El veneno de la araña Heteroscodra maculata ha dado a los científicos una clave para entender mejor los canales del dolor en los humanos. La toxina que esta tarántula africana inocula a sus víctimas tiene como objetivo unas proteínas muy concretas del sistema nervioso que tienen que ver con el dolor mecánico y podría tener aplicaciones futuras en la búsqueda de tratamientos para enfermedades del sistema nervioso central.
El canal estudiado tiene un papel especial en el dolor mecánico y no térmico.
El equipo de David Julius publica esta semana en la revista Nature el hallazgo de dos toxinas de esta araña que atacan al canal del dolor llamado Nav1.1. y que hasta ahora era el menos estudiado, aunque se sabe que está asociado con enfermedades como la epilepsia o el alzhéimer. Lo que han descubierto Julius y sus colegas es que usar una de estas toxinas de la araña, llamada Hm1a, para demostrar que este canal tiene un papel especial en el dolor mecánico y no térmico.
En concreto, los autores del estudio han visto que al activar el canal Nav1.1 en ratones con esta toxina se activa el dolor pero sin inflamación asociada y que los animales se hacen hipersensibles al tacto (dolor mecánico) pero no al calor (dolor térmico).
Por último, los científicos han visto que las redes nerviosas del intestino de los ratones son especialmente propensas a sensibilizarse con la activación de este canal, lo que sugiere que podría tener algún papel en el dolor abdominal o en el síndrome de colon irritable, una vía de investigación que podría ayudar a buscar tratamientos contra estos problemas.
Refrencia: Selective spider toxins reveal a role for Nav1.1 channel in mechanical pain (Nature) DOI 10.1038/nature17976