Hacía tres años que la selección de las Islas Feroe no ganaba un partido oficial. Para encontrar una victoria lejos de su archipiélago, 18 islas perdidas entre Noruega, Gran Bretaña e Islanda, habitadas por 50.000 personas –aunque cuentan con un gobierno soberano, pertenecen al reino de Dinamarca–, hay que remontarse a 1995. Entonces ganaron 1-3 en San Marino. Ayer, en El Pireo, ganaron en el campo de una de las 16 mejores selecciones del último Mundial, un resultado que ha causado estragos.
Grecia, última de su grupo de la clasificación para la Eurocopa con un punto de 12 posibles, ha decidido destituir a Claudio Ranieri después de la histórica derrota ante las Islas Feroe. El bagaje del técnico italiano, ex de Valencia y Atlético de Madrid, ha sido un desastre: desde su llegada al banquillo heleno tras el Mundial, Grecia todavía no ha ganado. Han jugado cuatro partidos y han perdido tres, todos en casa, ante Rumanía, Irlanda del Norte y las Islas Feroe. Su único punto viene de un empate en Finlandia.
En un grupo asequible, Grecia, que se quedó a un penalti de jugar los cuartos de final en el Mundial de Brasil, se ha complicado mucho su presencia en la Eurocopa de Francia. La derrota ante las Feroe fue más de lo que podían soportar afición y federación, arrepentida de haber contratado a Ranieri.
"Tras el devastador resultado de la selección, asumo toda la responsabilidad por la desafortunada elección del entrenador", dijo Giorgos Sarris, presidente del fútbol griego, en un comunicado. "La elección ha desembocado en una imagen muy pobre del equipo ante nuestros seguidores. La federación hará los cambios necesarios para evitar repetir una noche tan vergonzosa".
Ranieri también fue duro en sus palabras tras la dolorosa derrota. "Somos últimos en el grupo porque lo merecemos. El entrenador siempre es responsable de ello", declaró el italiano. Abandonará el banquillo tras el amistoso del próximo martes ante Serbia, y un compatriota, Giovanni Trapattoni, es el principal favorito para ocupar su puesto.
