La primera sesión de control al Govern con Salvador Illa como 'president' ha evidenciado de nuevo la voluntad del Ejecutivo socialista de complacer a ERC. El presidente del grupo parlamentario de los republicanos, Josep María Jové, ha prescindido de circunloquios y ha exigido que Illa le detalle los "pasos concretos" que ha dado para materializar la "soberanía fiscal" —a la que también se ha referido como "concierto", término que los socialistas evitan—. El 'president' ha insistido, como en su discurso de investidura y el primer debate de política general, en que cumplirá "minuciosamente" no solo con el acuerdo con Esquerra, sino también con su calendario. Y para materializarlo, le ha prometido "multiplicar por cuatro" los recursos de la Agencia Tributaria catalana. Una medida con la que Cataluña, asegura IIla, no busca "privilegios sino justicia".
El neoconvergente Albert Batet, en cambio, se han centrado en poner en solfa a Illa por sus gestos recientes con la monarquía española —reprochándole haber viajado en helicóptero con Felipe VI— así como por haber votado en "41 ocasiones" junto a PP y Vox en el debate de política general. Por el contrario, ha subrayado las deficiencias en "problemas reales" como el mal funcionamiento de Rodalies. Y ha sintetizado: "Menos helicóptero y más Rodalies".
La respuesta de Illa ha sido aseverar que la "credibilidad del Gobierno la darán los hechos, no los prejuicios", recordando su voluntad de "prestigiar las instituciones" en beneficio de Cataluña. En cuanto las "coincidencias" en votaciones junto a la "derecha", el 'president' ha considerado "temeraria" la critica de Junts tras "lo que se le ha escuchado recientemente a algunos de sus diputados" —en alusión a una posible moción de censura a Sánchez que Borràs no descartó ayer, si bien luego se desdijo—.
De su parte, el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha exigido explicaciones al presidente socialista por haber votado la "expulsión de la policía nacional de Vía Laietana" —una comisaria situada en la picota por el secesionismo debido a su pasado franquista, pero resignificada por el constitucionalismo durante las manifestaciones de octubre 2017—. Illa ha mantenido que Fernández está confundido al respecto, afirmando que "no se expulsa a nadie", sino que es una "resignificación" en recuerdo de las victimas "maltratadas y torturadas" por la dictadura.
Unos argumentos que han sido tildados por el líder 'popular' como un "insulto a la inteligencia". A su juicio, detrás de la conversión de la Jefatura de Policía en un "espacio de memoria" se esconde un chantaje "puro y duro" de los separatistas, que se basan en argumentos "injustos e inmorales". "Los policías de hoy no pueden ser señalados por las tropelías del pasado", ha manifestado, indicándole a Illa que de "nada servirán los gestos cosméticos" con las instituciones si luego practica "humillaciones" como ésta.