Con el paso de los años, nuestro cuerpo sufre una serie de cambios, tanto físicos como psíquicos. Y sin duda, uno de los que más preocupan tiene que ver con los problemas de memoria. Es inevitable que el envejecimiento afecte al organismo, pero, tal y como señalan los expertos, sí podemos retrasar parte de ese deterioro.
Así, podemos frenar la pérdida de masa muscular y el aumento de grasa relacionado con el envejecimiento gracias al ejercicio físico y a la dieta saludable. Y en cuanto a los problemas de memoria, también podemos actuar. Y es que, además de poner en práctica algunos trucos para mejorarla y mantenerla ágil, se puede prestar atención a algunos hábitos que le afectan negativamente
Así lo asegura el profesor Charan Ranganath, director del Laboratorio de Memoria Dinámica de la Universidad de California (Estados Unidos), y uno de los neurocientíficos más reconocidos en el estudio de la memoria, que señala los cuatro malos hábitos que tenemos la mayoría, y que perjudican la capacidad de nuestro cerebro para recordar cosas.
Los cuatro hábitos comunes que afectan a nuestra memoria con el paso del tiempo
Tanto si has tenido siempre buena memoria, como si desde hace tiempo sufres pequeños lapsus a los que hasta ahora no le has dado importancia, lo cierto es que llega un día en el que te das cuenta de que tu memoria ya no funciona tan bien como antes. Y es que tu cerebro, al igual que el resto del cuerpo, también sufre los estragos del tiempo. Algo que el doctor Charan Ranganath, autor del libro ‘Por qué recordamos: la nueva ciencia de la memoria’ asegura que podemos minimizar.
Según el experto, existen maneras de proteger nuestra memoria. “A corto plazo, busca dormir mejor, aprende a lidiar con el estrés (o intentar reducir las causas que lo provocan) y adopta prácticas de atención plena, las cuales sirven para detectar cuándo te distraes”.
Además, Ranganath señala: “La alimentación puede hacer mucho, la dieta mediterránea ha demostrado tener muy buenos resultados a la hora de favorecer la salud mental”. Y añade: “El ejercicio físico, en particular el aeróbico, es bueno porque aumenta la secreción de sustancias que incremental la plasticidad y mejoran la vasculatura del cerebro”
Tal y como detalla el portal ‘BBC Mundo’, además de seguir estas recomendaciones, el reconocido neurocientífico aconseja cambiar estos hábitos comunes que afectan a nuestra memoria con la edad:
-Dormir mal y no descansar lo suficiente: con el paso de los años, las personas tienden a dormir menos horas. Y si además se le suman los problemas o preocupaciones que afectan a la calidad del sueño, puede que no se descansen las horas necesarias. “Sabemos que el cerebro cuenta con un sistema que drena las toxinas que se acumulan en él, incluida la proteína amiloide, la cual está implicada en la aparición del Alzheimer. Este sistema se pone en marcha durante la noche” señala el experto.
“Si una persona no duerme lo suficiente, la función frontal del cerebro se reduce, lo mismo que su nivel de tolerancia al estrés, y por lo tanto, no es capaz de enfocarse debidamente” apunta Charan Ranganath que añade: “Durante el sueño, la memoria se reactiva y eso a lo que muchos atribuyen el origen de los sueños. Dormir facilita la retención de información que hemos aprendido”.
-Hacer varias cosas a la vez: el ritmo actual de vida nos ha llevado a realizar siempre varias tareas a la vez. Algo que el neurocientífico advierte que puede ser “muy malo” para la memoria. “La corteza prefrontal nos ayuda a centrarnos en lo que necesitamos hacer para alcanzar nuestros objetivos, pero esa maravillosa capacidad se empantana si saltamos continuamente de un objetivo a otro” apunta.
Así, asegura que ponerse a hacer una cosa mientras se está haciendo otra, solo nos lleva a una situación, no recordar lo que se estaba haciendo o escuchando en un primer lugar. Para evitar la multitarea, no solo recomienda terminar una actividad antes de iniciar otra, también evitar aquello que pueda distraernos.
-Caer en la monotonía: según el experto, hay que tener en cuenta que el cerebro humano no está programado para recordar todo. De hecho, es selectivo: “La mayoría de las experiencias que vivimos o de la información a la que hemos estado expuestos será olvidada”.
Según señala Charan Ranganath, solo aquellos aspectos que sean capaces de liberar químicos como la adrenalina, la serotonina, la dopamina o el cortisol, es decir, asociados con miedo, deseo, ira, felicidad u otras emociones, terminarán fijados en nuestras neuronas.
-El exceso de confianza: tal y como señala el profesor Ranganath, “las personas creen que su memoria es muy buena hasta que en algún momento de sus vidas se dan cuenta de que no es así”. Y es que un exceso de confianza puede ser negativo ya que nunca ponemos a nuestro cerebro a prueba. Y sin asumir retos, cada vez trabaja menos. “El aprendizaje más eficaz ocurre en circunstancias en las que nos esforzamos por evocar un recuerdo y luego obtenemos la respuesta que buscamos” apunta.