Cultura

La primera 'patera aérea' de la historia a la que pidieron la misma pena que para Puigdemont

La plataforma RTVE acaba de estrenar ‘Operación Brooklyn’, una miniserie documental sobre un caso único que fue considerado delito de sedición

  • La Guardia Civil en el aeropuerto de Palma de Mallorca.

Las cámaras de seguridad del aeropuerto de Palma de Mallorca, de la noche del 5 de noviembre de 2021, muestran escenas inéditas en la historia aérea española y posiblemente mundial. Un avión para por una emergencia, se acercan las luces de una ambulancia que se lleva a dos pasajeros y a los pocos minutos otra veintena de personas sale corriendo del avión y desaparece del plano en la inmensidad de las pistas. 

Cualquier español relaciona el sintagma “salto de la valla” con emigración, y lo hace con la frontera sur de España. Pero en 2021, el salto se hizo a la valla de un aeropuerto y desde el interior del mismo. También es casi inevitable poner nombres y caras al delito de sedición, sin embargo la última vez que se aplicó en España no fue a los líderes del procés, sino en este mismo caso, que ahora recrea el documental ‘Operación Brooklyn’, dirigido por Tomás Ocaña y disponible en la plataforma RTVE Play.

Un grupo de jóvenes marroquíes se embarca en un avión de la compañía Air Arabia en Casablanca con destino Turquía. Los chicos se graban videos en el avión celebrando que han pasado el control del aeropuerto, algo que les inquietaba hace unos minutos, según los audios que enviaron a familiares. Poco después, un coma diabético obliga al piloto a aterrizar en Palma y comienza esta turbulenta historia que llevó a una veintena de personas a pasar un año en prisión preventiva.

Invasión de pista y huida

El enfermo sale acompañado con un amigo y montan en una ambulancia que les recoge en las pistas del aeropuerto y pisa el acelerador hasta el hospital más cercano. El comandante de la nave aprovecha para solicitar repostaje de combustible y durante la primera media hora no habrá ningún problema con la tripulación. Sin embargo, algunos de los pasajeros comienzan a impacientarse y a pedir permiso para salir a fumar.

Es noviembre de 2021, la época de las mascarillas obligatorias en los transportes, pero los jóvenes que protagonizan las escenas de los vídeos circulan por el pasillo haciendo caso omiso de la norma sanitaria y riendo: “Qué bonito vídeo”, se escucha en una de las grabaciones. Lo que en un principio parecía rebeldía por la parada de emergencia toma un cariz violento con insultos y empujones a los miembros de la tripulación. “Sabían cómo era el protocolo de actuación, lo tenían muy claro, y lo aprovechan para crear este clima de tensión”, señala Gonzalo Calleja, inspector del cuerpo Nacional de Policía y jefe de la sección de extranjería en Baleares. 

Finalmente, cuando los técnicos de Aena estaban firmando el informe para retomar el vuelo, algunos de estos pasajeros abren la puerta de emergencia y una veintena escapa del avión. Una de las preguntas que surgen es por qué la Guardia Civil no se quedó custodiando el avión. Hasta ese momento, no estaba en el protocolo tal y como señala la delegada del gobierno, Aina Calvo. “Creo que buena parte de los aeropuertos internacionales tomaron nota, esto nos pasó a nosotros pero podía haber pasado a cualquiera”.

Rápidamente se descartó la hipótesis terrorista, y tras inspeccionar todo el equipaje del avión las autoridades comprobaron que se trataba de un plan coordinado. La investigación posterior reveló que un grupo de Facebook, llamado ‘Brooklyn’, detallaba cada uno de los pasos a seguir, con un lenguaje propio de agencia de viajes, desde la compra de los billetes hasta la propia simulación de una dolencia en pleno vuelo que provocaría la parada de emergencia.

En este sentido, la operación salió a la perfección, pero a las pocas semanas, todos salvo tres de ellos fueron capturados. El documental, que se ve como una serie policiaca, es una detalla investigación periodística que recoge las distintas versiones de los encausados en un caso que los abogados defensores consideran que las autoridades españolas quisieron utilizar como ejemplarizante. Las defensas consideran que el Estado reaccionó con la petición de sedición como medida preventiva a futuras intentonas, y señalan la mala imagen internacional causada al evidenciar la fragilidad de la seguridad aérea y de los flujos migratorios en una de las fronteras de la Unión Europea: “Fue un ridículo espantoso a nivel de toda Europa”, señala uno de los letrados, que contrastan con las palabras del inspector de la Policía Nacional: “La investigación ha sido un éxito total por la magnitud de los hechos y por conseguir llegar al fondo del asunto con la celeridad que se hizo”.

“Aquí no hay Puigdemont, esto es un salto de la valla, y lo estamos tratando de una forma que es una exageración jurídico penal en todos los órdenes”, insiste la defensa. “Es un atentado contra la seguridad aérea y de ahí viene el delito de sedición", señala la delegada del gobierno. La suerte acompañó a los encausados cuando la actualidad política se cruzó en su camino y se vieron beneficiados por la supresión del delito de sedición, que les podía haber condenado a una pena de ocho años de prisión. La Fiscalía solicitó la libertad condicional para las 22 personas que llevaban un año en prisión provisional y que ahora tendrán que ser juzgadas por delitor menores por su huida del avión.

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