Las pantallas táctiles han redefinido la manera en que los seres humanos nos relacionamos con la tecnología. Aunque el diseño de los interfaces ha mejorado radicalmente en los últimos años, aún es posible sacar más rendimiento al gesto de pasar el dedo por el cristal para interaccionar con las máquinas. Así lo demuestra el equipo de Michaël Wiertlewski, que presenta este lunes en la revista PNAS una nueva técnica que reduce la fricción con la superficie hasta en un 95%.
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El sistema consiste en excitar la superficie del cristal con ultrasonidos, lo que provoca un curioso efecto de rebote en la punta del dedo del usuario y la sensación de que no está tocando la pantalla. El secreto de este mecanismo está en la capa de aire que se forma entre el cristal y el dedo, que provoca que nuestra piel rebote y la pantalla se active sin tocarla.
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"Hemos medido hasta un 95% de reducción en la fricción que experimenta un dedo al deslizarse", escriben los autores. "Esta mejora en la comprensión de la física que reduce la fricción ofrece una nueva vía para diseñar interfaces que puedan modular la fricción dinámicamente con materiales blandos y tejidos biológicos, como las puntas de los dedos".
Referencia: Partial squeeze film levitation modulates fingertip friction (PNAS)