En cuestión de dietética, son muchas las tendencias que vienen y van, pero desde hace unos años, el ayuno intermitente ha ganado popularidad tanto a nivel de salud como método para adelgazar. Con el mismo número de defensores que de detractores, esta técnica, que compagina largos periodos de ayuno con otros de alimentación, tiene muchas versiones conocidas.
Así, mientras la más popular es la 16:8 (ayunar durante 16 horas, que suelen coincidir con las horas de sueño, y ocho en las que se puede comer), existen otras versiones más extremas, como la que propone ayunar el día completo o la conocida como la dieta del guerrero.
Creada originalmente por Ori Hofmekler, antiguo miembro de las Fuerzas Especiales israelíes, y autor del libro publicado en 2007 ‘The Warrior Diet’, la dieta del guerrero ha cobrado interés en los últimos años con el aumento de la popularidad del ayuno intermitente.
La dieta del guerrero se ha convertido en uno de los planes para adelgazar más famosos del momento. Un plan que, tal y como su propio nombre indica, se inspira en los patrones de alimentación de los antiguos guerreros, que se pasaban el día entrenando o combatiendo sin apenas tiempo para comer, y al final del día se alimentaban de manera abundante para recuperar fuerzas en una única ingesta.
Dieta del guerrero, ¿en qué cosiste esta versión del ayuno intermitente?
Aunque ahora en boca de todos, la práctica del ayuno no es algo nuevo. Durante siglos se ha llevado a cabo por motivos religiosos, culturales y de salud, siendo esta última la razón por la que ahora tiene seguidores que defienden los numerosos beneficios que este método ofrece para el organismo.
Beneficios como los relacionados con la presión sanguínea, el azúcar en sangre o la microbiota intestinal, como su ayuda a disminuir la inflamación, a reducir grasa y a adelgazar. Sin embargo, tal y como advierten instituciones como la Universidad de Harvard, puede desencadenar efectos secundarios por lo que recomienda que sea un especialista quien siempre lleve a cabo un seguimiento.
Como decíamos, la dieta del guerrero es una de las versiones más extremas del ayuno intermitente. Así, propone ayunar durante 20 horas seguidas, en las que se permite el consumo de pequeñas porciones de algunos alimentos; y una ‘ventana de alimentación‘ de tan solo cuatro horas, preferiblemente al final del día, en las que también están condicionados los alimentos.
Así, la dieta del guerrero se divide en dos fases: la de subalimentación, en la que se permite consumir líquidos como café o té (sin edulcorar) y alimentos naturales como frutas, verduras y una pequeña porción de proteínas; y la de sobrealimentación, en la que además de los ingredientes frescos antes mencionados, se pueden tomar alimentos ricos en proteínas, como carnes, pescados y legumbres, y carbohidratos, como la quinoa, frutos secos o semillas.
Aunque dentro de estas pautas se permite comer lo que se quiera, la dieta del guerrero recomienda consumir alimentos naturales evitando los procesados.
También hay que decir que existe una variante aún más restrictiva de las pautas de esta dieta que limita la fase de subalimentación tan solo a líquidos.
En el plan original de Ori Hofmekler se proponen sugerencias de ejercicio para realizar mientras se lleva a cabo la dieta del guerrero. Algo que, sumado a la controlada alimentación, esta dieta aumentarían los niveles de energía y la masa muscular, eliminando la grasa corporal.
¿Se puede adelgazar con la dieta del guerrero?
Como es de imaginar, no todos los expertos en nutrición están a favor de la dieta del guerrero. Sin embargo, aunque son muchos los que señalan a este plan para adelgazar como restrictivos, otros ven una interesante manera de alimentarse de manera saludable sin poner en riesgo la salud.
Además, aunque la mayoría reconoce que la dieta del guerrero ayuda a adelgazar, muchos señalan que a la larga, no se puede mantener esa pérdida de peso. Así, advierten de que, una vez recuperados los hábitos de alimentación, puede aparecer el temido efecto rebote.
Por ello, los expertos recomiendan consultar con un especialista antes de llevar a cabo cualquier tipo de plan para adelgazar, incluida la dieta del guerrero. Una consulta con la que recibir toda la información necesaria y que garantice el buen estado de nuestra salud antes de hacer frente a un cambio de alimentación tan drástico.
