O se ha acomodado al calor de la leyenda histórica de Ferrari o prefiere adoptar una pose tan diplomática que suena falsa. Sólo así se entienden algunas de las respuestas de Fernando Alonso durante la entrevista que concedió a Jan Krebs, preiodista de la televisión RTL.
El reportaje fue hecho en movimiento. Alonso, al volante de un impresionante F12 con el periodista de copiloto mientras daban una vuelta al famoso circuito Nordschleife. Diseñado para poner al límite hasta a los mejores coches, a los fabricantes les gusta utilizarlo para evaluar sus nuevos modelos; sus peligros son tales que ya no se corre allí en la Fórmula 1, así que esta fue la primera vez que Fernando pilotaba un Ferrari en este trazado.
Quizás la sensación de trazar las curvas y peraltes de Nordschleife distrajo al español. Porque si no es difícil entender su opinión sobre lo que va de temporada: “Veo bien a Ferrari y creo que podemos darle un 8, una buena nota. Claramente no somos los más rápidos, nuestro coche es muy completo, por lo que diría que estoy satisfecho con él".
Cuando a continuación se evalúa a sí mismo tira de modestia: "No me corresponde ponerme a mí mismo una nota. He crecido mucho desde mis primeros años, digamos que somos más completos, pero siempre se puede mejorar carrera a carrera con la experiencia, con todo”.
A partir de ahí la entrevista gira hacia reflexiones más genéricas y personales. Por ejemplo: “No es fácil olvidar una carrera mala. Sí, le doy vueltas, pero al final, sabes que es tu trabajo y que hay cosas más importantes en la vida y entonces, cuando una carrera sale mal, tienes que pensar ya en la siguiente carrera y no en el pasado”.
Incluso se pone profundo: “Sí, he sentido miedo alguna vez. Sobre todo en las carreras con lluvia, en las que pierdes toda visibilidad. Es un momento crítico. Y en ocasiones, como hemos visto recientemente con los neumáticos que no aguantaban, le coges respeto a la velocidad y sientes el peligro”.
Hablando de miedos, surge el asunto de los reventones de neumáticos habidos en el GP de Gran Bretaña: “Cuando un neumático estalla, lo primero que notas es que el volante empieza a vibrar y que la parte trasera del coche empieza a vibrar también. Sientes la zona trasera del coche muy ligera y tienes que hacer un contravolante. Eso es lo que yo he sentido y he podido ver cuando les ha pasado a los demás, que siempre es bastante similar. Si esto te pasa en mitad de una curva rápida, creo que sería imposible de controlar porque no tienes tiempo de reacción, como le ocurrió desafortunadamente a Felipe: ocurrió a mitad de una curva y perdió el control. Si ocurre en una recta, entonces tienes una pequeña oportunidad de controlar el coche. Sin lugar a dudas es un shock, un momento completamente inesperado y nunca estás preparado para controlarlo. Luego hablas con el equipo por la radio e intentas volver a boxes lo antes posible, porque si estás en mitad de una carrera necesitas recuperar el tiempo perdido”.
Y, cómo no, habla de su familia y de filosofía oriental: "La fuerza interior, la energía y la forma de revitalizarme y relajarme las encuentro, sin lugar a dudas en mi familia, que es una de las cosas en la que se basa la filosofía Samurái. Dice que tienes que vivir teniendo un objetivo en mente y ese objetivo es la familia, el clan”.
Por último, comenta sus dos grandes pasiones: la actividad física y la velocidad: “Existen pocos, muy pocos días para mí sin deporte, aunque a veces me puedo tirar un par de días viendo la tele en el sofá. Incluso cuando no se trata de mi preparación de cara a las carreras, intento hacer siempre algo de deporte porque es mi pasión y me gustan muchos deportes, sobre todo fútbol. Y la velocidad lo es todo. Sin velocidad sería difícil de entender cualquier día. Me gusta la velocidad, me gusta hacer todo deprisa”.