"Sólo saldré de aquí cuando quieran que me vaya. No hay país, club o inversión que me motive. Sólo me marcharé cuando Abramovich -multimillonario ruso propietario del Chelsea- me llame para decirme que se acabó", asegura Mourinho en una entrevista publicada este lunes por el diario deportivo luso 'Récord'.
El técnico explica que nunca antes había tenido esta sensación: "Aun estando en cuerpo y alma en el proyecto que lideraba, tenía siempre unos instantes para pensar sobre cuál sería el próximo (reto)", algo que ahora no le ocurre.
Cabe recordar que durante su estancia en el Real Madrid, Mourinho dijo que "es el mejor club del mundo en muchas cosas. En historia lo es con diferencia. Creo que el madridismo, en general, sí me quiere. Algunas personas no, pero es normal. Cuanto más conozco el Madrid me parece que hay madridistas disfrazados. El madridista de calle, de bufanda, siento que confía mucho en mí. La gente valora que me he entregado desde el primer día".
"Soy realmente el 'Happy One'", señala ahora Mourinho, en un juego de palabras con el apodo por el que suele ser conocido, "The Special One". Asegura, asimismo, que tiene por objetivo "construir un equipo que dure una serie de años" tal y como hizo en su etapa anterior en el Chelsea.
"La diferencia es que en aquel momento no tenía la idea de quedarme en el club muchos, muchos años, y ahora me voy a quedar hasta quieran que me quede", insiste.
Mourinho considera que esta temporada el Chelsea tiene mayores opciones de éxito gracias a fichajes como el del ex del Atlético Diego Costa, quien "ya marcó más goles en cinco partidos que los otros -en referencia a sus delanteros del año pasado- en todo el campeonato".
"Hace un año teníamos lagunas. El primer gol que marcan nuestros puntas fuera de casa no llega hasta el 1 de enero. Al final de la Liga, nuestros tres delanteros habían hecho cinco goles fuera de casa", recuerda el preparador portugués, que compara esas cifras con las de jugadores como Luis Suárez y Sturridge en el Liverpool o Agüero, Dzeko, Negredo y Jovetic en el Manchester City.
En su opinión, la instauración del "fair play" financiero en el fútbol por parte de la FIFA para controlar las cuentas de los clubes "es una navaja de doble filo porque protege a los equipos que tienen un desarrollo enorme a nivel comercial al permitirles un encaje de ingresos tremendo sin necesidad de que sus dueños inyecten dinero".
Para Mourinho, el Chelsea no está en este grupo de privilegiados pese a haberse vuelto grande en la última década, lo que le obliga a compensar sus fichajes con importantes ventas.