, así como relatos y las novelas ya citadas.