Hasta 2009, el Balón de Oro era un galardón en el que únicamente votaban los corresponsales en cada país de la revista que lo inventó, France Football. En 2010 la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), que organizaba el premio al mejor Jugador Mundial, decidió unir esa elección con la de la publicación gala.
Así, los últimos cuatro certámenes son la suma de votos de los citados periodistas más los de los entrenadores y capitanes de las selecciones cuyos países son asociados a la FIFA.
El recuento de la controvertida edición cuya gala se celebró este lunes en Zúrich arroja un resultado curioso que no hace más que acrecentar la polémica y las dudas en lo que se refiere al proceso de elección de Cristiano Ronaldo.
Y es que con el sistema original de votación de France Football, el ganador hubiera sido Franck Ribéry, el jugador del Bayern de Múnich considerado el gran damnificado de la colosal batalla por la supremacía universal que mantienen desde hace años Cristiano y Messi.
Los 173 periodistas de France Football votaron mayoritariamente por el futbolistas francés, que sumó 524 puntos, por los 399 de Cristiano y los 364 de Messi.
Sin embargo, capitanes y seleccionadores inclinaron la balanza a favor del portugués, e incluso relegaron a Ribéry a la tercera posición general al polarizar sus votos entre CR7 y Messi.
Los entrenadores le dieron 456 votos a Cristiano, 399 a Messi y 309 a Ribéry; los capitanes, 510 a CR7; 438 a Messi y 289 a Ribéry.
Otro dato curioso: todos los votos valen igual, pero los seleccionadores de países con más peso futbolístico que apostaron por Cristiano fueron los de Brasil, Chile, Grecia, Inglaterra, Japón, Irlanda del Norte, Paraguay, Ucrania y, por supuesto, Portugal. A Messi, además del entrenador de Argentina, le votaron en primer lugar los de Irlanda, Rumanía, Rusia o Escocia.
Curiosamente, los técnicos de Bulgaria, Camerún, Costa de Marfil, Croacia, República Checa, Francia, México, Holanda, Suiza, Uruguay o Estados Unidos le dieron 5 puntos a Ribéry.
Por eso el francés se fue sin hacer declaraciones. Dolido porque difícilmente completará otra campaña tan brillante como la pasada con el Bayern y, por tanto, sabedor de que probablemente nunca tendrá tan cerca el Balón de Oro.