Considerado el punto álgido de la relación sexual, el orgasmo es el protagonista de numerosos estudios e investigaciones que tratan de descubrir todos los misterios y resolver todas las dudas que hay sobre él.
En el caso de los orgasmos femeninos, muchas son las conclusiones arrojadas por los expertos en los últimos años. Reveladores datos como los publicados en la revista 'Archives of Sexual Behavior', donde se asegura que las mujeres heterosexuales son el grupo que menos orgasmos alcanza, señalando que solo un 65 por ciento de las veces que mantienen relaciones sexuales llegan al clímax.
Centrándonos en nuestro país, según los datos extraídos del 9º Barómetro de Control titulado ‘Los jóvenes y el sexo’, más de seis de cada diez mujeres españolas reconoce tener dificultades para llegar el orgasmo.
Unos datos que confirman lo complicado que es para muchas mujeres alcanzar el clímax, tal y como anunció la revista científica 'Journal of Sexual Medicine', que concluyó que “cerca del 35 por ciento de las mujeres confesó no haber experimentado nunca un orgasmo”.
Según los expertos, las causas para esta dificultad son variadas, aunque sin duda, una de las más comunes y determinantes es que muchas mujeres desconocen cómo es y cómo funciona su propio cuerpo. Y es que el placer no se consigue para todos de la misma manera.
Tipos de orgasmos femeninos
Según Nayara Malnero, experta psicóloga y sexóloga, este importante porcentaje de mujeres que confiesan estar insatisfechas e incluso preocupadas por no alcanzar fácilmente el orgasmo tiene una explicación: “La mayoría de las mujeres siguen buscando su placer a nivel vaginal con la penetración, cuando está ampliamente demostrado que la vagina tiene pocas terminaciones nerviosas”.
Conocer nuestro cuerpo y los diferentes tipos de orgasmos ayudará, en gran parte, a alcanzar el esperado placer. Aunque existen multitud de clases, e incluso algunas con combinan varios tipos, estos son los más populares:
Orgasmo vaginal
Tal y como señala la terapeuta sexual Chantell Otten: “El orgasmo ocurre en el cerebro, por lo que la vagina no tiene porqué ser lo único en lo que nos centremos”.
Aunque se ha convertido en uno de los más populares, aseguran que son pocas mujeres las que llegan a alcanzar el clímax solo con la estimulación exclusiva de la vagina. En muchos casos, intervienen otras partes del cuerpo, como el clítoris o los pezones, que al ser rozadas o activadas.
Orgasmo por estimulación del punto G
Muchas mujeres reconocen no haber encontrado este punto de placer aún, a pesar de la fama que ha adquirido. Según la teoría, con la que también hay discrepancias, se encuentra, supuestamente, entre cinco y ocho centímetros en el interior de vagina en la pared frontal, entre la abertura vaginal y el cuello del útero.
Tras años de estudios y debates, parece confirmada la existencia del punto G, aunque hay algunos expertos que aseguran que tan solo el 60 por ciento de las mujeres lo tiene.
Orgasmo anal
Tras años considerado un tema tabú, el orgasmos mediante estimulación anal se ha convertido en uno de los mejor considerados. Se puede alcanzar el clímax tanto por penetración como de manera oral.
Orgasmo clitoriano
Según aseguran los expertos, existen cerca de 8 000 terminaciones nerviosas en el clítoris, lo que lo convierten en una de las partes más importantes para el placer. De hecho, gran parte de los orgasmos atribuidos a la penetración vaginal cuentan también con una estimulación, voluntaria o involuntaria, del clítoris.
Cuando el clítoris se excita, actúa de una manera muy simular al pene, hinchándose y volviéndose mucho más sensible.
Para muchas mujeres, este esta es la manera más sencilla de alcanzar el orgasmo, y es sencillo de estimular sola o en pareja.
Orgasmo de pezón
Estimulando el pezón también es posible alcanzar el orgasmo. Tal y como desvela un estudio publicado en 'Journal of Sexual Medicine', la estimulación de los pezones activa la misma región cerebral que cuando se estimula la vagina.
Orgasmo cervical
Este tipo de orgasmo se produce cuando la penetración es profunda y se golpea el cuello uterino. Se puede conseguir con un pene o un vibrador.