Imagine un pollito que sale de su cascarón, sin experiencia sensorial del mundo, y está debajo de un árbol. Delante de él, los dos primeros estímulos visuales de su vida: una hoja que cae desde lo alto y una ardilla que trepa por el árbol. ¿Hacia dónde dirigirá su atención?
El trabajo que publica la investigadora Elisabetta Versace y su equipo en la revista Biology Letters muestra, mediante experimentos, que estos animales prefieren los estímulos que van hacia arriba, y se mueven contra la gravedad, a los que caen, presumiblemente porque esto solo lo suelen hacer otros seres vivos.
Desde el nacimiento, los animales pueden usar sus preferencias espontáneas (predisposiciones que no se aprenden) para decidir a qué estímulos atender y acercarse. Investigaciones anteriores han demostrado cómo los bebés y los pollitos recién nacidos, sin experiencia previa con animales, se sienten atraídos espontáneamente por el movimiento de los organismos vivos.
Estos nuevos hallazgos demuestran cómo el movimiento contra la gravedad puede ser particularmente bueno para atraer nuestra atención, ya que solo los seres vivos pueden moverse constantemente hacia arriba contra la gravedad. Según los autores, esta investigación es una contribución importante a nuestra comprensión de los modelos cognitivos internos de comportamiento y actividad en las primeras etapas de la vida.
Pollitos que prefieren lo vivo
"Encontramos que las personas y otros animales son objetos extremadamente atractivos a los que prestar atención, tan pronto como vemos caminar a un perro o trepar a un lagarto, toda nuestra atención está puesta en ellos”, asegura Elisabetta Versace. "Se ha descubierto que incluso los bebés y los pollitos recién nacidos, sin experiencia previa con animales, se sienten atraídos espontáneamente por el movimiento de los organismos vivos: mostramos cómo una señal muy simple, como el movimiento hacia arriba, puede activar nuestra atención".
Estos nuevos hallazgos demuestran cómo el movimiento contra la gravedad puede ser particularmente bueno para atraer nuestra atención
La investigación se propuso probar si el movimiento ascendente contra la gravedad es atractivo al nacer antes de cualquier experiencia visual previa en el mundo.
Los investigadores probaron las preferencias espontáneas de los pollitos recién nacidos, en su primera experiencia con estímulos visuales, utilizando inteligencia artificial para rastrear automáticamente el movimiento de los animales. Utilizaron estímulos similares a los utilizados para probar las expectativas humanas sobre la gravedad en el laboratorio.
Descubrieron que cuando se les daba a elegir entre un círculo que se movía hacia arriba o hacia abajo en las pantallas de las computadoras, los pollitos recién nacidos se acercaban espontáneamente a los estímulos que se movían hacia arriba. Antes de estos experimentos, se pensaba que la configuración de múltiples "articulaciones" de un animal en movimiento disparaba la atención hacia los seres vivos. Los hallazgos experimentales mostraron que un solo punto en movimiento puede dar la característica interesante de un objeto vivo.
Facilitar el aprendizaje
“Hay estudios tanto en niños como en pollitos que demuestran que identificamos los seres vivos por la forma en la que se mueven”, explica a Vozpópuli Antonio José Osuna Mascaró, doctor en Biología y experto en comportamiento animal. “Movimientos de objetos autropropulsados, que cambian de velocidad, que se mueven de acuerdo a una estructura con partes delantera y trasera, etc son características que identifican a los organismos vivos y los distinguen de aquellos no-vivos y que también se mueven”. A su juicio, con este estudio añadimos a estas características un sesgo más en el caso de los pollitos, ese movimiento vertical ascendente.
“Los estudios con pollitos recién nacidos han permitido revelar cómo los animales venimos al mundo con algunas preferencias y predisposiciones asombrosas a aprender cosas muy concretas”, señala. “Este mecanismo puede haber permitido que algunas preferencias o conceptos lleguen a ser tan fáciles de desarrollar que prácticamente no requieran de aprendizaje, en ese momento es cuando las identificamos como instintivas”.
Los hallazgos demuestran el conocimiento predispuesto con el que nacen los animales vertebrados y que se puede utilizar para evaluar las habilidades espontáneas que ya están disponibles al nacer. Los investigadores consideran que este es un paso crucial para comprender cómo la sensibilidad a las características simples y de bajo nivel puede ayudar a dar forma a nuestras actividades desde las etapas iniciales de la vida. Esto también es importante para comprender los modelos cognitivos internos que guían nuestro comportamiento en la Tierra, bajo la gravedad terrestre y en la gravedad no terrestre.
Referencia: A spontaneous gravity prior: newborn chicks prefer stimuli that move against gravity (Biology Letters) DOI 10.6084/m9.figshare.c.6404202.v1