Pasqués vuelve a liarla. A meter en un aprieto gratuito a su jefe, al que supuestamente pone la voz, y a los jefes de su jefe, la gente del Atlético, a los que ha recargado caprichosamente de nuevos enemigos con una burla impropia y de mal gusto que, por prepotente, no encaja ni con calzador en su idiosincrasia. El mismo tipo del "ojo chicos a quién pitan", el de la amenaza a los hinchas rojiblancos por animarse a criticar fugazmente a silbidos una decisión del Cholo, reaparece ahora con un comentario sin sentido ni gracia sobre el entrenador del Valencia, Nuno, cuyo pecado es ser la revelación del campeonato, el considerado nuevo Simeone. Ese "sigo de cumple, ¿alguna nunovedad?" que escribió por twitter mientras se consumaba la goleada del Depor al Valencia representa una estupidez que definitivamente inhabilita al portavoz para su cargo.
Un jefe de prensa o un vocero está entre otras cosas para resolver los problemas de su contratante en asuntos de comunación, en ningún caso para provocarlos. Pero es a lo que juega constantemente Pasqués, no tanto desde que se convirtió en el portavoz de Simeone como desde que los buenos resultados empezaron a despegar los pies del cholismo del suelo. Como si él fuera corresponsable de las gestas, Enrique contándose como asistencia el pase que le dio a Maradona previo al mejor gol de todos los tiempos. Si Pasqués habla por boca de Simeone, que sería lo correcto (uno no puede quitarse el traje de portavoz a conveniencia y además firma explícitamente como su jefe de prensa donde se viene arriba), estaría fatal la broma. Si no, estaría peor. ¿Quién se cree para sobrarse así?
El torpe comentario sirve además para descolocar. Simeone, al menos en su versión entrenador, se caracteriza justo por lo contrario, un discurso humilde y conciliador, de máximo respeto oral hacia sus adversarios. Al menos hasta esta temporada, que sí acumula ya episodios arrabaleros del técnico, más propios de su leyenda como jugador que de su uniforme educado como entrenador. Pero igual el Cholo usa a su vocero para eructar a escondidas las impertinencias que ya no se atreve a pronunciar en primera persona. De nuevo el entrenador se ve comprometido a desmarcarse de su portavoz, toda una paradoja.
Es posible que Pasqués hable por sí mismo y que hasta se sienta un genio por sus ocurrencias. Es verdad qie tiene su público, entre los medios y entre los internautas. Le ven como el cordón umbilical que les puede conectar con Simeone y le ríen nocivamente todo. Lo sensato y lo borde y faltón, extremo al que acude con mucha más frecuencia de lo que trasciende. Tampoco fue muy de recibo, por ejemplo, que acompañara el primer gol de penalti de Cristiano ante el Levante con un (mal) intencionado mensaje: "Siestita. Me avisan si pasa algo q nunca pase; sí? Bye". El humor de Pasqués. Válido en muchos supuestos, pero no en el de representante comunicacional de un entrenador del Atlético.
Por más que Pasqués se sienta cada vez más a gusto y famoso en el papel incendiario de Eladio Paramés, ya toca ponerle freno. Y debe hacerlo el propio Simeone o en el peor de los casos el mismo Atlético. Gracias al vocero oficial, que toca el Atlético de oído, que no se entera de lo que es, hay una nueva afición con renovadas ganas de desquitarse, de poder devolver el golpe. Gracias al vocero ahora hay un club que nunca se ha caracterizado por la prepotencia que anda descolgando teléfonos para pedir disculpas. El club del pueblo, con el que se sienten todos identificados, que definía Simeone, hoy se vuelve antipático gracias a su vocero trending topic. Y ya va siendo hora de hacerle callar.