Entre la belleza y la repulsión, la locura y la fantasía, la admiración y la ignorancia. La banda Sparks, formada por los hermanos Ron y Russell Mael, es un enigma que no se puede resolver en la Wikipedia. Han influido tanto en la música que es imposible enumerar los grupos inspirados o los plagios cometidos -voluntarios o no-. Probablemente, nadie sea consciente de hasta qué punto han sido imprescindibles en la historia del pop, ni siquiera aquellos artistas que llevaron a cuestas su legado casi sin saberlo. Han tocado tantas veces el éxito y otras tantas el fracaso que su trayectoria de medio siglo -de 1971 a la actualidad- es un espejo en el que se puede mirar casi cualquier mortal.
A pesar de todo, su nombre es aún desconocido para algunos despistados. Sin embargo, este 2021 la gran pantalla les ha ofrecido por partida doble la oportunidad de ocupar el lugar que se merecen: presentaron en la pasada edición del Festival de Cannes Annette, su debut como guionistas de cine bajo la batuta del director Leos Carax (Los amantes del Pont Neuf, 1991, Holy Motors, 2012), y este viernes llega a los cines españoles The Sparks Brothers, un documental en el que el cineasta Edgar Wright repasa su trayectoria musical.
Músicos como Beck, Flea (Red Hot Chili Peppers), Thurston Moore (Sonic Youth), Alex Kapranos (Franz Ferdinand), Giorgo Moroder, Vince Clarke (Depeche Mode), Steve Jones (Sex Pistols) o Gillian Gilbert y Stephen Morris (New Order), intérpretes como Jason Schwartzman así como productores y periodistas hablan en este documental sobre aquella banda, una "anomalía" que durante su trayectoria ha publicado 25 discos y alrededor de 500 canciones.
La historia de estos hermanos empieza en California, donde crecieron. Porque, a pesar del aspecto y el sonido británico que destilan, crecieron en el oeste estadounidense, jugaron al fútbol americano y practicaron surf. Crecieron en una familia de clase media y su padre, artista, fue quien les introdujo en la música y en el cine. Acudían todos los sábados con él a ver películas, especialmente del género western. Murió cuando Ron y Russell apenas tenían 11 y 8 años, respectivamente, un duro golpe para aquellos dos niños que se refugiaron en su madre, tal y como ellos mismos señalan en este documental.
Con 16 y 19 años tuvieron la oportunidad de ver a los Beatles en Las Vegas gracias a una madre "enrollada" que les acercó hasta la ciudad más grande del estado de Nevada. Tiempo después, formaron sus primeros grupos, Urban Renewal Project y Halfnelson, pero su espíritu un tanto extraño y alejado de las modas no les permitió tener el éxito que buscaban. Ya como Sparks, y con ayuda de Todd Rundgren, la perspectiva cambió. Viajaron a Reino Unido y allí encontraron el público que nunca hallaron en su país natal. Siempre resultaron "excesivos" y representaban lo que no gustaba en Estados Unidos, así que hacer las maletas fue la mejor idea.
Sparks: "Marc Bolan con Adolf Hitler"
Al otro lado del Atlántico, la canción This Town Ain’t Big Enough For Both Of Us se convirtió en 1974 en el inicio de su idilio con el continente europeo tras una actuación en el programa de la BBC Top of the Pops. Aquel día, John Lennon llamó a Ringo Starr y le dijo: "No vas a creerte lo que estoy viendo en la tele: ¡Marc Bolan está cantando con Adolf Hitler!". El bigote con el que Ron, hermano mayor, imitaba a Chaplin era visto de otra manera en Europa, pero aquel detalle no le preocupó y lo uso como seña de identidad durante mucho tiempo.
Tal y como pone de relieve este documental, Sparks se caracterizaron durante su trayectoria por mirar siempre al futuro, al próximo disco, y eso suponía en la mayoría de las ocasiones traicionar las expectativas de sus seguidores y no asegurarse un éxito. Nunca vivieron de las rentas a pesar de todo, sacrificaron su nombre y su fama y nunca se sometieron a nada ni nadie, ni siquiera a los fans que en el pasado habían invadido el escenario para abrazarse a ellos en sus giras más locas.
Además de abrazar diferentes géneros como el synth pop, la ópera rock o el electro-pop, también cuestionaron la noción de masculinidad antes que nadie
Su carrera musical se convirtió en un constante viaje de ida y vuelta a la popularidad que les llevó a coquetear con varios estilos musicales a lo largo del tiempo. "Siempre fueron fieles. Nunca bajaron el listón ni se vendieron", afirma emocionada una antigua batería de la banda. Pero su contribución no se limitó al terreno musical, puesto que además de abrazar diferentes géneros como el synth pop, la ópera rock o el electro-pop, también cuestionaron la noción de masculinidad antes que nadie, y a pesar de ser heterosexuales, triunfaron entre el público gay casi como nadie lo había conseguido antes.
Este documental, lleno de material de archivo y actuaciones memorables, está a la altura de lo que merece la trayectoria de estos hermanos, que te caen bien desde sus primeras palabras en el documental. Son divertidos, trabajadores, entusiastas, inteligentes, prolíficos, amantes de la rutina y, a pesar de la extravagancia de la que hacen gala, suficientemente terrenales para verse reflejado en ellos. Da la impresión de que la vanidad en la que cayeron otros artistas nunca ha sido uno de sus puntos débiles. "Ningún éxito fue suficiente y ningún fracaso asumible", afirma una de las voces invitadas en esta cinta.
Tal y como se presenta esta cinta, Sparks es "la banda favorita de tu banda favorita" que, además, nunca busco ser lo que otros querían que fueran. Tanta autenticidad parece imposible pero Edgar Wright, con buen ritmo y sin escatimar detalles en sus más de dos horas de duración, explica todos los motivos por los que, lejos de ser estrellas, estos hermanos de California fueron artesanos de la música.
Es un grupo que siembra semillas de las que han nacido otros grupos que ni siquiera lo saben", afirma Beck en este documental
Quizás por eso mismo, incluso en el año en el que han conseguido romper la maldición de su relación con el cine -frustrada anteriormente en los proyectos no natos con Jacques Tati o Tim Burton-, no consigan la admiración que sin duda merecen. "Es un grupo que siembra semillas de las que han nacido otros grupos que ni siquiera lo saben", afirma Beck con la frase que probablemente mejor resume su contribución al mundo de la música.