El endurecimiento de las medidas de confinamiento y la extensión del estado de alarma oscurecen aún las perspectivas del sistema editorial. Los editores europeos, a través de la Federación de Editores Europeos (Federation of European Publishers FEP), han lanzado un llamamiento a las Instituciones Europeas para que adopten medidas que contribuyan a reducir el impacto que la actual crisis va a tener sobre el sector, consecuencias de las que ya dieron cuenta hace dos semanas.
A través de una carta enviada por el presidente de la FEP, Rudy Vanschoonbeek, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a la Comisaria de Cultura Mariya Gabriel, al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y a la presidenta de la Comisión de Cultura, Sabina Verheyen, así como al resto de miembros de la comisión, ha hecho un llamamiento urgente para reclamar la ayuda de Europa al sector del libro.
“El impacto de la actual crisis en la industria cultural no tiene precedentes y es más grave que en otros sectores económicos por una razón muy simple: la cultura se basa en las relaciones sociales en librerías, cines, teatros, museos. Las medidas llevadas a cabo con el fin de limitar la propagación de la epidemia consisten esencialmente en reducir esas relaciones. La industria editorial se ve gravemente afectada por la crisis sanitaria y necesitará una serie de medidas de apoyo para sostener un sector tan próspero capaz de contribuir a la economía y a la sociedad en general”, explican.
Los editores europeos recuerdan que, a pesar de las graves dificultades financieras y logísticas, están apoyando a la sociedad “con muchas iniciativas durante la crisis, como por ejemplo las editoriales comerciales que promueven campañas de "lectura en casa" y apoyan a las librerías o numerosas editoriales educativas que apoyan a los colegios con sus contenidos digitales y plataformas didácticas”, entre otras. Piden una ayuda real y urgente. "Es esencial actuar con rapidez: el efecto de la crisis es inmediato, ya que las fuentes de ingresos y el flujo de caja se han detenido de manera repentina, lo que implica una grave escasez de liquidez para el sector", advierten.
Entre las medidas inmediatas, la Federación Europea de Editores apunta la necesidad de renovar rápidamente el actual instrumento de garantías financieras destinado a los sectores creativos para cubrir las necesidades de liquidez de las empresas de la cadena del libro durante este periodo de crisis. Solicitan incrementar el presupuesto del programa Europa crea al doble de lo que existe actualmente, en línea con lo aprobado por el Parlamento Europeo en la pasada legislatura de la UE. Otra de las medidas solicitada es la aplicación plena y justa de la Directiva sobre los Derechos de Autor. "Es más importante que nunca que no se vean en peligro o comprometidos los objetivos clave de la directiva”.
La pasada semana el sector del libro español, a través de la Asociación de Cámaras del Libro de España, ya expresaron su preocupación por los efectos que esta crisis pueda tener sobre el sector. Consideran que existe un riesgo cierto de que muchas de las empresas que conforman el tejido del sector no puedan superar las dificultades económicas que esta crisis sanitaria están creando.
El cálculo realizado por el sector del libro señalaba que la paralización de la actividad podría suponer la reducción en un tercio de la facturación del sector del libro en España, entorno a mil millones de euros, 800 provenientes del mercado interior y 200 del mercado exterior del libro. No obstante, la prolongación del impacto y la lentitud de la recuperación empiezan a dibujar un escenario todavía más alarmante de pérdida de un 50%.