La selección española masculina de baloncesto no ha podido comenzar con victoria su andadura en el torneo de los Juegos Olímpicos de París al caer este sábado en Lille con claridad por 92-80 ante Australia, en un partido que casi siempre ha ido a remolque.
El combinado de Sergio Scariolo no ha logrado empezar con buen pie ante un rocoso y físico rival, que ha comenzado muy entonado, lo que no ha impedido la buena reacción de la campeona de Europa que incluso se ha llegado a poner por delante en el tercer cuarto. Ahí, el equipo australiano, gracias en buena parte al rebote ofensivo, ha dado otro estirón y ha terminado por llevarse el duelo.
España demostró que puede competir con sus armas y cuando estas funcionaron, plantó cara a una Australia que tuvo más acierto ofensivo, con 12/24 en triples y dominó con mucha autoridad en los tableros (46-33), con cinco jugadores por encima de los diez puntos, destacando Jock Landale (20 y 9 rebotes), Patty Mills (19) y Josh Giddey (17 y 8).
Los españoles no tuvieron tanto acierto exterior (12/37 en triple) y fueron capaces de crear problemas cuando tuvieron ritmo en los dos lados de la cancha, pero pagó el mal partido de Lorenzo Brown, que no pudo echar una mano a un gran Santi Aldama (27, con seis triples) y Sergio Llull (17).
Desde el salto inicial, Australia impuso su ataque. Los de Scariolo no atinaban desde el triple y en defensa no conseguían detener ni el acierto ni la velocidad de su rival, que se puso muy rápido con un amenazante 18-7, que provocó el tiempo muerto del técnico italiano.
Las cosas no marchaban bien y tampoco ayudaba cierto nerviosismo, personificado en Usman Garuba, lo que descentró un tanto al ala-pívot. El que no lo estaba era Giddey, que con 11 puntos lideraba a los suyos a un primer cuarto que evidenciaba la falta de defensa española (31-21), aunque en ataque al menos habían aparecido los triples.
España aprieta
Pero el combinado nacional cambió su cara tras estos primeros diez minutos y Australia dejó de estar tan cómoda en la cancha. Dos triples seguidos de Llull enjugaron rápidamente la desventaja, pero a España le faltó cierta continuidad para haber metido más nervios a los oceánicos, donde Mills se ponía con tres faltas. Aldama se unía al acierto desde fuera para seguir enganchado al choque y la mejoría también en defensa ayudaba a que al descanso el panorama no fuera tan duro (49-42).
Y tras el paso por los vestuarios, llegaron los mejores y más esperanzadores minutos de la campeona de Europa, otra vez gracias a los triples. Uno más de Aldama volteaba por primera vez el marcador, pero sería la única a favor de los españoles porque estos se atascaron otra vez en ataque y no acertaron a cerrar su tablero.
Australia elevó el nivel defensivo de nuevo y volvió a generar problemas. En ataque, no tenía tanto acierto pese a sus triples, pero entonces sobrevivió del rebote ofensivo, una 'herida' que no pudo sanar Scariolo y que resultó clave para que los 'Boomers' volviesen a estar por delante con cierta 'comodidad' (69-60) para los diez minutos finales.
La selección no estaba dispuesta a rendirse y se volvió a agarrar a Llull cuando el rival superó la decena de puntos de ventaja. Dos triples del de Mahón volvieron a meter a España en el partido (73-68) antes de que el rebote acabase con las opciones. Los australianos aprovecharon sus rechaces y un triple de McVeigh volvió a poner a los suyos por encima de los deiz puntos (82-71). Pese al empuje final, la campeona europea claudicó en su estreno.
FICHA TÉCNICA:
- RESULTADO: AUSTRALIA, 92 - ESPAÑA, 80 (49-42, al descanso).
EQUIPOS:
- AUSTRALIA: Mills (19), Daniels (13), Giddey (17), Kay (8) y Landale (20) -quinteto inicial-, Dellavedova (-), Green (-), Ingles (-), Magnay (2) y McVeigh (13).
- ESPAÑA: Brown (7), Abrines (6), López-Arostegui (2), Aldama (27) y Willy Hernangómez (14) -quinteto inicial-; Llull (17), Juancho Hernangómez (2), Brizuela (2), Díaz (-), Garuba (3) y Rudy Fernández (-).
- PARCIALES: 31-21, 18-21, 20-18 y 23-20.
- ÁRBITROS: Salins, Bermúdez y Fernández. Eliminaron por faltas a Magnay.
- PABELLÓN: Stade Pierre-Mauroy.