El primer Clásico de la temporada, celebrado en el Estadio Olímpico de Montjuic, ha terminado con victoria madridista. El Barcelona mereció más, ya que gozó de las ocasiones más claras, pero Jude Bellingham marcó la diferencia con un misil desde fuera del área y otro gol de 'killer' que permite a su equipo poner tierra de por medio respecto a su eterno rival: los blancos son líderes por delante del Girona y ya están cuatro puntos por encima de los azulgrana.

En un partido marcado en sus primeros compases por la poca intensidad y la frialdad del Real Madrid, los hombres de Xavi Hernández se encargaron de marcar distancias pronto, ya que en el minuto 6 el alemán İlkay Gündoğan aprovechó una pared trastabillada para batir a Kepa. Un gol que fue posible gracias a la fe del centrocampista culé y la fragilidad defensiva del Madrid: Tchouameni cortó la pared sin contundencia y después, cuando Alaba fue al corte, no puso la suficiente fuerza para limpiarle el esférico al centrocampista culé.

Aunque el Barcelona exhibió serios problemas a la hora se sacar el balón jugado, el Madrid no supo aprovechar las recuperaciones para generar peligro. Los de Ancelotti estuvieron flojos en ataque durante la primera mitad, hasta el punto que la mejor jugada ofensiva de su equipo fue un remate de Carvajal sin apenas ángulo. Un hecho que cambió de manera clara en los segundos cuarenta y cinco minutos.

Por su parte, el Barcelona pudo irse al descanso con un premio mayor, aunque tampoco anduvo sobrado de ocasiones de gol. La intensidad de Gavi a la hora de presionar tuvo premio: una recuperación en la frontal del área propició que el canterano Fermín recibiese el balón y lo mandase contra el palo.

Al filo del intermedio también hubo lugar para la polémica: un agarrón de Tchouaméni a Araujo en el área fue muy protestado, pero tanto Gil Manzano como los árbitros del VAR desestimaron señalar penalti. El uruguayo fue una figura destacada, ya que como en otras ocasiones fue el encargado de marcar a Vinicius y evitar que destaque como suele hacer. En esta ocasión, con gran éxito.

Sin cambios, pero sí con una nueva actitud, el Real Madrid saltó al césped dispuesto a empatar el partido. Pese a ello, fue el Barcelona quien llevó todo el peligro durante los primeros instantes. En el minuto 51, el palo volvió a aliarse con los blancos, ya que fue el único que se interpuso entre Iñigo Martínez. El rechace, que cayó en los pies de Araujo, se topó con Kepa.

Fermín fue una de las grandes figuras del partido para los azulgrana y se erige como la nueva perla de la masía culé. De sus botas nació otra gran ocasión: un profundo pase a Cancelo acabó con el portugués disparando por encima del larguero.

Cuando parecía que los ánimos del partido se templaban, apareció el de siempre, Jude Bellingham, para mover la coctelera y cambiar el rumbo del encuentro. El inglés fue el encargado de marcar para el Real Madrid, en esta ocasión con un tremendo disparo desde fuera del área ante el que no pudo hacer nada Ter Stegen. Un tanto que sirve para acallar a aquellos que le llamaban 'empujabalones'.

Desde ese instante, el Real Madrid recobró la fe por la victoria y se lanzó con más ímpetu contra la portería de Ter Stegen, aunque enfrente tuvo a un Barcelona que recuperó la solidez defensiva de la temporada pasada. La igualdad fue la tónica protagonista durante los minutos finales del encuentro, con un aviso de Robert Lewandowski y otro de Joselu.

Ambos equipos parecían conformes con el resultado y decidieron arriesgar poco. Pero de nuevo Bellingham encabezó la ambición blanca y apareció para pescar un balón en el área. Un buen centro lateral acabó con un mal control de Joselu, pero ahí estuvo el británico para cazar el esférico y empujarlo a la red defendida por Ter Stegen. Un segundo tanto que le sirvió para llevarse el 'MVP' del partido y además, lograr su primera victoria en un Clásico desde que recalase en el Santiago Bernabéu para iniciar un idilio que parece no tener fin.

Jude Bellingham suma ya trece goles en trece partidos, unas cifras que ilusionan al madridismo y con razón: tan solo Cristiano Ronaldo, máximo goleador de la historia del club y Alfredo Di Stéfano, futbolista que cambió la historia blanca, han igualado sus registros.

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