Inmersos en el mes de las dietas, muchos somos los que arrancamos el año dispuestos a mejorar nuestra alimentación y estilo de vida sin perder de vista la temida báscula. Tras los excesos navideños, toca recuperar los buenos hábitos y apuntarnos al mejor plan détox posible. Eso sí, aunque aseguran que cada español habrá ganado entre tres y cinco kilos la pasada Navidad, hay casos en los que no todo es cuestión de kilos.
Los expertos señalan que son muchas las personas que miran con frustración cómo la báscula no acompaña a los esfuerzos para hacer desaparecer esos kilitos de más. Y es entonces cuando descubren al ya considerado uno los enemigos silencioso de nuestro organismo, la retención de líquidos.
Según algunas investigaciones, la retención de líquidos puede sumar a nuestro cuerpo en torno a dos kilos, aunque sus evidencias más relevantes son la hinchazón de piernas y tobillos, abdomen inflado y sensación de pesadez.
¿Qué es la retención de líquidos?
Partiendo de la base de que algo más del 60% de nuestro peso corporal es agua, la retención de líquidos se forma cuando existe un desequilibrio entre los líquidos de nuestro cuerpo. Según la Fundación Española del Corazón, esto se produce por “el aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos”.
Sus causas son variadas, dependiendo de cada persona, pero las más comunes son:
- Hidratación insuficiente
- Vida sedentaria
- Cambios hormonales, como la menstruación, el embarazo o la menopausia.
- Problemas circulatorios
- Mala alimentación y con exceso de sodio
- Algunos tratamientos farmacológicos
- Problemas cardiovasculares
- Alteraciones de la tiroides
- Enfermedades hepáticas
Cuando nuestro organismo detecta un nivel bajo de líquidos, activa un mecanismo de defensa para retener todo el líquido posible para mantener el equilibrio. Es entonces cuando se provoca el edema, popularmente conocido como retención de líquidos.
¿Cómo evitar la retención de líquidos?
Aunque en algunos casos es necesario consultar con un médico especialista, descartada cualquier patología, unos sencillos consejos y cambios en nuestro estilo de vida son importantes para evitar la retención de líquidos.
Evitar los alimentos ricos en sal
La sal se ha convertido en el principal enemigo de la retención de líquidos. Un exceso de sal en nuestro organismo le hace retener más agua para disminuir su concentración en el cuerpo. Por ello, es recomendable eliminar de nuestra dieta alimentos con elevadas concentraciones como los embutidos, los quesos, gran parte de las conservas, las patatas fritas, las salsas, los frutos secos…
Beber agua
La falta de hidratación es una de las principales causas que obligan al cuerpo a retener líquido en modo reserva. Por ello, es importante la ingesta diaria de al menos dos litros de agua. Eso sí, los expertos advierten que tampoco es necesario excederse para no retener líquidos por sobrecarga.
Practicar deporte de manera habitual
Además de ser una de las pautas para tener un buen estilo de vida, practicar deporte también nos ayudara a evitar que nuestro cuerpo retenga líquidos. Caminar a buen ritmo cada día, ir al gimnasio o practicar cualquier otro tipo de actividad será el mejor aliado para estimular el flujo de las piernas y activar la circulación.
Si pasas muchas horas sentado, es recomendable levantarse cada hora y hacer algunos ejercicios de estiramiento; si por el contrario, pasas muchas horas de pie, mantener las piernas en alto al final de cada jornada aliviará la hinchazón de tus piernas.
Evitar la ropa ajustada
Aunque para muchos pueda ser un detalle sin importancia, la presión de la ropa en determinadas partes del cuerpo puede obstruir la circulación perjudicando a la expulsión de los líquidos.
Mantener una alimentación sana y variada
Es importante evitar las comidas copiosas cargadas de alimentos grasos y salados. Sin olvidar el consumo de proteínas, las verduras y las frutas deberían ocupar un importante lugar en nuestra dieta diaria. Su aporte de vitaminas y minerales, como el caso del potasio del plátano, nos ayudará a controla la pérdida de líquidos.
Incluye alimentos y plantas con efecto diurético
Alimentos como los espárragos, las alcachofas, el apio o la piña cuentan con un importante poder diurético que nos ayudarán a eliminar el exceso de líquido de nuestro organismo. También podemos recurrir a plantas y hierbas con propiedades diuréticas como el diente de león, la cola de caballo o la ortiga.
