La policía francesa interrogó al hijo de Michael Schumacher, que estaba presente cuando el expiloto de Fórmula 1 sufrió el pasado domingo por la mañana un accidente de esquí que le ha dejado en estado crítico, según informó la cadena de televisión BFM TV.
El interrogatorio de Mick Schumacher, de 14 años, se produjo en el hospital de Grenoble (este de Francia) donde su padre está internado desde el domingo por la tarde, señaló la emisora, que añadió que los agentes sometieron a sus preguntas a otras dos personas del entorno familiar.
Según la misma fuente, la familia accedió a entregar a los investigadores la cámara de tipo deportivo que llevaba en el casco el heptacampeón de Fórmula 1 cuando se estrelló contra unas rocas fuera de las pistas de la estación de Méribel, en los Alpes franceses.
El casco se rompió a causa del impacto que se dio en la cabeza. Los gendarmes habían recibido diversos testimonios de la existencia de esa cámara y tenían interés en poder explotarla.
La justicia francesa ha abierto una investigación para determinar las circunstancias del siniestro y establecer si pueden derivarse responsabilidades, por ejemplo en razón de una eventual señalización deficiente de los límites de las pistas.
Al no tratarse de un procedimiento criminal, la Fiscalía que lo lleva no puede obligar a que se le entregue la cámara.
La portavoz del expiloto, Sabine Kehm, se esforzó en subrayar desde el pasado martes que Schumacher no esquiaba a gran velocidad cuando se produjo el choque, que iba en un grupo de varios amigos, y que se había desviado para acudir en ayuda de uno de los miembros del grupo que había tenido una caída sin consecuencias.
No ha habido ningún nuevo parte del equipo médico que trata al siete veces campeón de Fórmula 1. Los doctores ya avisaron el martes que no darían una nueva comunicación si no había novedades significativas.
Schumacher, que este viernes cumplió 45 años, se encuentra en coma inducido, en un estado crítico, pero estable.
El expiloto francés Philippe Streiff, que acudió al hospital universitario, contó a la salida del centro a varios medios de comunicación, entre ellos BFM TV, que había hablado con el médico y amigo de Schumacher Gérard Saillant, quien le había dicho que "él mismo no sabía si iba a sobrevivir".
Según Streiff, todos los días le realizan escáneres de la cabeza para observar cómo se reabsorben los edemas causados por el impacto y que hay riesgo de que si persisten pueda tener secuelas graves, como quedar hemipléjico o incluso perder el uso de la palabra.