Tras la decisión de Guardiola de poner fin a su exitosa andadura en el banquillo del Barça, el club que preside Sandro Rosell decidió confiarle la sucesión a su segundo entrenador, Vilanova, no sin sorpresa para el propio Pep. Con Tito al frente, el Barça cayó en la Supercopa de España ante el Real Madrid, pero en la Liga marcha como líder destacado y ha realizado el mejor inicio de la historia.
La desgraciada recaída de Vilanova en su enfermedad va a provocar que sea Jordi Roura quien se siente en el banquillo del Nuevo Zorrilla como entrenador del Barça. "No creo que esto afecte a la plantilla", comenta Johan Cruyff. "Saben lo que tienen que hacer. Hay un partido por delante ahora y luego, tranquilidad. Hay gente con experiencia, mayor y ahora es cuando tienen que mandar".
En cuanto a Roura, el holandés dice que "le conozco bien. Está tranquilo. No hay prisas. Hay que pensar que es un partido ante el Valladolid y después descanso. En febrero empiezan las cosas más serias. Tiene un equipo muy bueno, con gente mayor. Recuerdo bien a Roura. Un extremo. Lo tuvimos varios años. Pasó por todas las categorías. ¿Por qué no te vas a fiar de él?".
Jordi Roura, que no comparecerá ante la prensa en la previa del partido contra el Valladolid, sino que en su lugar lo hará un peso pesado del vestuario, tendrá que tomar pocas decisiones. La primera, la lista de convocados, donde lo más complicado son los descartes. Después, confeccionar el once inicial que salte a Zorrilla y, antes del partido, dar unas instrucciones sobre lo que le espera a su equipo. En el día a día Roura no va a tener ningún problema, pues los entrenamientos siguen en manos de Paco Seirulo.
El modelo del Barça está por encima de los nombres que lo dirijan, y sólo así se puede entender que en unos meses el equipo pase de estar dirigido por Guardiola, considerado uno de los mejores entrenadores del mundo y con ofertas multimillonarias para volver a entrenar, a tener al frente a un auténtico desconocido como Jordi Roura, quien en el staff técnico de Pep se limitaba a realizar labores de observación de los rivales. No se trata ni de desmerecer ni de negarle nada a Roura, pero lo que está claro es que el Barça postGuardiola es capaz de jugar con el entrenador automático.