La asexualidad, definida como la ausencia de atracción o deseo sexual, a menudo se ha malinterpretado y pasado por alto en las conversaciones comunes. No se trata de represión o falta de oportunidades, sino simplemente de no sentir esa atracción que experimentan otros. Aunque la sexualidad sólo se está empezando a estudiar y comprender, se considera una orientación sexual y no una disfunción sexual.
Conviene entender que en un mundo en el que todo avanza a pasos agigantados, hay otros tipos de sexualidad que siempre hay que respetar desde la libertad de cada individuo. Según los datos de un estudio procedente de la 'USA National Survey of Sexual Health and Behavior' se muestra que los adultos, de 18 a 49 años, han pasado de los 63 encuentros sexuales al año a los 47. Estos datos sugieren sin duda un cambio en las dinámicas sexuales contemporáneas e incluso se ha establecido un Día de la Asexualidad que se celebra el 6 de abril.
En el año 2001, según un estudio de Elena Donate Rodríguez para la Universidad de Comillas, David Jay fundó la Red de Visibilidad y Educación Asexual (AVEN), una plataforma online que surge con el fin de aportar una mayor visibilidad a la asexualidad y un espacio donde las personas asexuales pueden tanto informarse como aportar información sobre sus experiencias.
“Para los miembros de AVEN no implica la ausencia de libido o práctica sexual y lo distinguen claramente del celibato (elección de no mantener relaciones sexuales) y de la anti-sexualidad (creencia de que la sexualidad debe ser evitada). Además de todo lo anterior, esta comunidad entiende la asexualidad como una orientación sexual, en concreto, hacia ningún género (...). La falta de atracción sexual hacia los demás es la definición más comúnmente utilizada para asexualidad, aunque es importante remarcar que esta falta de atracción no impide a las personas asexuales la búsqueda de relaciones afectivas y románticas”, explica Donate.
¿Qué NO es la asexualidad?
En primer lugar, debemos explicar lo que no es la asexualidad para no equivocarnos ni tener un concepto erróneo de este término. “La asexualidad no es una opción de privarse debido a una relación problemática o motivos religiosos. Tampoco está relacionada con la pérdida de libido a causa de la edad o circunstancias, ni el miedo a la intimidad o la dificultad de encontrar pareja. Estos prejuicios afectan negativamente a la hora de entender qué es la asexualidad, ¡así que es momento de dejarlos en el pasado!”, explican los expertos de LELO.
“Dado que la depresión tiende a reducir el deseo sexual, algunos expertos han planteado la posibilidad de una conexión entre la depresión y la asexualidad. Sin embargo, no fue hasta 2013 cuando la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la asexualidad de su lista de trastornos de salud mental. Debemos destacar que, si bien el deseo sexual es relevante en algunos problemas de salud mental, la asexualidad no se considera para nada una enfermedad, ni es patológica. Tampoco está relacionada con problemas hormonales o con desequilibrios químicos”, añaden.
¿Qué es la asexualidad?
Según 'Asexuality Visibility and Education Network', la comunidad asexual en línea más grande del mundo, así como un gran archivo de recursos sobre asexualidad, las personas asexuales son quienes no experimentan una atracción de tipo sexual ni un deseo interno de tener relaciones sexuales con alguien más. Existe la posibilidad que haya personas asexuales que, si bien no presentan el deseo sexual de estar con otra persona, pueden o no tener gestos románticos.
Según explican en la web, “las personas asexuales tienen las mismas necesidades emocionales que todos los demás y son igualmente capaces de entablar relaciones íntimas”. Las personas asexuales pueden enamorarse, sentir excitación y orgasmos, masturbarse o mantener o no relaciones sexuales, y también casarse o tener hijos.
En resumen, “la asexualidad, en este caso, se define como la ausencia de atracción sexual, siendo esto lo que la mayoría de personas asociamos que va de la mano con el enamoramiento. Sin embargo, el deseo de estar cerca de alguien, conocerla más y sentir mariposas en el estómago, es posible, pero sin necesariamente tener el deseo de expresarlo sexualmente”.
Las personas asexuales a menudo “son muy felices y no consideran que la búsqueda de las relaciones sexuales sea crucial para mantener una relación feliz y sana. Sin embargo, esta perspectiva puede desafiar a veces el orden convencional, que sugiere que una parte significativa de nuestra vida debe enfocarse en la búsqueda de encuentros sexuales satisfactorios”, explican.
La perspectiva de las personas asexuales demuestra que “este hecho no es necesariamente cierto, lo que puede resultar desconcertante para las personas que están familiarizadas con esta creencia. Por otro lado, el sentimiento de excitación puede surgir sin el deseo de encontrar una pareja, por lo tanto, sí, algunas personas asexuales se masturban”.
La asexualidad, ¿un concepto contemporáneo?
Actualmente, internet y las redes sociales han tenido un impacto significativo en la visibilidad y aceptación de las identidades sexuales. Las comunidades y plataformas online ofrecen espacios donde las personas pueden conectar, compartir experiencias y mostrar apoyo mutuamente, creando un sentimiento de pertenencia para aquellos que alguna vez se sintieron aislados o incomprendidos.
Además, a medida que nuestra sociedad se vuelve más diversa e inclusiva, se aprecia cada vez más la fluidez y complejidad de la sexualidad humana. “La asexualidad ahora se reconoce como una orientación válida dentro del amplio espectro de la diversidad humana, junto con la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad. A pesar de estos avances, aún sigue habiendo retos”, afirman desde LELO.
Entonces, ¿cómo podemos hacer para apoyar a las personas asexuales? “Debemos informarnos y tomarnos el tiempo para comprender la asexualidad, reconociéndola como una orientación válida, como cualquier otra. Saber que no todos experimentamos la atracción de la misma manera y es importante, evitar hacer suposiciones sobre la orientación de una persona basándonos en estereotipos o ideas preconcebidas”.
En conclusión, “tanto una identidad atemporal como un concepto más actual, la asexualidad merece reconocimiento, respeto y aceptación en todas sus manifestaciones. Trabajemos juntos para construir un mundo en el que todos puedan vivir su autenticidad”, concluyen.