No existe la pareja perfecta y los altibajos en una relación sentimental pueden ser más habituales y comunes de lo que pensamos. Todos evolucionamos a lo largo del tiempo, vamos cambiando con la edad, las circunstancias personales y la gente que tenemos a nuestro alrededor, por lo que una relación de pareja es también un proceso complejo en el que puede haber diferencias y problemas que, en muchas ocasiones, tienen solución.
La falta de diálogo y comunicación puede ser uno de los principales motivos para que comiencen los problemas entre dos personas, y si se alarga en el tiempo, pueden llevar a un distanciamiento extremo que empeore aún más la situación, llevando incluso a una crisis más importante que puede derivar en una ruptura sentimental.
Un bache se puede superar y hay conflictos que son fáciles de resolver si ambos miembros ponen de su parte y quieren hacerlo.
En circunstancias normales, según el Consejo General de Psicología de España, las parejas ven cómo comienzan los conflictos con cambios importantes en su rutina diaria, como un cambio laboral, una jubilación, una enfermedad, la maternidad o los problemas económicos.
Antes de entrar en una especie de callejón sin salida, lo mejor es acudir a un especialista en terapia de pareja para que nos dé las claves que nos hagan mejorar personalmente y en la vida en común con la otra persona.
Un psicólogo nos escuchará, nos hará sacar todo lo que llevamos dentro y nos invitará a entender qué está pasando en nosotros mismos y en la relación sentimental que no está en su mejor momento.
Lo primero que hay que hacer es identificar dónde está el problema y buscar un objetivo en común. No se trata de tener razón o ganar, ni de quejarse o echarse cosas en cara del pasado, sino de llegar a un punto de acuerdo en el que alcance el entendimiento.
Por eso, te damos algunos pequeños consejos (no todo es tan fácil ya que en estos problemas tienen mucho que ver las emociones y los sentimientos y nada es blanco o negro) para empezar a resolver los conflictos con madurez y sinceridad.
La importancia de la comunicación
Muchas parejas no hablan, no se expresan y no comunican al otro sus preocupaciones y esto termina enquistándose y empeorando la convivencia. Explica a la otra persona tu punto de vista, lo que te gustaría mejorar y asume también tus propios errores. Habla y escucha a la otra persona, haz un esfuerzo por entenderle y por ponerte en su lugar para llegar a un punto de acuerdo en el que los dos os sintáis cómodos y seguros.
Busca el momento adecuado
El segundo consejo para superar un problema es no tener prisa. Nada se resuelve en dos minutos ni en ‘el fragor de la batalla’ o de la discusión. No pretendas solucionar un conflicto justo durante una pelea, porque será casi imposible. Relájate, tómate tu tiempo y cuando ambos estéis más tranquilos, sentaos y hablad de lo que sentís.
Prepárate mentalmente antes de sentarte a dialogar, haz un pequeño ejercicio mental (incluso puedes apuntar lo que te venga a la cabeza en un papel) en el que identifiques cuáles son tus expectativas y qué quieres sacar en claro de esa charla. No hay prisa, si la pareja está unida esperará a que el otro se sienta listo para sacar todo lo que lleva dentro.
Nadie gana ni pierde
Obviamente, cada uno va a tener su punto de vista y en el punto intermedio estará el secreto para resolver el problema. Nadie pierde, nadie gana y no te frustres si en una primera conversación no lográis llegar a un entendimiento, eso solo haría que el enfado o la distancia fueran a más.
Cada persona tiene su manera de ver las cosas y también de ofrecer soluciones y esto depende de muchos factores como la educación que haya recibido en su infancia o las experiencias pasadas que le hayan ido marcando con los años.
Las dos partes siempre tendrán algo que decir y la colaboración mutua es la esencia en la resolución de un conflicto de pareja. No trates de demostrar que tú tienes la razón o que el otro no la tiene, seguro que ambos tenéis argumentos suficientes para llegar a un acuerdo en el que no haya competencia por quedar por encima de la persona a la que amas.
No temas a pedir perdón
Es liberador y te hará sentir mejor. Pedir perdón es una buena forma de iniciar una conversación más compleja. Hay que asumir errores si los has cometido y hacer ver a tu pareja que estás arrepentido de corazón. No vale con insinuarlo, dilo con todas las letras y verbalízalo. Hacer autocrítica no te hace más débil, todo lo contrario, te hará crecer y madurar. Ponerte a la defensiva solo hará que el problema se haga más grande y que la otra persona no empatice contigo. Da argumentos, razona y explica qué es lo que te ha sucedido para reaccionar de una u otra manera.
El lenguaje no verbal
Cuando afrontamos un conflicto, hay que saber elegir bien las palabras que utilizaremos. Elige palabras o frases que aporten en clave positiva, que refuercen el sentimiento de amor que tienes hacia la otra persona y que alimenten la confianza mutua. Un ‘gracias’ o un ‘por favor’ a tiempo es más importante que cualquier frase rebuscada que puedas preparar en tu cabeza.
Y si las palabras son fundamentales, no lo son menos los gestos. El lenguaje no verbal y la expresividad corporal también sirven para mandar mensajes y debe ir de la mano de las palabras. Cuida el contacto visual, mira a los ojos de la persona amada y expresa así también cómo te sientes. Es cierto eso de que una mirada vale más que mil palabras.
Por último, escoge un lugar tranquilo para mantener la conversación, que nadie os moleste ni os interrumpa y sea un sitio privado y ajeno a miradas indiscretas. Apagad los móviles y no tengáis distracciones, es un tiempo solo para vosotros.