Durante mucho tiempo, el disfraz de Superman en la vida real se ha considerado uno de los peores camuflajes de la historia de los personajes de ficción. ¿Cómo puede pasar desapercibido el superhéroe solo con cambiar de vestimenta y ponerse unas gafas? Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de York ha demostrado que pequeños cambios en la apariencia de una persona, como llevar gafas, pueden dificultar la identificación facial y que quizá no es tan disparatada la estrategia, siempre que la emplee entre desconocidos.
“La gente suele equivocarse al emparejar caras con distintas poses o apariencias”
Para el experimento, el equipo de Robin Kramer, del departamento de Psicología de la Universidad de York, mostró a los participantes un número de caras en distintas poses “naturales”, similares a las que se ven en Facebook u otras redes sociales, y les pedían que decidieron si cada par de imágenes mostraba a la misma persona o no. Las imágenes se mostraban en tres categorías – pares de caras con gafas, imágenes donde nadie llevaba gafas, o donde sólo una imagen llevaba gafas.
La conclusión del estudio, publicado en la revista Applied Cognitive Psychology, es que en los casos donde ambas caras, o ninguna de ellas, llevaban gafas, la precisión estaba en torno al 80%. Sin embargo, cuando sólo una de las dos caras llevaba gafas, bajaba aproximadamente un 6%, un descenso significativo estadísticamente.
“La cuestión de si los habitantes de Metrópolis podrían ser engañados por el simple disfraz de Superman ha estado ahí desde que aparecieron los cómics, pero se convierte en algo serio cuando se aplica a casos de seguridad en la vida real”, asegura Kramer. “Cuando un guardia de seguridad comprueba la foto de un pasaporte con la cara de la persona que tiene en frente, no tienen la ventaja de estar familiarizados con esa cara, como Lois con Superman/Clark Kent. Esto es algo que queríamos investigar con más detalle, porque sabemos por estudios previos que la gente suele equivocarse al emparejar caras con distintas poses o apariencias cuando la persona no les es familiar”.
"También sabemos”, continúa, “que es más fácil emparejar fotos de pasaporte cuando las expresiones faciales y las poses son iguales. Aquí hemos investigado el emparejamiento de caras desconocidas, mostrando a los participantes dos rostros con y sin gafas, y les preguntábamos si las imágenes pertenecían a la misma persona o a dos distintas”.
Esta investigación podría contribuir a políticas futuras sobre identificación mediante fotos
Los resultados sugieren que normalmente nos es difícil emparejar caras de personas desconocidas y con imágenes que no controlamos, pero los resultados son mucho peores cuando una de las dos caras lleva gafas. La doctora Kay Ritichie, coautora del estudio y perteneciente también al Departamento de Psicología de la Universidad de York, añade: “El términos reales, las gafas no evitarían que Lois reconociera que Clark es de hecho Superman porque le conoce. Para los que no le conocen, sin embargo, la tarea es mucho más difícil, y nuestros resultados muestran que las gafas sí interfieren en nuestra habilidad para reconocer a la misma persona desconocida en distintas fotos”.
Esta investigación podría contribuir a políticas futuras sobre identificación mediante fotos, como las del carnet de conducir o los pasaportes, donde un individuo tiene que coincidir con su imagen por razones de seguridad. “Esperamos que esta investigación puedan aprovecharla las autoridades para ayudar, sobre todo en el Reino unido, donde los individuos que llevan gafas suelen tener que quitárselas para sus tarjetas de identificación”, concluye Ritichie.
Referencia: Disguising Superman: How glasses affect unfamiliar face matching (Applied Cognitive Psychology)