Si usted imagina a los escarabajos como seres adorables y pacíficos es porque no ha conocido los suficientes. Algunas especies han desarrollado mecanismos defensivos como sustancias malolientes, pero el escarabajo bombardero, de la familia Carabidae, ha llevado su defensa al extremo. Su nombre proviene de la capacidad de esta criatura para desatar una respuesta química en su abdomen que incluye una explosión química, el lanzamiento de humo y la eyección de una sustancia irritante a unos 100º C de temperatura, lo que deja completamente desarmados, cuando no malheridos, a sus posibles atacantes.
Aunque los mecanismos generales por los que se produce esta reacción eran conocidos, el equipo de Wendy Moore, de la Universidad de Arizona, ha conseguido observar por primera vez de forma directa lo que ocurre en el interior del abdomen de estos escarabajos, utilizando equipos de rayos X y con la ayuda de físicos especializados en la búsqueda de nuevas partículas. Para el experimento, que se publica en la revista Science, se utilizaron 500 escarabajos de la especie Brachinus elongatulus y se consiguieron grabar una treintena de descargas de 14 individuos. Los animales debían ser manipulados con pinzas robóticas para evitar la radiación y el proceso era tan delicado que en algunas ocasiones que los propios rayos X desataban la respuesta química en forma de explosión.
Los científicos consiguieron grabar una treintena de descargas de 14 individuos mediante rayos X.
Las imágenes obtenidas por los investigadores, a 2.000 fotogramas por segundo, muestran un fenómeno inesperado. Pese a lo que se consideraba hasta ahora, que la respuesta se desataba por la contracción de los músculos del escarabajo, lo que vieron Moore y su equipo fue que se trata de una reacción puramente química, inducida por la acción de una serie de enzimas y su propagación por diferentes cavidades del abdomen. En concreto, los científicos observaron cómo determinadas moléculas entran en una cavidad, se mezclan con determinadas enzimas y se produce una liberación explosiva de oxígeno, vapor de agua y calor que produce la conocida reacción del escarabajo. La reacción se propaga por distintas cavidades y produce pequeñas interrupciones de la reacción, lo que le da ese aspecto de ametralladora fuera de control.
La explosión no se desata por la acción muscular sino que es puramente química.
"Resulta que la expansión de la membrana de la cámara de reacción actúa como una especie de mecanismo de cierre pasivo, algo que no se había descrito ni previsto hasta ahora", apunta Moore. "También hemos descubierto que la anatomía de estas cámaras varía entre los escarabajos macho y las hembras". Todas estas características permiten al escarabajo bombardero expulsar una gran cantidad de líquido en forma de espray y rociar el objetivo elegido con violencia y precisión. Como explica Moore, "esto es verdaderamente uno de los más destacados y elegantes mecanismos de defensa documentados hasta la fecha".
Referencia: Mechanistic origins of bombardier beetle (Brachinini) explosion-induced defensive spray pulsation (Science) DOI: 10.1126/science.1261166