Perdonar a alguien que nos ha hecho daño no siempre es algo sencillo. El mundo de las emociones es único y complejo y cada persona necesita sus tiempos y lo vive de una manera diferente. E igual sucede cuando se trata de perdonarnos a nosotros mismos cuando hemos cometido un error o hemos asumido una circunstancia que tal vez ha podido perjudicar a alguien o hacerle sentir mal.
“El perdón, que pareciera ser una cuestión religiosa o espiritual, es al fin y al cabo la conciencia que nos ofrece un camino de libertad, que nos ayuda a superar los sentimientos de culpa, rencor o remordimientos. Sobre todo perdonarnos a nosotros mismos y a los demás implica mirar con más profundidad nuestras emociones, entender mejor las perspectivas de otros e incluso reconocer nuestra propia imperfección como seres humanos”, nos explica Laura Tiraboschi, doctora en Psicología.
Practicar el perdón “es un acto filosófico que nos invita a soltar aquello que ya no sirve para permitirnos avanzar en paz y armonía hacia lo desconocido. A través del autoperdón encontramos compasión por nuestro pasado; al perdonar a otros llegamos a experimentar reconciliación, respeto mutuo y amor incondicional. De esta forma podemos sanarnos interiormente para vivir plenamente cada momento presente sin lastres del pasado ni temores sobre el futuro”, añade.
Perdonarse no significa olvidarnos de lo que ha sucedido, sino asumir y reconocer las emociones negativas que nos produce una equivocación pasada y tratar de que no afecte ni a nuestro futuro ni al presente. Perdonarse a uno mismo no es justificarnos por todo, sino aceptar que somos humanos y a veces cometemos errores que dañan a otros incluso aunque nosotros no queramos.
La autocompasión también debería formar parte de nuestra vida y entender que si nos sentimos bien con nosotros mismos, podremos hacer felices también a los que tenemos a nuestro alrededor. Perdonarse a uno mismo no siempre es una tarea sencilla, pero no hacerlo puede hacernos sufrir mucho y se puede quedar enquistado dentro de nosotros para siempre haciendo que no podamos ser plenamente felices.
Por qué perdonarte a ti mismo
Como explica la psicóloga, saber perdonar es una gran herramienta para librarnos del sentimiento de culpa. Pero, ¿cómo funciona en el caso de tener que perdonarnos a nosotros mismos?
-Autocompasión: “Perdonarte a ti mismo implica practicar la autocompasión. Reconoce que eres humano y estás sujeto a cometer errores. En lugar de juzgarte con dureza, te tratas con amabilidad y comprensión, como lo harías con un amigo que está pasando por un momento difícil”, explica la experta.
-Aceptación de la imperfección: El perdón hacia uno mismo implica aceptar que nadie es perfecto y que cometer errores es parte de la experiencia humana. En lugar de aferrarte a la culpa, te permite crecer a través de la experiencia y aprender de tus acciones.
-Aprendizaje y crecimiento: “Al perdonarte a ti mismo, reconoces que los errores pueden ser oportunidades para aprender y crecer. Te comprometes a no repetir esos errores ya tomar decisiones más conscientes en el futuro”, añade.
-Dejar ir el pasado: El perdón hacia uno mismo te permite liberarte del peso del pasado. En lugar de quedarte atascado en la culpa, te enfocas en el presente y en cómo puedes ser una mejor versión de ti mismo en el futuro.
Perdonar al otro
En el caso de saber perdonar a otras personas que tal vez en un momento dado nos han podido hacer daño, sirve como herramienta para lo siguiente:
Empatía: Perdonar a los demás implica practicar la empatía. Intenta entender la perspectiva de la otra persona y las circunstancias que pudieron haber llevado a su acción. Esto puede ayudarte a dejar de culparlos ya liberarte de la carga emocional que llevas.
Liberación emocional: “El acto de perdonar a alguien más libera tus propias emociones negativas. La ira, el resentimiento y la hostilidad están vinculados a la culpa y pueden ser perjudiciales para tu bienestar mental y emocional”, nos dice Laura Tiraboschi.
Pasos para perdonar y perdonarte
Saber perdonarse a uno mismo no es algo sencillo y hay ocasiones en las que cuesta tiempo. Si sientes que no puedes hacerlo solo, siempre recomendamos acudir a un psicólogo que te de las pautas necesarias para perdonar y sentirte en calma contigo mismo. A la hora de perdonarte, deberías tener en cuenta estas fases:
-Acepta la realidad. Reconocer que hemos cometido un error es el primer paso para el autoperdón. Cuando somos honestos con nosotros mismos, seremos capaces de aceptar la realidad y mirar al futuro.
-Asume el hecho. Un adulto debería ser capaz de asumir que se ha equivocado y que lo que hace siempre va a tener unas consecuencias que a veces son negativas para los demás. Si asumes la responsabilidad, podrás afrontar la situación con más tranquilidad. Si has hecho daño a alguien, pídele perdón de corazón y, aunque él quizá no te perdone, tú te sentirás mucho mejor si lo haces de verdad.
-Reconoce cómo te sientes. Entender nuestras emociones y qué nos llevó a actuar de una u otra manera es la mejor forma de perdonarnos. Mira atrás y determina cómo te sentías, si actuaste con emociones positivas o negativas, con rabia, con tristeza, con desidia… Si ves tus emociones, las sabrás reconocer más adelante para no volver a actuar de la misma manera.
-Háblalo. Puede ser con un amigo, un familiar o con un psicólogo, pero hablar sobre algo que nos hace sentir mal nos ayuda a darnos cuenta de que tal vez la solución está más cerca de lo que pensamos. Expresar lo que sentimos nos hace ver con mayor claridad y nos enfoca de una manera más positiva a buscar soluciones a lo que nos pasa.
-No te machaques. No vas a conseguir nada machacándote por lo que pudiste haber hecho o por lo que no debiste hacer. Todos cometemos errores alguna vez y no somos seres perfectos. Permítete sentir y enfrentarte a tus sentimientos mirando hacia el futuro y con una actitud positiva. Cuando sucede algo nos enfocamos en las consecuencias negativas, dejando a un lado lo positivo que podemos sacar. Aprender de los errores nos lleva a valorar más futuras responsabilidades o actos.