Nicky Hayden lo dijo muy claro: "Marc es increíble, ha hecho dos temporadas alucinantes pero lo que pase el año que viene está todavía por escribir. No me voy a mojar", respondía el de Kentucky a preguntas de Vozpópuli con una sonrisa entre pícara y afligida. Y es que, el campeón del mundo con Honda en 2006 tiene un pequeño resquemor con la temporada que finalizó este domingo en Cheste (Valencia).
Y no es para menos: dos operaciones este año le han mantenido alejado del asfalto durante cinco carreras y no le han dejado competir al 100% en las que sí ha podido rodar. "No ha sido mi mejor temporada. La moto ha estado bien pero las operaciones y el largo periodo de recuperación me han lastrado". "Estoy feliz de volver. Hay mucho trabajo para el año que viene desde esta misma semana que probamos la nueva moto", comentaba.
El piloto, que recibió de las manos del presidente de Tissot, François Thiebaud, su reloj para la próxima temporada, aseguró que tan importante como el piloto lo es la moto. "Es un 50-50; puedes tener un buen piloto pero la electrónica de la máquina es igual de importante, si ésta te falla, no tendrás ningún campeón". Por eso, dice, "aunque Marc sea un gran piloto, si la moto no le acompaña, no hay nada que hacer".
"Es imposible predecir a estas alturas quién va a ganar el año que viene".
Siempre elegante y sabiendo dominar su claro rechazo a hacer quinielas sobre el futuro, Hayden también hizo balance del indiscutible dominio de los pilotos españoles. "Hasta hace no tanto, los americanos dominábamos, pero ahora no puedes competir con un país como España que crea escuelas para los más pequeños. Es lógico, cuanto más entrenas, mejor serás. Y los pilotos españoles lo hacen desde muy jóvenes", comentaba el piloto.
El estadounidense que integra el DRIVE M7 Aspar Team se ha despedido del 2014 con el decimotercer puesto desde un circuito "muy especial" para él. Eso sí, sus ojos claros y su sonrisa perenne ya están mirando de forma positiva al año que viene: "Estoy feliz de volver", sentenció.