Las vacaciones han llegado a nuestros hogares. Esta fabulosa época del año que algunos aprovechan para descansar en playas paradisíacas, tomar el sol en la piscina acompañado de un buen libro o por el contrario llevar el smartphone para publicar fotos en nuestros perfiles de redes sociales.
Muy cómodo y apetecible parece este periodo, pero tiene sus riesgos y sobre todo sus incertidumbres querido lector. Una de ellas que ronda en la cabeza de cada ciudadano es la eterna duda de si es preferible una vacación larga o muchas breves.
Si nos dieran a cada de uno de nosotros la posibilidad de responder a esta pregunta, inminentemente, en el acto, la mayoría tendrían una contestación corta y concisa:"¡larga!". Pero, ¿estás realmente seguro de tu respuesta?
Elección ideal
Los especialistas han dado con la clave y coinciden: es mucho mejor tomarse varias vacaciones breves distribuidas en el año que hacer una única pausa larga. La explicación es simple.
Si bien uno en las vacaciones largas y tan ansiadas suele lograr una muy buena recuperación, el efecto no perdura mucho en el tiempo. Es decir, esa satisfacción y relajación que logramos en las vacaciones suele esfumarse muy pronto cuando nos reincorporamos a la vida laboral.
Entonces lo mejor es tomarse unos días libres lo más seguido posible, porque de ese modo reduciremos los lapsos de estrés entre una vacación y la otra. Lo ideal es no colocar toda la motivación en unas vacaciones larguísimas para las que falta casi todo el año de trabajo.