El insomnio es un problema que afecta a millones de personas y que provoca que al día siguiente nos sintamos cansados y sin ganas de nada. Sonreír es un gesto que hacemos a menudo y en el que seguro que nunca te has parado a pensar para qué ‘sirve’. Esta expresión que suele manifestar un estado de ánimo positivo, alegría o sencillamente gratitud cuenta con muchos beneficios físicos y psicológicos que deberíamos tener en cuenta para tratar de sonreír más y más cada día.
Las expresiones corporales permiten manifestar el estado de ánimo de las personas y, en este sentido, la sonrisa tiene un gran poder comunicativo capaz de reflejar sentimientos positivos como la alegría, la simpatía o la satisfacción. Según el estudio elaborado por Sanitas Dental Radiografía de la sonrisa de los españoles, el 96,3 por ciento de los españoles opina que sonreír tiene beneficios psicológicos; un 95 por ciento cree que es beneficioso para la sociedad y las personas; y un 93 por ciento considera que mejora la salud. Asimismo, casi ocho de cada 10 españoles (78,9 por ciento) le dan mucha (30,2 por ciento) o bastante (48,7 por ciento) importancia a que la gente de su alrededor sonría.
“El cuerpo, mediante la sonrisa, es capaz de segregar hormonas como la dopamina, la endorfina, la oxitocina o la serotonina que estimulan la sensación de bienestar y minimizan la ansiedad o el desánimo. Por otro lado, sonreír también contribuye a disminuir los niveles de adrenalina y cortisol, sustancias que originan el estrés y pueden provocar insomnio, además de mejorar la salud cardiovascular aminorando la presión arterial”, señala el psicólogo Jorge Buenavida.
Adiós al insomnio y al estrés
Alarga la vida. Sí, como lo lees. Existen estudios que demuestran que una sonrisa genuina e intensa y que se repite a lo largo del día se asocia con una vida más larga. Según explican desde Adeslas, “en general, las personas felices parecen disfrutar de una mejor salud y mayor longevidad. La investigación sugiere que la felicidad podría aumentar la esperanza de vida en años, lo que sugiere que mantener un estado de ánimo feliz y positivo puede ser una parte importante de vivir un estilo de vida saludable”.
Aumenta la confianza. “Aquellos que sonríen de manera recurrente son percibidos como seres más sociables y extrovertidos, lo que aumenta la confianza en uno mismo a la hora de establecer nuevas relaciones personales. Sin embargo, las personas que sonríen menos suelen ser percibidas como desafiantes o inquietantes”, dicen desde Sanitas.
Es mucho más fácil sentirnos atraídos por personas con una bonita sonrisa que por otras que mantienen un rictus serio y de enfado constante. Las expresiones faciales más severas o negativas como fruncir el ceño, alejan a las personas de manera efectiva. Alguien que sonríe será más atractivo y hasta le hará parecer más joven, ya que los músculos que usamos para sonreír nos ‘levantan’ la cara, haciendo que una persona parezca más joven. También se interpreta muchas veces como alguien que tiene seguridad en sí mismo y es exitoso.
Tal y como señala Berta Uzquiza, odontóloga de Innovación de Sanitas Dental, “las personas con una mala salud bucodental se muestran más inseguras a la hora de sonreír, incluso llegan a taparse la boca o contenerse, por lo que mantener una buena salud bucodental, cepillándose los dientes tres veces al día, usando hilo dental y colutorio, además de acudir a revisiones periódicas, es imprescindible”.
Combate sentimientos negativos. La sonrisa es idónea para afrontar un bajo estado de ánimo debido al incremento de serotonina y dopamina. Cuando nos sentimos de bajón o algo tristes, que alguien nos saque una sonrisa puede ser casi terapéutico y nos ayuda a cambiar nuestro estado de ánimo. El acto físico de sonreír activa rutas en el cerebro que influyen en el estado emocional, lo que significa que al adoptar una expresión facial feliz, podemos ‘engañar’ a la mente para que entre en una etapa de felicidad.
Una simple sonrisa puede desencadenar la liberación de neuropéptidos que mejoran la comunicación neuronal, así como neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que pueden mejorar nuestro estado de ánimo.
Rebaja el estrés. Cuando vivimos una situación estresante, todo nuestro cuerpo y nuestros músculos tienden a volverse más rígidos, incluidos los de nuestro rostro. Si sonreímos en un momento de este tipo, esa sonrisa (aunque quizá no tengamos ganas y sea algo forzada) no solo nos ayudará a vernos con ‘mejor cara’ sino que aliviará esa contracción que produce y por lo tanto el estrés como tal. Por supuesto, hablamos de situaciones puntuales y no de problemas graves de estrés o ansiedad en los que siempre es recomendable acudir a un especialista que nos ayuda a solucionarlo.
Combate el insomnio. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10 y un 15% sufre de insomnio crónico. El estrés está relacionado con una peor calidad del sueño, por lo que sonreír frecuentemente rebaja los niveles tanto de adrenalina como de cortisol (elementos causantes de esta sensación), facilitando así la conciliación del sueño y apartando los problemas de insomnio que tanto pueden afectar luego a nuestra concentración y energía durante la jornada.
Refuerza el sistema inmunológico. En estos tiempos en los que los virus están más activos que nunca con la gripe y el covid activos en estos meses, debemos cuidar al máximo nuestro sistema inmunológico. Por supuesto que es fundamental llevar una vida saludable con una alimentación equilibrada e incluir el ejercicio físico en nuestra rutina diaria, pero también sonreír puede ser un plus que ayuda a mejorar el estado físico general. Parece que cada vez que sonreímos la función inmunológica mejora porque estamos más relajados, gracias a la liberación de ciertos neurotransmisores.
Calma el dolor. Las betaendorfinas y la serotonina que se liberan al sonreír actúan como tranquilizantes o analgésicos naturales, los cuales permiten limitar la sensación de daño y nos hacen sentir mejor. Relajan nuestro cuerpo y músculos y nos llevan a un estado más placentero.
¡Sonreír es gratis… y contagioso! Si te dijeran que con una sonrisa puedes sentirte mejor y alejar pensamientos negativos aunque sea durante un rato, seguro que sonreirás mucho más a lo largo del día. Además de ser un gesto que no cuesta nada, debemos saber que podemos hacer sentir mejor a los demás, ya que el cerebro detecta e interpreta automáticamente las expresiones faciales de otras personas y, a veces, incluso puede imitarlas. Eso quiere decir que ver sonreír a otra persona puede generar de manera inconsciente una sonrisa en nosotros mismos… y viceversa.