Si usted busca “ratopín rasurado” en internet encontrará casi más noticias que con el nombre correcto de la especie a la que se refiere el término, que es “rata topo desnuda” o “rata topo lampiña” (Heterocephalus glaber), un animal extraordinario por muchos motivos. Este roedor de vida subterránea ha sido objeto de interés para la ciencia desde su descubrimiento allá por 1842, cuando el naturalista alemán Eduard Rüppell pensó, por su aspecto, que era un ejemplar enfermo antes de darse cuenta de que era una nueva especie.
Al llegar el siglo XX, los estudios sobre su genética y metabolismo hicieron saltar las sorpresas: no solo es el único mamífero que se organiza en colonias jerárquicas con una reina como las abejas o las hormigas (eusocial), sino que tiene una longevidad fuera de lo común y es capaz de mantener a raya el cáncer. La última gran noticia se publicó hace apenas unos días: las hembras de esta especie de roedores son capaces de mantener la fertilidad a lo largo de toda su vida, un hecho sin parangón en la naturaleza y con aplicaciones prometedoras para la salud humana.
Y, una vez más, los titulares de muchos medios de prestigio, incluida la televisión pública, hablaron con insistencia del “ratopín rasurado” para referirse al animal.
Un término sin sentido
“Lo de ratopín me parece de chiste y lo de rasurado ya ni te cuento”, explica a Next un zoólogo de prestigio que prefiere permanecer en el anonimato. Porque, a poco que se analice la expresión, se aprecia su inconsistencia.
En primer lugar, no existe nada parecido a ‘ratopín’ en el mundo animal, es una palabra que no aparece en ningún trabajo científico ni está presente en la literatura sobre animales. En segundo lugar, el verbo “rasurar”, definido por la RAE como “afeitar”, implica acción. Es decir, al aludir a que está “afeitado” parece que en algún momento ha tenido pelo y, o bien se lo ha cortado él, o bien se lo han cortado otros, un claro sinsentido.
Al explorar el origen del término, con claras reminiscencias de Latinoamérica, descubrimos que todo apunta en una misma dirección. Las referencias en línea más antiguas al término “ratopín rasurado” aparecen relacionadas con una serie de animación de Disney Channel titulada “Kim Possible”, estrenada en 2002 en EE.UU. y en la que una rata topo desnuda llamada Rufus era uno de los protagonistas. ¿Es posible que todo se deba a que los dobladores de la serie adaptaron el término porque era demasiado largo? No puede ser.
El nacimiento de un ratopín
Pues sí. Catherine González fue la traductora de la serie en su versión para México y recuerda perfectamente el momento en que se creó la expresión “ratopín rasurado”. “Este término se inventó, no existe”, revela a Next. “En 2003 cuando empezó esta serie se creó para el personaje, por cuestiones de la audiencia que lo iba a ver y por cuestiones técnicas, de doblaje”.
Al entregar el guion traducido, Catherine había empleado el término correctamente como “rata topo desnuda”, pero el equipo se dio cuenta de que era una palabra difícil por su longitud y que “desnudo” sonaba un poco fuerte para una audiencia entre los 11 y 17 años, por lo que decidieron cambiarlo. "En realidad no fui yo la que le puso el nombre”, apunta González. “Esto llegó a sala con el nombre científico y aquí fue idea del director ponerle ratopín, viniendo de rata, y para cambiar lo de desnudo se le puso “rasurado”, “ratopín rasurado”. Se llegó a ese acuerdo porque sonaba bien”.
“Yo creé el nombre, fue una licencia que me tomé para no decir el nombre científico”, explica el director de la serie
El actor mexicano Ricardo Tejedo confirma esta historia a Vozpópuli. “Cuando llegó la hora de hacer la traducción de la serie, yo era el director y además hacía la voz de la ratita, de Rufus”, recuerda. “En inglés era “naked mole rat” y entonces yo busqué una cosa que quedara en sintonía y que quedara divertida, fue una licencia que me tomé para no decir el nombre científico, de esas cosas que hacemos en doblaje”.
La elección del verbo “rasurar”, confiesa Tejedo, se hizo porque buscaban algo que aludiera a que el animal no tenía pelo y sonara divertido. “Por eso fue el juego de palabras, estábamos en el estudio hablando entre varios y de pronto les dije "¿Oigan, les suena bien esto?”. Se murieron de la risa y y dijeron “claro, está perfecto”. Ahí lo definimos”, explica. “Luego Disney no dijo nada, les gustó; y ya viste hasta dónde trascendió”.
Impresionados por la repercusión
Tanto Catherine como Ricardo no se han dado cuenta hasta hace poco de que el nombre que ellos crearon para un personaje ficticio ha adquirido una relevancia inusitada en los medios de comunicación. “Se me hace increíble”, asegura la traductora, “lo que me hace pensar es que quien empezó a usar este término era fan de la serie, porque no hay otra manera de sacar ese nombre de ningún lugar”.
"Quien empezó a usar este término era fan de la serie, porque no pudo sacar ese nombre de ningún otro lugar”
“No pensé que iba a crecer tanto”, explica el creador de la expresión. “Fue hace poco, leí una noticia y dije “no es cierto, eso lo inventé yo”, ¿cómo puede haber una noticia con eso? Y entonces lo busco en Google y veo que no hay solo un artículo, ¡hay miles!”. Tejedo está muy interesado en que se conozca la verdad del origen, no por protagonismo, sino por deshacer el malentendido. “Tampoco quiero que vaya corriendo algo por ahí que no es correcto y yo soy el responsable”, asegura entre risas. “Es increíble dónde ha llegado”, concluye González: “Me hace sentir orgullosa de mi trabajo porque cada palabra cuenta, cada palabra que ponemos”.