¿Es infidelidad coquetear con alguien? ¿Y hacerlo a través de un mensaje en las redes sociales? ¿Se considera que alguien es infiel si fantasea con otra persona que no sea su pareja en algún momento? Cada relación de pareja es un mundo y cada una tiene sus códigos y sus reglas también a la hora de decidir qué es para ellos y qué no una infidelidad dentro del compromiso que cada uno tenga.
El dolor que pueda producir una infidelidad también depende del ‘contrato’ no escrito que tenga una pareja. Pero lo cierto es que, de manera generalizada, el engaño hiere a la persona a la que le han sido infiel y puede arruinar la confianza o incluso la relación y provocar una ruptura. Existe infidelidad por contacto (en las que hay un contacto o encuentro físico, ya sea sexual o no), infidelidad emocional (tener sentimientos afectivos hacia otra persona, sin que lleve consigo un encuentro físico necesariamente) e incluso digital (mensajes o chats con otra persona que puedan ser más o menos sexuales o emocionales pero en los que no hay un contacto físico).
Según el estudio paneuropeo Infidelidad y evolución de las relaciones no monógamas en España y Europa realizado para la plataforma Gleeden por la consultora Yougov en España, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Italia y Francia, en líneas generales, mantener relaciones sexuales regulares o esporádicas o practicar sexo oral con alguien que no es la pareja actual se considera infidelidad. Pero besar con lengua, coquetear o practicar 'sexting' (enviar mensajes de contenido sexual) con alguien que no es la pareja actual, también lo considera infidelidad más de seis de cada 10 españoles y españolas.
Apenas un 25 por ciento de los encuestados en nuestro país considera como una deslealtad otras opciones, como pensar en alguien conocido al mantener relaciones sexuales con la pareja actual o al masturbarse, o fantasear con tener relaciones con alguien que no es la pareja actual, o pensar en alguien famoso mientras se mantienen relaciones sexuales con la pareja habitual (12 por ciento) o al masturbarse (7 por ciento).
Ellas son menos permisivas en la infidelidad
El estudio concluye también que siempre son más las mujeres las que consideran infidelidad cualquiera de las opciones frente a los hombres, pero, en algunos casos, la diferencia es muy evidente: resulta que solo el 58 por ciento de hombres españoles considera infidelidad besar con lengua a otra persona, frente a un 71 por ciento de las mujeres que sí lo hacen. Además, siete de cada diez mujeres creen que su pareja le sería infiel si chateara con otra persona frente a cinco de cada diez hombres que opinan eso mismo.
Curiosamente, los jóvenes son más conservadores que los más adultos, excepto cuando se habla de mantener relaciones sexuales regulares con una persona que no sea la pareja actual. En aspectos como el sexting, un 74 por ciento de personas de 18 a 24 años lo considera infidelidad frente a un 55 por ciento de los de más de 55 años. En cambio, solo dos de cada diez personas mayores considera infidelidad pensar en alguien a quien se conoce personalmente mientras se tienen relaciones, pero el 42 por ciento de los más jóvenes creen que sí lo es.
¿Perdonarías una infidelidad?
“Después de una ruptura amorosa, y más si ha habido terceras personas, se inicia un periodo de duelo que pasa por siete fases”, nos explica Mariona Gabarra, sexóloga de cabecera de la plataforma. Gabarra añade que “la primera fase es el impacto o shock, seguida por la negación, la tristeza profunda, la culpa, la rabia, la aceptación y, por último, el aprendizaje”. Muchas personas se pueden quedar enquistadas en la rabia y como nos cuenta la sexóloga, “las personas que, pasado un año, no logran salir de esa fase necesitarían ir a terapia para poder dar el siguiente paso y reconstruir su vida”.
Las reacciones a una infidelidad pueden ser muchas y dependen de la relación y de cuál sea el compromiso que se tiene en la pareja. No es lo mismo una infidelidad en una pareja que aún se está conociendo que en un matrimonio, obviamente, y las reacciones que se tienen varían también en ese sentido. ¿Se puede perdonar y olvidar? ¿De verdad podemos seguir adelante y volver a confiar en la otra persona? No todos lo consiguen y puede dar lugar a una ruptura sentimental.
Sin embargo, no toda infidelidad lleva a la ruptura (y sino que se lo digan a Tamara Falcó, que ha perdonado a Íñigo Onieva y se va a casar con él). “Es habitual que al principio haya una reacción de venganza o enfado antes que un perdón”, dice la experta. Según los datos del citado estudio, más de la mitad de los infieles están seguros de que su pareja reaccionaría fatal y no perdonaría nunca una infidelidad. De éstos, el 84 por ciento son hombres (que opinan que su pareja mujer no les perdonaría) y el 16 son mujeres.
Sin embargo, un 16 por ciento de estos infieles, en su mayoría hombres, afirman que no perdonarían nunca que les fueran infieles. Aunque la mitad de ellos y ellas podría llegar a entenderlo, pero no le sentaría bien. “Perdonar una infidelidad es mucho más habitual de lo que pensamos”, afirma Gabarra. “Cuesta mucho dejar una relación y, en el fondo, podemos llegar a entender que la monogamia es complicada, que cualquiera puede ser débil y, en un momento dado, cometer una infidelidad”.
Pero el perdón tiene un problema subyacente. “Sin querer, la persona que perdona está rompiendo un límite, lo que automáticamente la posiciona por debajo de su pareja y hace probable que esa actitud se vuelva a repetir”. Por eso, la única manera de seguir la pareja y que tenga sentido, después del perdón de una infidelidad es “estableciendo nuevos límites o ampliando los existentes, ya sea abriendo la relación a otras personas o advirtiendo que ese límite es inquebrantable y que, la próxima vez que se vuelva a rebasar, se acaba la relación” porque, de hecho “uno de los errores más grandes que hay en las parejas es no poner límites”, concluye Gabarra.
