Salud mental

Dependencia emocional: síntomas de que tu relación no es amor ‘del bueno’

La dependencia emocional es la necesidad afectiva de una persona hacia otra para cubrir todas las áreas de la vida y sin esa persona no se hace nada

  • Dependencia emocional: síntomas de que tu relación no es amor ‘del bueno’. -

La dependencia emocional es un término que en los últimos tiempos hemos escuchado mucho en algunos programas de televisión y que muchas veces se utiliza de manera frívola y sin conocer las verdaderas consecuencias que puede tener en la salud mental si no se identifica a tiempo y se pone solución. 

En las relaciones de pareja, la dependencia emocional es una situación en la que se ven perjudicados los dos miembros: el dependiente emocional y el que tiene que sufrir la falta de independencia del otro. Si alguien la padece, notará que solo puede vivir si la otra persona le da su aprobación y está cerca de él en todo momento. La falta de autoestima y de independencia son dos de los factores claves para identificar a alguien así.

La definición en psicología de la dependencia emocional es “la dependencia afectiva o sentimental que consiste en una serie de comportamientos adictivos que se dan en una relación interpersonal donde existe una asimetría en el rol que asume cada persona”. Todos necesitamos afecto, pero cuando esa necesidad es excesiva, se puede llegar a una conducta patológica que supone un problema de salud mental. 

Esta dependencia emocional se produce cuando tu bienestar y tu autoestima, todo lo que eres, depende de otra persona, por lo general de la pareja sentimental. Es algo así como si fueras ‘adicto’ a otra persona y sintieras que sin ella no eres nada, lo que hace que esa persona renuncie a su libertad personal para depender al cien por cien de otra persona, de lo que ella haga o diga. 

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La dependencia emocional es un problema que debe ser tratado por un especialista.Pixabay

“El dependiente emocional pone su relación con la otra persona por encima de todo, incluyendo a sí mismo. Esta persona no desea que nada se interponga en su relación, de forma que va abandonando paulatinamente sus aficiones y actividades diarias, para poder pasar cada vez más tiempo con el otro, hasta que llega a convertirse prácticamente en su sombra”, según explican desde El Prado Psicólogos

Esa dependencia emocional se refleja también en el otro miembro de la pareja, ya que quien la sufre es probable que no deje al otro hacer nuevas amistades, salir o viajar sin él, ya que quiere que toda la atención esté centrada en su persona porque teme perder al otro si no está siempre a su lado.

Cómo es un dependiente emocional

Una persona que siente dependencia emocional suele comportarse con una serie de patrones comunes: 

  • Baja autoestima. Los problemas de autoestima suelen estar presentes en una persona con dependencia emocional. Se suele afear a sí mismo los posibles errores que pueda cometer y se siente inferior al resto, minimizando sus éxitos y haciendo más grande cualquier pequeño fallo que haya cometido. No confía en sus capacidades ni aptitudes, necesita que alguien siempre le diga que lo está haciendo bien.
  • Cierta sumisión. Se idealiza a la otra persona y el dependiente emocional siente que él debe ser quien ‘mande’ en la relación de pareja. Su miedo a perder al otro le hace complacer en todo a esa persona y puede aguantar lo que sea necesario con tal de que esa persona no le deje o le diga que está haciendo algo mal. 
  • No respeta el espacio. Quien tiene dependencia emocional no respeta la libertad del otro ni su espacio para hacer cosas o estar con otra gente sin él. Puede ser muy agobiante y posesivo e incluso le pide al otro que deje de hacer cosas sin él para estar más tiempo juntos. 
  • Siempre quiere gustar. Al tener una autoestima baja, se esfuerza en agradar siempre, aunque tal vez no sienta o piense lo que hace o dice. Necesita que siempre le digan otros que lo está haciendo bien, causar buena impresión y hacer que los otros se sientan bien aunque vaya en su contra. Si no obtiene respuesta del otro, lo interpretará como un rechazo.
  • Miedo a estar solo. Ese temor a quedarse solo o a que la pareja le deje, hace que siempre estén en relaciones fallidas porque solo buscan compañía para no sentirse solos sin importar nada más.
Celos, baja autoestima... Síntomas de la dependencia emocional.

Consecuencias de la dependencia emocional

Sin duda, una de las consecuencias principales de la dependencia emocional es vivir en un continuo bucle de rupturas de pareja. Al sentir una necesidad atroz de estar con esa persona, las rupturas y reconciliaciones son constantes porque cree que no puede ‘vivir sin esa persona’. El miedo a perderla hace que siempre vuelva e incluso ceda en conflictos con los que podría no estar de acuerdo.

Todo esto lleva a una frustración personal que hace que el dependiente emocional esté continuamente insatisfecho con su vida. Aunque esté con la persona que quiere, el miedo a perderla hará que siempre quiera dar más, hacer más y ofrecer más. Ese agobio hacia el otro suele terminar en conflictos y discusiones constantes, porque además es común que surjan celos patológicos al exigir al otro que solo esté por y con él. 

Vivir por otra persona solo hará que esa persona ‘desaparezca’ y reduzca su actividad social a estar siempre con su pareja. Dejará de lado las amistades, las salidas con otras personas y vivirá solo a partir de los gustos y necesidades del otro. Es como si su ‘yo’ quedara difuminado. Si finalmente se produce una ruptura definitiva, quien padece dependencia emocional lo vivirá como un trauma irresoluble que le puede llevar a otros problemas de salud mental.

Cómo superar la dependencia emocional

La dependencia emocional es un problema que debería tratar un psicólogo. Lo primero es reconocer que se es dependiente emocional y empezar rápidamente a ser tratado por un especialista. Lo que hará el psicólogo es llevar al paciente hacia la independencia, a aumentar la confianza en sí mismo y a aprender a solucionar problemas y conflictos de manera autónoma y eficaz. El dependiente emocional debe aprender además a tener su propio pensamiento, a actuar sin importarle lo que los demás piensen y a vivir de manera sana sus relaciones, ya sea con una pareja o en su círculo social más cercano.

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