Los besos nos hacen sentir bien. Hay besos de amor, besos pasionales, de película, otros de amistad, familiares… pero cuando besamos algo se despierta en nosotros que nos genera una sensación de bienestar comparable con pocas cosas. Sabemos que si hablamos de relaciones de pareja, un buen beso no lo sería si no hay química entre las dos personas que se lo dan y en este sentido, la ciencia también tiene muchas cosas que decir.
De hecho, por increíble que pueda parecer, existe una ciencia que estudia los besos. Se llama filematología y los investigadores que se dedican a este menester se encargan de estudiar los significados y el origen de los besos, así como sus técnicas y tipos. Además, estos expertos en besos trabajan en colaboración directa con biólogos, expertos en cultura y lenguas, físicos, médicos y sociólogos.
Esa sensación de bienestar que nos produce cuando alguien que nos gusta nos besa se debe a que las sustancias químicas que contiene la saliva nos ayudan a evaluar a una posible pareja para decidir si es la mejor para nosotros y además, cuando besamos, se reducen los niveles de cortisol (la llamada también hormona del estrés) y aumentan los de la oxitocina (la que actúa sobre los sistemas del cerebro relacionados con el refuerzo positivo, es decir, con el placer). Eso sí, esto solo se produce, como puedes suponer, cuando besas a la persona perfecta.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford afirma que besar nos ayuda a evaluar a las parejas potenciales y, una vez en una relación, puede ser una forma de conseguir una pareja a largo plazo. También se ha descubierto que usamos hasta 146 músculos e intercambiamos 80 millones de bacterias nuevas para besar.
Esa química que se desata cuando besamos, hace que en los hombres aumente la testosterona, que aparece en la saliva masculina, y de manera inconsciente tratan de provocar deseo sexual en la pareja a la que besan. Por eso, la mayoría de los hombres preferirían los besos más húmedos a la hora de ‘detectar’ si su pareja comparte esa química con él.
Según la investigadora y experta en biología del amor Helen Fisher, el beso estimula los tres sistemas cerebrales del ser humano: el del deseo sexual (aquí aparece la testosterona tanto en hombres como en mujeres), el que regula el amor pasional (vinculado a la dopamina) y el que controla el apego (la oxitocina).
Besos y satisfacción sexual
Incluso, una investigación de Sexual and Relationship Therapy evidencia que la frecuencia con la que una pareja se besa sería un buen indicador de la satisfacción sexual y de una relación. Los resultados afirman que la frecuencia de los besos podría considerarse una especie de clima de campana para determinar si el vínculo es fuerte y la calidad sexual es alta. En el estudio, las personas en una relación de más de dos años que besaban a su pareja de manera habitual, aseguraban también tener niveles más elevados de excitación y una mayor satisfacción en las relaciones sexuales. Es más, los besos se asociaron también con una mayor facilidad para llegar al orgasmo.
Tipos de besos
Besar es una herramienta de comunicación muy poderosa y no todos los besos generan las mismas sensaciones ni significan lo mismo. Muchas veces, incluso un beso puede decepcionarnos o nos hace descubrir que esa persona no es para nosotros. Dicen que existen tantos tipos de besos como personas en el planeta Tierra, pero aquí te contamos cuáles son los más habituales (y los hay para todos los gustos):
- Beso en la mejilla. El más habitual y que suele usarse para saludar a alguien en muchas culturas, como la mediterránea. Es un beso que refleja un convencionalismo social y depende del país en el que estés se dará uno, dos o incluso tres para saludar a alguien. También se usa como muestra de cariño en la pareja.
- Beso esquimal. Aquí los labios no llegan a rozarse y son las narices las que entran en contacto. Es un gesto que se cree originario de los esquimales, ya que no se besaban en la boca por miedo a que los labios se pegaran por el frío.
- Beso en la frente. Uno de los más fraternales. A todos nos puede recordar a un beso de tu madre cuando estás malo o a tu abuela cuando eras niño. Significa ternura y protección.
- Pico. Solo se rozan los labios y demuestra atracción física entre dos personas que se conocen poco. También es una forma de saludar a la pareja de manera afectuosa y discreta.
- Beso en el cuello. Denota sensualidad y está reservado para un momento de intimidad con alguien que nos atrae sexualmente. Sin duda, podría considerarse un preliminar para lo que puede llegar después.
- Beso en la oreja. Otro beso erógeno por excelencia y un preliminar de lo más excitante. Las orejas cuentan con gran poder estimulante por lo que este beso es de los más pasionales y afrodisíacos.
- Beso francés. También conocido como beso con lengua. Se asocia a la pasión y es una gran expresión del amor.
- Beso en un labio. Un juego entre dos personas que se gustan que consiste en que uno de los miembros bese de manera pausada solo uno de los dos labios del otro. Es muy sensual.
- Beso con mordisco. Este es más pasional que el anterior, ya que saca el lado más ‘salvaje’ de la pareja. Por supuesto, no hay que hacer daño al otro y son pequeños mordiscos juguetones que hacen aumentar la temperatura.
- Lluvia de besos. Besos cortitos por todo el cuerpo que pueden demostrar desde cariño y amor a sensualidad, dependiendo de las zonas en las que se vayan dando.
- Beso nominal. Este llega después del beso en sí. Dos personas se besan y al terminar uno de los dos roza con los dedos los labios del otro. Es un gesto de deseo y pasión.
- Beso de broche. Uno de los dos aprieta los labios del otro para que el beso dure más tiempo del esperado. Es un juego que puede derivar en algo más sensual.