Hace unos días, el diario 'Marca' adelantó que Ángel María Villar no variará su guión desde que en 1988 llegara a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol. Es decir, que una vez que España se clasifique para el Mundial de Brasil, algo que puede suceder este viernes ante Bielorussia en Palma o el próximo martes ante Georgia en Albacete, ofrecerá a Del Bosque continuar dos años más al frente de La Roja.
A sus 62 años, el técnico salmantino ha contemplado, y así lo ha expresado públicamente en más de una ocasión, la posibilidad de echarse a un lado después del Mundial 2014 y pasar a desempeñar otras funciones en algún despacho de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Sin embargo, cuando se le pregunta si le gustaría continuar a pie de campo, Vicente tampoco disimula. Le encantaría seguir al frente de la selección y retrasar así su jubilación hasta la Eurocopa que en 2016 se disputará en Francia, año en el que tendrá 65 años, camino de los 66.
En la Federación tienen claro que no habría mejor relevo para Del Bosque que el propio Del Bosque, así que el acuerdo para su renovación por dos años será un mero trámite. Con sus virtudes, que son muchas, y sus defectos, que también los tiene, aunque los disimule como nadie, Vicente sigue siendo hoy por hoy quien más y mejor garantiza que España no se desvíe del camino elegido. Un camino que ha llevado a La Roja a ganar dos Eurocopas y un Mundial, además de ser identificada y reconocida por su juego.
Aunque más de uno se escudará en lo contrario, España siempre ha tenido buenos futbolistas. Lo que de verdad le hacía falta era apostar decididamente por el talento y desterrar la furia. Del Bosque siempre ha tenido claro que su papel era precisamente este. Por eso la selección española ha llegado donde ha llegado. Por eso Vicente merece seguir y jubilarse a los 65. Se lo ha ganado.