El Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela se fusionarán en un plazo de un mes aproximadamente, tras la aprobación del Real Decreto que así lo determine, y pasará a llamarse Teatro Nacional de la Ópera y de la Zarzuela, informaron esta tarde a EFE fuentes cercanas al acuerdo.
El proyecto de fusión se ha estado estudiando los últimos seis meses por parte del ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Fundación del Teatro Real y ahora solo está a la espera de lo que se tarde en tramitar un Real Decreto para transferir a la actual Fundación del Real, que también cambiará de nombre, el Teatro de la Zarzuela, según las citadas fuentes.
La absorción responde a la falta de capacidad actual del Real para programar todo lo que desearía, según las mismas fuentes, que insisten en que "no se cierra" ninguno de los dos teatros, sino que se crea una sola entidad, con una sola dirección, pero con dos escenarios.
El Teatro Real, gran centro de referencia de la ópera en España, tiene categoría de Monumento Nacional desde 1977 y su historia comienza en 1817, cuando el rey Fernando VII ordenó la remodelación de la Plaza de Oriente y la construcción de un teatro de la ópera en el mismo solar que ocupaba el popular Teatro de los Caños del Peral.
El Teatro de La Zarzuela, por su parte, abrió sus puertas en 1856 y desde entonces sobre su escenario se ha escrito gran parte de la historia del género lírico español.
A la altura de las grandes instituciones líricas
Unirlos "supone constituir en España una institución lírica de una entidad y dimensión semejante a las grandes instituciones líricas como la Ópera de París, que dispone de Garnier y la Bastilla, por ejemplo", señalan las fuentes.
El objetivo continuará siendo, añaden, "la defensa del género de la zarzuela" y la fusión "hará muchísimo" por su proyección internacional.
La sede actual del Teatro de la Zarzuela (1856), que tiene una capacidad de 1.242 butacas, "seguirá dedicándose a ese género, pero también programará otros espectáculos", de la misma manera que el Real (1818), con capacidad para 1.756 personas, "podrá programar algún título de zarzuela".
"Este acuerdo supondrá que España por fin tenga una institución operística trascendente. Es un acontecimiento histórico", añadieron las mismas fuentes, que indicaron que el próximo lunes está prevista una reunión en el Teatro de la Zarzuela con el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, en la que se le comunicará a los empleados el acuerdo.
Fuentes del ministerio de Educación, Cultura y Deporte han señalado a EFE que el Gobierno está "analizando" la fusión pero que en esta no contempla "en ningún caso" la privatización del primero mediante su absorción por el segundo.
Las mismas fuentes han señalado que de materializarse este proyecto "ningún trabajador de la Zarzuela, ni laboral ni funcionario, perdería un euro o vería sus derechos laborales perjudicados".
Críticas sindicales
El sindicato CC.OO. ha publicado un tuit esta misma tarde en el que aseguran que les han confirmado que Cultura pretende "privatizar el Teatro de la Zarzuela mediante su absorción por el Teatro Real".
Fuentes del ministerio han asegurado a EFE que "ese mensaje" sindical "no se entiende" porque la Fundación del Teatro Real es "del sector público" y, por lo tanto, "ni está encima de la mesa" ese asunto ni es algo que se esté estudiando.
De cerrarse dicha fusión, queda en el aire el futuro de Daniel Bianco como responsable máximo del Teatro de la Zarzuela.
De abuelo asturiano y nacido en Buenos Aires, Bianco inició en 1983 su trayectoria teatral en España en el María Guerrero de Madrid como coordinador artístico primero y director técnico después. Fue este el puesto que ejerció de 2003 a 2007 precisamente en el Teatro Real.
Ya en 2008, de la mano de Emilio Sagi, se convirtió en director artístico adjunto del Teatro Arriaga, donde permaneció hasta su desembarco en el Teatro de la Zarzuela como nuevo director el 1 de noviembre de 2015 tras un concurso público con 26 candidatos.
"No está el teatro para experimentos", dijo entonces Montserrat Iglesias, directora del Instituto Nacional de Artes Escénicas y para la Música (Inaem), quien atribuyó a la "experiencia contrastada" de Bianco su elección, así como a su "capacidad para generar ilusión y a su conocimiento de la gestión de un teatro lírico, del género y del hecho escénico, esto es, que hubiese pisado el escenario".