Pau Gasol no es sólo el máximo anotador del EuroBasket (23 puntos por partido le contemplan). Lo volvió a demostrar ante Francia, con 40 puntos y 11 rebotes. El de Sant Boi es también el alfa y el omega de la España de Scariolo. Ante Polonia, el hermano mayor de la saga por excelencia de nuestro baloncesto volvió a ejercer de extraterrestre. De nuevo, al rescate de esta generación.
En Chicago, se limita a la zona como radio de acción. En España, Pau deriva en jugador total. En octavos de final, su estadística fue de ciencia-ficción: 30 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias con un inolvidable seis de siete desde más allá de la línea de tres.
Gasol jamás había anotado tantos triples en un sólo choque, ni en NBA ni en el baloncesto FIBA, ya fuera de clubes o de selecciones. Es más: nunca en Estados Unidos ha convertido más de una canasta de tres en un partido. Es raro, incluso, que intente un par. Pau gusta de jugar de cara, y tiene aptitudes para hacerlo, pero su rol en la mejor liga del mundo se restringe a las cercanías del aro, muchas veces como 'cinco' puro.
Su dominio estadístico, que en la selección española es dictatorial, se extiende en ciertos factores al resto. Además del mejor anotador, es el máximo taponador del campeonato (2'2 punteos por duelo). No contento con ello, es el quinto reboteador del torneo, también el quinto con mejor porcentaje de tiro convierte y el sexto al que más faltas le hacen. Muy posiblemente, el baloncestista más determinante de este EuroBasket en términos absolutos.
"Ellos tenían hombres grandes, estaban muy debajo del aro y me permitían jugar fuera, así que han entrado los dos primeros triples y luuego ya me he animado", declaraba tras el partido frente a Polonia un Gasol que terminó con alguna molestia en la rodilla derecha que, eso sí, parece leve. "Es una bendición entrenar a Pau Gasol", apuntaba un Scariolo ya en cuartos de final. Difícil definirlo mejor.