El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) reforzó su liderato al frente del Mundial de Fórmula 1 al ganar este domingo el primer Gran Premio de Rusia de la historia, disputado en el anillo olímpico de Sochi, y en el que el español Fernando Alonso (Ferrari) acabó sexto.
Que esta carrera haya recalado en suelo ruso fue un empeño personal de Vladimir Putin, presidente del país, y Bernie Ecclestone se lo agradeció dándole un protagonismo nunca visto. Putin apareció varias veces en la transmisión televisiva y se personó en el antepalco del podio para recibir las reverencias de los tres primeros e incluso, con traductora por medio, hacerles algunas preguntas.
Putin, con la complicidad de Ecclestone, quiso apropiarse incluso del homenaje de los pilotos a su compañero Bianchi. Cuando estos formaban en silencio sonó de fondo el himno ruso, algo no previsto ni acorde con la ocasión. Así que, con Alonso como cabecilla, cuando paró la música, hicieron un círculo alrededor del casco y otros objetos del joven francés y, entonces sí, los pilotos pidieron en silencio por la recuperación de Jules.
Las únicas rebeliones que le quedan a Fernando por ejecutar son esas. Las que se pelean fuera de la pista. Porque sobre el asfalto, la temporada acabó hace mucho para él. Y su estancia en Ferrari, también.
Hamilton logró, tras salir desde la 'pole', su novena victoria del año, la trigésima primera desde que compite en Fórmula 1, al ganar en el nuevo circuito, a orillas del Mar Negro -de 5.853 metros, al que se dieron 53 vueltas para completar un recorrido de 310 kilómetros-, por delante de su compañero el alemán Nico Rosberg, con el que firmó el noveno 'doblete' del año para Mercedes, que aseguró matemáticamente el título de constructores.
El finlandés Valtteri Bottas (Williams) firmó su quinto podio del año al acabar tercero en Sochi, por delante de los McLaren del inglés Jenson Button y del danés Kevin Magnussen, que fueron cuarto y quinto, respectivamente. Hamilton lidera el Mundial con 291 puntos, 17 más que Rosberg, a falta de tres carreras, aunque la última, en Abu Dhabi, puntuará doble. Fernando Alonso finalizó sexto en Sochi.
El asturiano, un animal competitivo, no dejará escapar la mínima oportunidad de hacer un buen resultado en lo poco que queda de campeonato, pero su cabeza y la cruda realidad mecánica le llevan hace tiempo por el sendero de la mediocridad. Y eso es lo que le tiene hundido.
"Todo el fin de semana ha sido complicado", dijo nada más bajarse del coche. "Da igual que la parada en boxes haya sido mejor o peor porque luego tenía que estar atento para salvar la gasolina".
Así las cosas, Alonso ya no promete nada: "Los objetivos son intentar hacerlo lo mejor posible. Somos gente profesional y hoy por ejemplo, llegamos a estar cuartos y piensas que cualquier incidente te lleva al podio. Pero los Williams son mejores y McLaren, si dura más el campeonato, nos pasaría porque también son mejores".
La pregunta de la periodista era obvia: "Entonces, ¿qué expectativas quedan en las tres carreras que restan para finalizar el Mundial?" La respuesta del español, más obvia aún: "Ninguna expectativa en particular porque estamos en tierra de nadie, tanto en el campeonato de constructores como en el de pilotos".
La próxima carrera, el Gran Premio de Estados Unidos, se disputará en el Circuito de las Américas de Austin (Texas) el próximo 2 de noviembre.