Las enfermedades capilares pueden surgir en cualquier momento de la vida y hay que localizarlas a tiempo para encontrar una solución y que el problema no vaya a más. La alopecia es una enfermedad capilar muy frecuente, sobre todo en la población masculina, aunque cada vez hay más mujeres que también la padecen. Pero existen otras enfermedades capilares, con causas múltiples y comunes, que afectan tanto al cuero cabelludo como al cabello.
Algunas de estas enfermedades, en el peor de los casos y si no se sigue un tratamiento adecuado, pueden llegar a derivar en alopecia. Por esta razón es clave, si se nota cualquiera de los síntomas, realizarse un diagnóstico y un seguimiento médico que nos haga tener un buen cuidado capilar. Para corregir, paliar o ralentizar los efectos de estos trastornos -algunos pueden ser caspa o sequedad capilar, las farmacias disponen de un buen número de productos cosméticos y preparados dermatológicos con cuyo uso combinado se pueden obtener resultados altamente satisfactorios.
Causas de algunas enfermedades capilares
Es muy frecuente que se produzca una enfermedad capilar de origen autoinmune. El sistema inmunitario protege al cuerpo contra las enfermedades y las infecciones. Dependiendo de cómo reaccione nuestro sistema inmunitario, nos protegerá más o menos contra un buen número de enfermedades. Pero, si tienes una enfermedad autoinmune, tu sistema inmunitario ataca las células sanas del cuerpo por error y puede afectar a muchas partes del organismo. En este tipo de enfermedades capilares estaría el lupus, el liquen plano o la psoriasis.
En todos los casos, su tratamiento debe ser determinado por un dermatólogo que lleve a cabo un diagnóstico de tu pelo apropiado para cada persona. De esta forma, por lo general, el tratamiento es realizado con cuidados especiales para el cuero cabelludo, como lavarlo regularmente o evitar atarlo con gomas o lazos o usar sombreros con el cabello mojado, además de utilizar champús que reduzcan la inflamación y ayuden a cicatrizar las lesiones, como aquellos a base de antimicóticos o corticoides, entre otros. Por eso es muy importante que acudas a él cuando notes que el pelo se te cae o que tu cuero cabelludo no está como siempre.
Enfermedades capilares más frecuentes
La dermatitis seborreica es una de las más frecuentes. Es una enfermedad inflamatoria y no contagiosa, más habitual en los hombres que en las mujeres, sobre todo en la adolescencia y a partir de los 40 años. Aunque hay veces que puede desarrollarse desde que somos bebés y es probable que nos acompañe toda la vida en forma de brotes.
La aparición de esta enfermedad se suele deber a diferentes causas, desde una actividad excesiva de las glándulas sebáceas o a la presencia de hongos de tipo Malassezia. La dermatitis seborreica puede tener un componente genético o llegar a ser hereditaria. La causa subyacente es una alteración de los queratinocitos que provoca que se acumulen y se desescamen más de lo normal.
“Para controlar los brotes de esta enfermedad, así como para prevenir la alopecia seborreica, existen tratamientos en forma de champús con acción antiséptica local y para el equilibrio de la producción de grasa que si se usan de forma regular y junto con la aplicación de medicamentos antifúngicos y corticoides tópicos pueden llegar a ser muy efectivos”, nos explica el doctor Portinha.
Por otro lado, la tiña del cuero cabelludo es una infección provocada por hongos, que se presenta normalmente en el cabello, al aparecer zonas descamadas y secas, que pueden acabar convirtiéndose en alopecia, y suele provocar picazón. Es una infección contagiosa, y es más común en niños de uno a dos años y en niños en edad escolar. Según el doctor Carlos Portinha, “el tratamiento consiste en antifúngicos orales, para eliminar el hongo que causa la tiña, y en ocasiones pueden ser combinados con champús de sulfuro de selenio que ayudan a evitar que se contagie la infección a otras personas”.
Asimismo, la pediculosis es otra infección, causada por piojos que se alojan principalmente en la nuca y sobre las orejas. Es una infección que se contagia fácilmente de una persona a otra durante el contacto directo, y es muy común en niños, ya que la presencia de piojos es muy frecuente en colegios e institutos. “Es una infección que provoca un gran picor, y el mejor tratamiento para combatirla es mediante la aplicación de lociones de permetrina o dimeticona”, explica el doctor.
También existen enfermedades capilares de carácter autoinmune que también pueden derivar en alopecia. Estas enfermedades son la psoriasis, el lupus eritematoso y el liquen plano pilar. Cabe destacar que estas afecciones no son contagiosas.
La psoriasis, por su parte, se caracteriza por provocar manchas rojas, irritación y escamas que provocan picor y quemazón en cualquier parte del cuerpo. Cuando esta afección afecta al cuero cabelludo puede afectar al folículo piloso, dañándolo y provocando la caída del cabello. Realizarse un diagnóstico lo antes posible y seguir el tratamiento adecuado evitarán que esta pérdida se acelere.
La mejor manera de tratar esta enfermedad es con el uso de tratamientos tópicos y champús, con ingredientes como el ácido salicílico, el alquitrán mineral y el propionato de clobetasol. “Además, se pueden utilizar también retinoides orales, o medicamentos como metotrexato y ciclosporina. Recomendando así la luz pulsada para mejorar los síntomas”, añade el doctor.
Por otro lado, el lupus eritematoso provoca una inflamación cutánea que afecta principalmente a la cara y al cuero cabelludo. “Esta inflamación puede desencadenar en alopecia, ya que afecta a la línea de nacimiento del cabello volviéndolo débil, frágil y quebradizo”, explica el Chief Clinical Officer de Insparya. Al tratarse de una enfermedad autoinmune no tiene cura, sin embargo, se puede controlar con fármacos que regulen el sistema inmunitario y que frenen la inflamación. Los corticoides y el Minoxidil tópico serán de ayuda en la lucha contra la alopecia.
Por último, entre las enfermedades autoinmunes que afectan al cuero cabelludo está el liquen plano pilar. Esta afección consiste en la hinchazón e irritación del cuero cabelludo y puede derivar, también, en alopecia cicatricial, por eso vuelve a ser importante un diagnóstico precoz y ponerse en manos de un equipo médico especializado en salud capilar para que de con el tratamiento adecuado lo antes posible.
