Cultura

HISTORIA

Octubre de 1934: Revolución en Asturias, proclamación del Estado Catalán y desafío socialista a la II República

En la conocida como Revolución de Asturias hubo más de 1.200 muertos

Revolucionarios detenidos por la Guardia Civil en la localidad minera de Brañosera (Palencia).
Revolucionarios detenidos por la Guardia Civil en la localidad minera de Brañosera (Palencia).

“Es cierto, rigurosamente cierto, que la rebelión ha tenido esta vez caracteres de ferocidad que no ha habido nunca en España. Ni siquiera durante la gesta bárbara de los carlistas hubo tanta crueldad, tanto encono y una tan pavorosa falta de sentido humano. Todo cuanto se diga de la bestialidad de algunos episodios es poco. Dentro de cien años, cuando sean conocidos a fondo, se seguirán recordando con horror”. El periodista Manuel Chaves Nogales, escribía desde Asturias este párrafo una semana después de haber sido sofocada la revolución que desafió a la Segunda República. Solo unos días antes, hace justo 90 años, desde el balcón de la Generalitat, el presidente catalán Lluís Companys había declarado "el Estado Catalán de la República Federal Española". Unas horas después, él y todo su gobierno acabó en la cárcel, y la autonomía catalana, recientemente aprobada, terminaría siendo suspendida. En el resto de España se mantenía una huelga general indefinida, convocada por PSOE y UGT, en la que la acción insurreccional fracasó y las fuerzas del orden tomaron el control, salvo en lugares de Asturias, donde la situación había adquirido un tinte revolucionario. Cuando Companys estaba siendo apresado, los milicianos asturianos se habían hecho fuertes, habían ocupado la mayor parte de Oviedo, y durante las siguientes dos semanas se produjo una revolución social con sangrientos enfrentamientos en los que se llegó a emplear bombardeos aéreos por parte de las fuerzas del orden. El detonante de todo ello, la entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA, formación más votada un año antes.

España había votado en 1933, las primeras en las que lo pudieron hacer las mujeres, y los comicios habían dibujado un parlamento con una mayoría del centro derecha. La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), de Gil Robles, fue la fuerza más votada con 115 escaños, seguida del Partido Republicano Radical, de Lerroux, que a muy grandes rasgos podríamos denominar de centro. Las izquierdas decidieron presentarse de forma separada sufriendo un grave retroceso como fruto de un sistema electoral que premiaba enormemente a la formación más votada y prácticamente invisibilizaba a las terceras opciones. El PSOE obtuvo 59, 56 menos que dos años antes; y la Acción Republicana de Manuel Azaña quedó casi en los huesos con solo cinco escaños, 21 menos que en 1931.

La CEDA era una fuerza católica de derechas "accidentalista" en el sentido de que no había declarado su lealtad al nuevo régimen republicano, contando en sus listas con alfonsinos y carlistas, claramente opuestos al régimen nacido el 14 de abril. El propio Gil Robles no dudaba en lanzar mensajes cuanto menos preocupantes: “La democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista de un Estado nuevo. Llegado el momento, el Parlamento o se somete o lo haremos desaparecer”, había declarado el 15 de octubre de 1933. Las movilizaciones de las juventudes de la CEDA, la Juventud de Acción Popular, inspiradas hasta desde un punto de vista estético y simbólico en los movimientos nazi y fascista italiano, servían a Gil Robles para mostrar músculo en la calle. Mientras él iba desarrollando su hoja de ruta: apoyar a Lerroux (diciembre de 1933); gobernar con él (octubre de 1934) y sustituirlo (diciembre de 1935). Durante los primeros meses, la CEDA apoyó a Lerroux, pero pasado el verano del 34, Gil Robles quiso dar un nuevo paso y entrar en el gobierno.

Lluís Companys y su Govern, encarcelados tras la proclamación del Estado catalán en 1934.

Auge de fascismos y radicalización socialista

Este menosprecio al sistema que escuchamos en los discursos de Gil Robles tenía su eco en los partidos de la izquierda obrera que contemplaban las instituciones liberales como “un mero instrumento para lograr el avance social y el bienestar de los trabajadores su gran masa de apoyo. Sin lo último eran como una cáscara vacía. Su concepción de la democracia no se basaba precisamente en parlamentos, sufragios y constituciones, sino en una estructura social que percibieran como intrínsecamente justa. No es que rechazaran lo primero pero solo les parecía útil si permitía o facilitaba alcanzar lo segundo”,  señala Francisco Sánchez Pérez, que analizó el papel de los socialistas en la insurrección en uno de los capítulos de Octubre 1934 (Desperta Ferro), una rigurosa obra en la que una docena de historiadores analizan los acontecimientos de los que ahora se cumplen 90 años. 

En el caso del PSOE, partido más votado en 1931 e impulsor del programa progresista del primer bienio republicano, fue especialmente doloroso el freno y retroceso de su programa legislativo tras las elecciones de 1933. Especialmente hiriente resultaron para Francisco Largo Caballero, ministro de Trabajo responsable de las reformas laborales. 

La obra incide en la importancia del contexto internacional, marcado por el auge de movimientos de derechas, que sirviéndose de las democracias habían terminando conformando regímenes autoritarios o dictaduras. El ejemplo más evidente, también para los contemporáneos, era el de Hitler, que tras acceder al poder legalmente en 1933, había transformado a Alemania en una dictadura en cuestión de meses, con la oposición política como la primera de sus víctimas de sus campos de concentración. Con la izquierda obrera proscrita de la mayor parte de Europa, la radicalización socialista fue un elemento común a nivel continental donde afloraban escisiones a la izquierda de los grandes partidos socialdemócratas, y con las juventudes izquierdistas fascinadas por la URSS de Stalin como un lugar libre de fascismo e invulnerable a las crisis del capitalismo. “La mayoría de la izquierda obrera europea de entreguerras, sobre todo después de 1929, consideraba que el parlamentarismo burgués abría las puertas o conducía a su propia perversión; es decir, el autoritarismo o el fascismo, debido a algún tipo de crisis terminal del capitalismo”, afirma el autor. 

Largo Caballlero, el 'Lenin español' en cuyo espejo se mira Pedro Sánchez
Francisco Largo Caballero, ministro de Trabajo tras la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931

Rebelión socialista

Llegado 1934, los socialistas eligieron rebelarse de forma preventiva para intentar eludir el caso alemán. “La ambivalencia de partida entre una huelga general indefinida de protesta y una insurrección armada para ocupar el poder no se abandonó nunca”, señala Sánchez Pérez. Sin una milicia armada, se necesitaban armas y el apoyo de parte del ejército, gestiones encargadas a Indalecio Prieto y que podemos resumir como un fracaso. 

Cuando comenzó la insurrección el 4 de octubre, apenas había planes ni recursos para emprender otra cosa que la tradicional huelga general. “Carentes los socialistas de una dirección unificada y eficaz incluso en Madrid, donde las ejecutivas de la UGT y el PSOE residían, así como de suficientes armas disponibles, salvo precisamente Asturias donde abundaba la dinamita, pero en cualquier caso escaseaban las municiones, nadie ha sostenido, que yo sepa, que fuera un movimiento armado con un objetivo claro, militar o cualquier otro. Ni siquiera los protagonistas. Tampoco hubo algo que pudiera llamarse una infraestructura militar”

En toda regla era un gravísimo ataque a la legalidad republicana y a un gobierno legítimo elegido libremente en las urnas. El detonante fue claro: la entrada en el gobierno de ministros de la CEDA, que como señala la citada obra, visto en perspectiva la reacción socialista a la “amenaza reaccionaria” o “fascista” parece totalmente desmedida y extremadamente violenta.

Además del fundamental contexto internacional sin el que no se pueden entender los hechos, en cada uno de los escenarios de aquel octubre, existían condicionantes de carácter político y socioeconómico tan particulares que dificultan las interpretaciones homogéneas y explican la diversidad de resultados. Durante aquellos días se produjeron la huelga general con especial aceptación en Madrid y núcleos industriales vascos, promovida por los socialistas y detonante del resto de hechos y en la que el carácter insurreccional apenas tuvo lugar; un desafío institucional por parte de la Generalitat que rompió con el marco constitucional, en el que jugaron especial importancia las dinámicas internas de ERC y el nacionalismo catalán; y una revolución que podría ser descrita como proletaria o comuna en Asturias, lugar con tradición de fuertes enfrentamientos sociolaborales, en el que los insurrectos consiguieron estar mejor armados y único punto en el que se sumaron los sindicatos anarquistas CNT y FAI.

La gravedad del caso asturiano donde intervino el Ejército, capitaneado por Francisco Franco y con experiencia de guerra en Marruecos, no pueden ser extrapolable al resto de España. En Asturias, durante aquellas dos semanas de octubre, los insurrectos asesinaron a varias decenas de civiles, entre ellos 34 eclesiásticos. En total los sucesos dejaron 1.200 muertos y tuvieron rasgos propios de una guerra civil.

No obstante, la consideración de octubre de 1934 como el inicio de la Guerra Civil está totalmente desacreditada desde un punto de vista académico. Esta interpretación, nacida desde el Franquismo como un argumento auto exculpatorio para justificar el golpe de julio de 1936, ha sido retomada en el siglo XXI por parte de la derecha y la ultraderecha política, hasta llegar a ser utilizada en abril de 2023 por Ramón Tamames, el candidato de Vox en la segunda moción de censura que presentó a Pedro Sánchez. Afirmar que la Guerra Civil comenzó en octubre de 1934 es simple y llanamente una vulgar falsedad. El régimen de la Segunda República continuó por la senda institucional a través de la participación democrática. Eso no quiere decir que los sucesos de octubre quedaran encapsulados en aquel otoño y no tuvieran repercusión en los siguientes meses, unos hechos de tal gravedad sin duda fueron un hito del periodo republicano para todos los actores políticos.

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  • V
    vallecas

    He vuelto a caer en la trampa. Me gusta leer, que le vamos a hacer.
    Decir que el levantamiento de Asturias de 1934 era una acción contra Hitler es de "traca". Su indecencia no conoce límites.
    Prometo de una vez por todas, no volver a leer una columna suya.

  • O
    Orencio

    Es posible que la revolución de 1934 no fuese una causa directa de la la guerra civil, pero contribuyó poderosamente a ella. Los militares que actuaron contra los insurgentes en Asturias en defensa de la legalidad republicana, sin duda temían represalias desde el poder sobrevenido con el Frente Popular. O que que les hiciesen lo mismo que le sucedió al general López Ochoa, quien estaba al mando de las tropas que tuvieron que reconquistar la zona subievada en 1934. Cuyo final atroz está descrito con detalle en una fuente tan insospechada como el relato de 'Celia en la Revolución' de Elena Fortún (sí, el que cierra la serie de la niña Celia).

  • J
    Juanmanuelito

    Es curioso e interesante leer el Diario de Sesiones del Congreso en fechas históricas tan señaladas.

    "El Presidente del Consejo de Ministros tiene el honor de dirigirse a los españoles: A la hora presente, la rebeldía, que ha logrado perturbar el orden público, llega a su apogeo. Afortunadamente, la ciudadanía espa­ñola ha sabido sobreponerse a la insensata locura de los mal aconsejados, y el movimiento, que ha tenido graves y dolorosas manifestaciones en pocos lugares del territorio, queda circunscrito, por la actividad y el heroísmo de la fuerza pública, a Asturias y a Cataluña. En Asturias, el Ejército está adueñado de la situación, y en el día de mañana quedará restablecida la normalidad. En Cataluña, el Presidente de la Generalidad, con olvido de todos los deberes que le impone su cargo, su honor y su responsabilidad, se ha permitido proclamar el Estat Catalá. Ante esta situación, el Gobierno de la República ha tomado el acuerdo de proclamar el estado de guerra en todo el país. Al hacerlo público, el Gobierno declara que ha esperado hasta agotar todos los medios que la ley pone en sus manos, sin humillación ni quebrando de su autoridad. En las horas de la paz no escatimó transigencia. Declarado el estado de guerra, aplicará sin debilidad ni crueldad, pero enérgicamente, la ley marcial. Está seguro de que ante la rebeldía social de Asturias y ante la posición antipatriótica de un Gobierno de Cataluña, que se ha declarado faccioso, el alma entera del país entero se levantará, en un arranque de solidaridad nacional, en Cataluña como en Castilla, en Aragón como en Valencia, en Galicia como en Extremadura, y en las Vascongadas, y en Navarra, y en Andalucía, a ponerse al lado del Gobierno para restablecer, con el imperio de la Constitución, del Estatuto y de todas las leyes de la República, la unidad moral y política, que hace de todos los españoles un pueblo libre, de gloriosas tradiciones y glorioso porvenir. Todos los españoles sentirán en el rostro el sonrojo de la locura que han cometido unos cuantos. El Gobierno les pide que no den asilo en su corazón a ningún sentimiento de odio contra pueblo alguno de nuestra Patria. El patriotismo de Cataluña sabrá imponerse allí mismo a la locura separatista y sabrá conservar las libertades que le ha reconocido la República bajo un Gobierno que sea leal a la Constitución. En Madrid, como en todas partes, una exaltación de la ciudadanía nos acompaña. Con ella y bajo el imperio de la ley vamos a seguir la gloriosa historia de España.

  • C
    Caballeria

    Por mucho que se empeñen los socialistas, nunca convencerán que son demócratas, lo demostraron reiteradamente, con lo del "34" se vio claramente, perdieron las elecciones y dieron un golpe de estado, todo lo demás, monsergas, después asesinaron al líder de la oposición y a miles de personas, que no tenían su ideología, quemaron centenares de iglesias y al final paso lo que tenia que pasar, mas de la mitad de los españoles no querían dejarse asesinar por esta gente, en la actualidad están haciendo algo parecido, ocupar todos los resortes del poder, de manera ilegal, para garantizarse la impunidad de sus actos, como paso con el caso de los ERES, ponen a uno de sus comisarios políticos al frente del TC, y anula cualquier condena contra ellos, ya lo dicen, incluso en la prensa europea, Pedro Sánchez se mantiene en el poder, a consta de la democracia española, más claro no se puede decir, y la gente de, de momento aguanta y calla, veremos cuanto dura la paz y la democracia que tenemos, si sigue este personaje al frente del gobierno....

  • J
    jvc.es

    en el partido socialista abundó y abunda la chusma, con honrosas excepciones. harapientos que en beneficio propio se apoyan en las necesidades del pobre como trampolín social.

  • R
    RAFA PEREZ

    Alguien, en su día, dijo: «Éste es el PSOE histórico que tenemos. No es un partido amable y respetuoso con la legalidad constitucional de cada momento histórico, ni con las formas democráticas»
    Es historia contrastada que el triunfo del Alzamiento en 1939 evitó el establecimiento de los soviets en España. Hubiéramos vivido 50 años como Hungría, Bulgaria, Polonia…., hasta caída de la URSS, en 1991.
    Esa era la intención documentada y confesada públicamente por el entonces líder de los golpistas social-comunistas, Largo Caballero. Los mismos socialistas del PSOE que en 1934 ya intentaron el golpe de estado contra la República, disfrazada de huelga general y revolución popular. También estaba Negrín que, además de ser un siervo de Stalin, se veía como el dictador comunista español.
    El 21 de febrero de 1936, Edward Knoblaugh (1904-1976), corresponsal de la agencia de noticias Associated Press (AP) en España, publicó unas incendiarias declaraciones de Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE, secretario general de UGT y convencido bolchevique: «Habrá soviet en España cuando caiga Azaña». Posteriormente, Largo Caballero, estando en la cárcel le dijo: “que su meta era una unión de Repúblicas Ibéricas Soviéticas".
    Largo Caballero, según datos biográficos contrastados, era prosoviético, violento y golpista; sin embargo, actualmente, se sigue homenajeando, gracias a esa ley de memoria democrática que lo considera un héroe. Por cierto, ley que no tiene nada de democrática por ser sectaria, incluso, discriminatoria entre los suyos.
    Esa pretensión "soviética" de la república comunista fue uno de los factores que, en la posguerra y en la "transición", más contribuyó para que los españoles, unos y otros, se fueran acomodándose al "Régimen" y después a la plena democracia. Eso es lo que vivieron en primera persona nuestros padres y abuelos, los de un bando y los del otro, y nos lo contaron así, les horrorizaban los “soviets”.
    Con la Guerra Civil perdimos todos, porque en la guerra nadie gana, resulta vencedor el que reduce pérdidas y en este caso nos libramos del yugo soviético.

  • A
    ANTONIO CRESPO

    Opiniones sobre el fallido intento golpista de protagonistas de izquierdas del momento :

    Indalecio Prieto Tuero, alto dirigente del PSOE, tuvo una participación muy activa en la organización y ejecución de la Revolución de Asturias. Así reconocía en una conferencia pronunciada en México años después, y con toda sinceridad, su culpa por la participación en tan lamentable hecho que desgraciadamente se llevó a la tumba a más de 2.000 españoles.

    "Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en aquel movimiento revolucionario [de octubre de 1934]. Lo declaro, como culpa, como pecado, no como gloria. Estoy exento de responsabilidad en la génesis de aquel movimiento, pero la tengo plena en su preparación y desarrollo. Por mandato de la minoría socialista, hube yo de anunciarlo sin rebozo desde mi escaño del Parlamento. Por indicaciones, hube de trazar en el Teatro Pardiñas, el 3 de febrero de 1934, en una conferencia que organizó la Juventud Socialista, lo que creí que debía ser el programa del movimiento. Y yo –algunos que me están escuchando desde muy cerca, saben a qué me refiero– acepté misiones que rehuyeron otros, porque tras ellas asomaba, no sólo el riesgo de perder la libertad, sino el más doloroso de perder la honra. Sin embargo las asumí". (Indalecio Prieto, Discursos en América. Confesiones y rectificaciones. Editorial Planeta, Barcelona 1991, págs. 112 y 113)
    Por qué este cambio en la política del PSOE?
    La actitud pasiva y reaccionaria de los partidos republicanos para afrontar seriamente la necesaria reforma agraria, los agricultores eran el 46 % de los trabajadores en España de 1932, fue el origen de la desmotivación socialistas por continuar la alianza a los partidos republicanos. El movimiento anarquista, sobre todo en las grandes ciudades condujo al PSOE desde al reformismo a la extrema izquierda. Entonces el presidente de la UGT, Largo Caballero, olvidó en 1934 sus ideas reformistas y abrazó el populismo de masas.
    Largo Caballero intentó atraerse a la CNT; pero la CNT se negó a sumarse a la Alianza Obrera, una especie de Frente Popular. Los anarquistas no se creyeron que después de cincuenta años de complacencia con el poder, de repente se hubieran vuelto revolucionarios.
    Largo Caballero comenzó su radicalización populista. Decidió competir con la CNT organizando las colectividades de la UGT. Obreros del campo en paro, al frente de representantes de la Federación de Obreros Agrícolas de la UGT, se presentaban en las fincas de los oligarcas, y les invitaba a prestar una parte de sus tierras en beneficio de la colectividad obrera. Con los documentos ya escritos, se los presentaban a la firma. Muy pocos se negaron a firmar estos papeles. Estas colectividades proliferaron en Toledo, Ciudad Real, Jaén, Badajoz y Valencia.

    Salvador de Madariaga (“España”, páginas 526-527)
    “El alzamiento de 1934 es imperdonable. La decisión del presidente de la República de llamar al Poder a la CEDA era inatacable y hasta debida desde hacía ya tiempo. El argumento de que el señor Gil Robles intentaba destruir la Constitución para instaurar el fascismo era, a la vez, hipócrita y falso. Hipócrita, porque todo el mundo sabía que los socialistas del señor Largo Caballero estaban arrastrando a los demás a una rebelión contra la Constitución de 1931, sin consideración alguna respecto a lo que se proponía o no se proponía el señor Gil Robles, y, por otra parte , a la vista está que el señor Companys y la Generalidad entera violaron también la Constitución … El argumento era también falso, porque si el señor Gil Robles hubiera tenido intención de destruir la Constitución del 31 por la violencia, ¿Qué mejor ocasión que la que le proporcionaba sus adversarios alzándose contra la misma Constitución en octubre de 1934, precisamente cuando él , desde el Poder, pudo, como reacción, haber proclamado una dictadura? ….. Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad para condenar la rebelión de 1936”.
    No fue la entrada en el Gobierno de los tres miembros de la CEDA la causa que dio lugar a la Revolución. Realmente esto fue el pretexto. Toda la logística y organización estaba preparada desde hacía mucho tiempo.
    Lo que escribió el presidente de gobierno de la II República: Manuel Portela Valladares ("Memorias". Alianza Editorial, Madrid 1988, pág. 138)
    “La Revolución no fue, pues, consecuencia de la crisis política, sino que estaba preparada de antes; y por lo tanto aquellas notas que amenazaban con ella sirvieron de pretexto o de santo y seña para lanzarla. Y no podía ser de otra manera porque sin aquella preparación no se concebiría, de la noche a la mañana, el movimiento revolucionario”.

    Santiago Carrillo, entonces secretario general de la Federación de Juventudes Socialistas, (" Memorias". Editorial Planeta, Barcelona 1994, pág. 97.) “habíamos resuelto que precisamente la entrada de la CEDA sería la señal para desencadenar el movimiento, porque si dábamos tiempo a que ese partido actuase desde el Gobierno haría más difícil, sino imposible, el levantamiento”

    Claudio Sánchez-Albornoz " La revolución de Asturias y el movimiento de Barcelona dieron una estocada a la República que acabó a la postre con ella". (Prólogo al libro de José Tarín-Iglesias, La rebelión de la Generalidad, Plaza & Janés Editores, Barcelona 1988, pág. 12) ; y en otro momento añadió: "La revolución de octubre, lo he dicho y lo he escrito muchas veces, acabó con la República. Ella y la vehementia cordis que Plinio atribuía ya a los españoles." (Claudio Sánchez-Albornoz, Mi testamento histórico-político, Editorial Planeta, Barcelona 1975, pág. 44)

    Para el filósofo y discípulo más destacado de Ortega y Gasset, Julián Marías la Revolución de Octubre fue algo desastroso que sirvió para cargarse la República: "La República murió entonces. Fue la negación de la democracia, el no aceptar el resultado de unas elecciones limpísimas." (Diario La Nueva España, 6 junio 1996, pág. 54).

    Gregorio Marañón escribió: "La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar España." (Gregorio Marañón, Obras completas, tomo IV, Espasa Calpe, Madrid 1968, pág. 378.)

    José Maldonado, presidente de la República en el exilio, la Revolución de Octubre fue un error porque "si en España había una democracia no era legítimo que se preparara una subversión y es un error frente a una República democrática preparar una revolución social, que desde el principio está condenada al fracaso" (Diario La Voz de Asturias, 5 octubre 1984, pág. 30.)

    Y esto no es relato ,son los propios protagonistas los que reflexionan sobre lo que fue EL PREAMBULO DE LA POSTERIOR GUERRA CIVIL. Que un golpista como LARGO CABALLERO sea el faro que guía a un sujeto como el fatuo patán que mora en la Moncloa es un aviso a navegantes.

  • F
    Franz Chubert

    Falsedad, la de las líneas que cierran el artículo.
    Octubre del 34 es cuando el PSOE decide matar a la II República, contraviniendo los resultados de las elecciones del 33, que ganó de calle la CEDA.
    Hay 1500 muertos en 15 días. LA declaración de Companys está perfectamente alineada y pactada con el PSOE, que NUNCA fue un partido socialdemócrata.
    Octubre del 34 es un golpe de estado que comienza de facto la guerra civil, que queda en suspenso hasta julio del 36, cuando, después del pucherazo de febrero, la persecución religiosa y el asesinato del jefe de la oposición A MANOS DEL GOBIERNO, el 30% de los generales del ejército y la oposición de derechas se ven obligados a luchar para no ser aniquilados.

  • J
    Jaime555

    Lo que no saben que hacer con su historia es toda esa colección de historiadores progres que no soportan que les digan que los suyos no eran ni demócratas ni los buenos de la película.

    Como mínimo eran tan antidemócratas como los de enfrente y las bondades y maldades se repartieron aleatoriamente en ambos lados.

    Así es que señores historiadores progres, sus antecesores políticos nos querían llevar a una dictadura estalinista como no se cansaron de decir todos los dirigentes políticos y sindicales de izquierda, empezando por el archivenerado Largo Caballero.

    Y en el 34 la violencia no se expandió por España porque la izquierda no pudo consumarlo, no porque no quiso.

    Como les gusta a estos historiadores poner fechas y parcelar hechos para eludir las responsabilidsades de los suyos, lo del 34 no tuvo nada que ver con lo del 36 y los juicios sumarísimos de despues de la guerra no tuvieron que ver con lo ocurrido durante la guerra y hay que anularlos, pero las condenas a muerte por los tribunales populares o los simples paseillos no se tocan, (ley de memoria democrática) , en fin,.... como diría aquel, "jooo que tropa"

    Luego que no se quejen si les llaman sectarios, vendidos,... hacen exactamente lo mismo que hicieron despues de la guerra pero al revés.

  • S
    sergioabelleira

    A lo mejor hay que puntualizar un par de cosillas:
    1º La predeterminación de un golpe armado está fuera de toda duda. El mismísimo Indalecio Prieto estaba implicado en el intento de desembarco de una importante partida de armas.
    El barco en cuestión era el "Turquesa" y fue interceptado por las fuerzas del orden republicanas.
    2º Esa pretendida deriva fascista que se utiliza como coartada para la insurrección no era tal
    Y tan no lo era que, una vez detenido el golpe y, encarcelados o huidos sus dirigentes, no sólo no se estableció régimen dictatorial alguno sino que esa misma coalición derechista gobernante aceptó la disolución de las Cortes por parte del Presidente Alcalá Zamora a principios de 1936 a las que se pudo presentar el Frente Popular.

    Yo, repito, yo, escuché a Hugh Thomas en unas jornadas que, sin duda, el Golpe del 34 fue el punto de inflexión que terminó desembocando en la Guerra Civil. Y que, en 1954, Indalecio Prieto se había pronunciado en términos de arrepentimiento por todo aquello y por sus terribles consecuencias. Lean lo publicado en tal sentido por El Español el 8 de mayo de 2017, cuyo siguiente fragmento rescato:
    "Desde entonces, Thomas se ha convertido en una referencia y ha dado su opinión sobre los más diversos asuntos cada vez que se le ha pedido. Por ejemplo, sobre las tesis de Pío Moa de que la guerra había comenzado antes del 36: “Lo que dijo sobre la revolución de 1934 es muy interesante y pienso que dijo la verdad. ¡Pero no fue tan original! Él me acusa en su libro, pero yo dije casi lo mismo: la revolución de 1934 inició la guerra civil, y fue culpa de la Izquierda. Existe una conferencia pronunciada por Indalecio Prieto en México diciendo exactamente eso, aceptando su culpabilidad”.
    Supongo que Thomas merece algún respeto como historiador. Aunque, a lo mejor, hoy pertenece a la fachosfera según nuestra casta dominante.

  • D
    Dr. Who

    Fue el prolegómeno de la guerra civil, sin duda. Y el PSOE-UGT en la vanguardia de la subversión. Hoy practican la técnica de la "subvención", pero si se quedan sin ella, darán un golpe político-mediático por ocupación de toda institución con influencia.
    "Pedrosanchez delenda est".