En el laboratorio de Mel Slater, en la Universidad de Barcelona, trabajan con realidad virtual. Su equipo lleva años investigando cómo reacciona nuestro cerebro cuando se ve inmerso en las más diversas situaciones. Y, pese a lo que pudiera parecer, le cuesta muy poco caer en el engaño. Cuando ven tu propio cuerpo en un escenario recreado en 3D, las personas son capaces de modificar su conducta, asimilar que son de otra raza, de otro sexo e incluso creer que sus brazos o piernas se pueden estirar sin límite.
Los voluntarios asisten a una matanza en una galería de arte y afrontan un dilema moral.
El último experimento, liderado por el investigador Doron Friedman, ha llevado las cosas un poco más allá. Su trabajo ha consistido en situar a los voluntarios en un escenario traumático y dar a algunos de ellos la posibilidad de viajar en el tiempo para intentar arreglar la situación. En concreto, los 32 voluntarios se adentraron en un escenario virtual que era una gran galería de arte. Tras adaptarse al entorno, aprendieron a manejar el ascensor del museo y tras subir a una serie de visitantes a la segunda planta, suben a un individuo que saca un arma de fuego y asesina a sangre fría a 5 personas.
A los 32 participantes se les permitió repetir al prueba, pero solo a la mitad se les dijo que estaban viajando al pasado para cambiar sus decisiones. Y en este caso, se enfrentaban con un dilema moral clásico, enmarcado por primera vez dentro de una ilusión de viaje en el tiempo: debían decidir entre no hacer nada y que los cinco volvieran a morir o sacrificar a uno y salvar la vida de los cinco. Los demás, tendían a limitarse a presionar el botón de alarma que no slavaba ninguna vida).
Los resultados, publicados en la revista Frontiers of Psychology, muestran que la mayoría de los sujetos optaron por intervenir y cambiar el pasado. Como se aprecia en el siguiente vídeo [imprescindible para entender el experimento], hubo tres estrategias principales entre los jugadores.
https://youtube.com/watch?v=g6gj7D3wsiU%3Frel%3D0
La primera estrategia consistía en intentar evitar que los cinco visitantes usaran el ascensor, de modo que el asesino sube arriba y mata solo a dos personas. La segunda estrategia consistió en intentar evitar que el asesino cogiera el ascensor: el sujeto sube a los cinco y cuando el asesino llega al museo mata solo a un visitante de la primera planta. La última, y más inteligente, consistía en dejar al asesino atrapado entre dos plantas y evitar así que matara a nadie.
Lo interesante del trabajo es que los otros 16 participantes se sometieron a la misma situación (repetían tres veces la prueba) sin que les dijeran que estaban volviendo al pasado. Aquellas personas que sabían que estaban viajando en el tiempo se sentían más culpables por lo sucedido y eran más propensas a adoptar comportamientos utilitarios como sacrificar una vida para salvar cinco.
"Por ahora esto es lo más aproximado a una máquina del tiempo", asegura el investigador.
"La realidad virtual de este tipo es muy visceral", asegura Friedman a la BBC. "La gente se esconde detrás de las mesas cuando les disparan. Algunos de los sujetos se tiran al suelo. Es lo mejor que podemos hacer hasta que los físicos hagan su trabajo y desarrollen una máquina del tiempo", bromea. "Por ahora esto es lo más aproximado".
¿Para qué puede servir una investigación de este tipo? Los científicos creen que estas inmersiones en realidad virtual pueden tener en el futuro aplicaciones en psicología, como ayudar a personas que han pasado una experiencia traumática a resolver sus conflictos y aceptar los errores del pasado.
Referencia: A method for generating an illusion of backwards time travel using immersive virtual reality - an exploratory study (Frontiers of Psychology)
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