Di María, otro que insiste. Sin querer o por incordiar, cualquier sabe, pero insiste. Por más que irrite al Madrid y sus aparatos de propaganda (firmes en la cruzada de preservar los 94 millones de euros de Cristiano como el fichaje más caro de la historia), la cifra que ha quedado grabada como precio de Bale es la de 100 millones de euros. Hasta para los de casa. “Sabía que iba a venir un jugador de 100 millones y que tenía que jugar", afirmó el domingo el argentino a propósito de esa suplencia por decreto que asume resignado pero que no le quita las ganas de permanecer en el Madrid.
O sea, la cantidad que comunicó de forma oficial el Tottenham y que negó el Madrid de todas las maneras posibles. Los blancos no se mueven de los 91 millones de euros (por más absurda que parezca la disputa). Otra cosa son los intereses de la hipoteca, conceden, como ocurre con los pisos. Pero no hay manera. Cuando parece que el fuego está extinguido siempre surge alguien para remover la cifra de la discordia. Y que enreda, incluso desde dentro. Hasta en Navidades. No hace mucho fue el representante del propio Bale (cuando la protrusión discal) y ahora es el futbolista que le tuvo que ceder el paso. A propósito o como desliz, Di María ha vuelto a nombrar la bicha, esos 100 millones que tanto incomodan a Florentino.
