Norman Foster, premio Pritzker 1999, ha indicado hoy a Efe que "ha recibido con mucha tristeza la noticia de la muerte de Óscar Niemeyer", ya que el arquitecto brasileño fue "una inspiración" para él y "para una generación de arquitectos". "Poca gente ha podido estar con sus héroes", ha añadido el arquitecto, que se alegra de "haber tenido la oportunidad de haber estado con él en Río el año pasado".
"Para los arquitectos del Movimiento Moderno (de la Arquitectura), él cuestionó lo aceptado e invirtió la norma de que la forma sigue a la función", ha señalado. "Niemeyer -ha añadido- demostró, en cambio, que, cuando la forma crea belleza, ésta llega a ser funcional y, por tanto, fundamental en la arquitectura". "Cuando el cosmonauta ruso Yuri Gagarin visitó Brasilia, le gustó la experiencia de haber aterrizado en un planeta diferente", ha recordado. Mucha gente, al ver la ciudad de Niemeyer, Brasilia, por primera vez, ha sentido lo mismo", ha resaltado.
Brasilia es "audaz, escultural, llena de color y libre; no se parece a nada hecho anteriormente", ha recordado."Pocos arquitectos de los últimos años han sido capaces de reunir un vocabulario vibrante y estructurarlo con un sentido comunicativo brillante y un lenguaje seductor-tectónico", ha señalado el autor de la Torre Cajamadrid. "Uno no puede contemplar la catedral de Brasilia, por ejemplo, sin haberse ilusionado por su dinamismo formal y su economía a nivel estructural, que genera un sentido casi de ingravidez desde su interior, mientras el recinto parece que se desvanece enteramente en cristal", ha señalado.
"Y, ¿qué arquitecto -ha añadido- puede resistirse a intentar crear las columnas de hormigón estrechas, que parecen estar hechas de hueso y tocan el suelo tan ligeramente como las del Palacio Alvorada?". "Brasilia no ha sido, sencillamente, diseñada: ha sido coreografiada. Cada una de las piezas de las que está compuesta fluyen, como un bailarín que permanece congelado en el momento de absoluto equilibrio", ha indicado el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2010.
Pero Norman Foster ha recalcado que lo que más le gusta del trabajo de Niemeyer es que "incluso el edificio por sí mismo es mucho más que el lugar por el que la gente pasea: es su dimensión pública". Foster (Mánchester, 1935) ha recordado que, cuando era estudiante a principios de los años 60, miraba el trabajo del arquitecto fallecido como "un estímulo, leyendo atentamente los dibujos de cada proyecto". "Cincuenta años después, -ha dicho- su trabajo todavía tiene el poder de sobrecogernos. Su Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (Río de Janeiro) es un ejemplo en ese aspecto. Ubicado en un promontorio rocoso con la forma de una exótica planta, el museo rompe la convención yuxtaponiendo arte con una vista panorámica del puerto de Río (de Janeiro)". "Es como si, en su mente, él hubiera hecho añicos el área convencional de la galería (de ese museo) y nos hubiera retado a ver arte y naturaleza como iguales", ha añadido.
Foster ha contado que ha caminado por las rampas de ese museo en Niterói, que son "como una danza en el espacio: te invitan a ver el edificio desde muchos y diferentes puntos de vista, antes de que entres" en el recinto. Una experiencia que le resultó "absolutamente mágica". El creador del puente Millennium (Londres) ha señalado que durante el encuentro que mantuvo el año pasado con Óscar Niemeyer hablaron "mucho tiempo sobre el trabajo" del brasileño, quien le dio "algunas lecciones valiosas". Foster ha añadido que le parece "absurdo describir a un hombre de 104 años como joven, pero su energía y su creatividad fueron una inspiración".
El arquitecto ha añadido que recibió "su cariño y su gran pasión por la vida y el descubrimiento científico. Niemeyer quería saber del cosmos y del mundo en que vivimos. En palabras de Niemeyer: '¡Nosotros estamos a bordo de un fantástico barco!'". El Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe 2010 ha recordado, también, que Niemeyer le dijo que "la arquitectura es importante, pero que la vida es más importante". "Aunque, al final, su arquitectura es el legado máximo. Como hombre, es eternamente joven. Él nos deja una fuente de deleite e inspiración para muchas generaciones venideras", ha concluido.