"Lo están tratando como a un prisionero". Así resumió la madre de Novak Djokovic la retención de su hijo en un hotel de Melbourne después de que las autoridades de Australia le revocaran su visado por incumplir las medidas contra la covid-19. La posición del tenista serbio está recibiendo apoyos y alentado marchas antivacunas, pero también ha sido criticada por numerosas personalidades del deporte, como Rafael Nadal. En cualquier caso, será la justicia australiana la que decidirá el lunes sobre la deportación del número uno del tenis mundial.
La polémica se desató el miércoles, cuando Djokovic aterrizó en Australia con una exención médica que le permitía defender su título en el Abierto de Australia a pesar de no estar vacunado. Poco después, las autoridades fronterizas de ese país le cancelaron el visado y tras una larga entrevista, lo trasladaron a un hotel de la ciudad de Melbourne a la espera de que se tome una decisión sobre su deportación.
"Despropósito", "humillación" e "injusticia"
Los abogados del tenista recurrieron la decisión y será el Tribunal del Circuito Federal quien celebre la vista del próximo lunes para decidir si el deportista es deportado. La presión en el entorno de Djokovic es máxima, ya que es una figura de primer nivel y ha provocado que muchas personalidades se hayan posicionado a favor o en contra. "Me siento fatal desde ayer, en las últimas 24 horas lo han tenido como un prisionero. Simplemente no es justo. No es humano”, señaló Dijana Djokovic, madre del jugador de tenis, en unas declaraciones recogidas por la CNN.
Su padre, Srdjan Djokovic, concidió al considerar que su hijo está siendo "prisionero" de las autoridades australianas y ha afirmado que "todo el mundo libre debería levantarse" contra esta injusticia y apoyar "al Espartaco del nuevo mundo". "Novak y su equipo presentaron los mismos documentos que otros 25 tenistas (que recibieron exenciones) y no tuvieron ningún problema, solo Novak", afirmó en declaraciones a Sky News. "Querían humillarlo. Podrían haber dicho 'no vengas, Novak', y eso habría estado bien. Pero no, querían humillarlo y aún lo mantienen en prisión", añadió sobre el confinamiento de su hijo en un hotel.
En Serbia, el 'caso Djokovic' se ha convertido en un asunto de primer nivel. El presidente del balcánico, Aleksandar Vucic, aseguró que su Gobierno está trabajando para que pare "el acoso al mejor tenista del mundo en el menor tiempo posible". El jueves, el Ministerio serbio de Exteriores presentó una protesta formal ante el embajador de Australia en Serbia, Daniel Emery, por el "trato indecente" que está recibiendo el tenista en Melbourne.
Tampoco está de acuerdo con la retención del jugador el tenista español Feliciano López, actual director del Mutua Madrid Open, que ha calificado de "despropósito" lo que está ocurriendo con el serbio en Australia. A juicio del español, las normas "no pueden cambiar de un día para el otro"."Los Reyes Magos nos han traído un despropósito de enormes dimensiones en el mundo del tenis. Nadie desea que el número uno del mundo se quede sin jugar un 'Grand Slam'. A veces, lo que mal empieza puede acabar peor. Australia sale muy mal parada de todo esto. Qué pena...", escribió en la red social Twitter.
Por su parte, el extenista Viktor Troicki, capitán serbio de la Copa Davis, calificó el trato a Djokovic como "un escándalo", mientras que Tennys Sandgren, que ha renunciado jugar en Australia por no estar vacunado, ha manifestado que "Australia no se merece albergar un Grand Slam" por lo sucedido.
Algunos manifestantes se reunieron el jueves frente al hotel donde está confinado Djokovic a la espera de la decisión de la justicia australiana.
La decisión del tenista también fue aplaudida por miembros de Vox. Para el europarlamentario Herman Tertsch, el deportista serbio "ha puesto en total evidencia ante el mundo la irracionalidad y perversidad de la política de control social impuesta con un motivo que ya es pretexto, el Covid". "A Djokovic le debemos mucho. A la obcecación del poder australiano también. Han disparado todas las alarmas", señaló en un tuit publicado este jueves. La publicación fue retuiteada por Manuel Mariscal, vicesecretario de comunicación de Vox, quien también compartió otros comentarios de la red social que apoyaron la posición de Djokovic.
Posterioremente, en otro tuit, Tertsch quiso concretar su posición sobre el 'caso Djokovic' explicando que no estaba reprochando a Australia que aplicase "su política de fronteras", sino su política de fronteras en sí misma. "Que no deja entrar a un hombre documentalmente sano por no certificar haberse sometido a una vacuna que nada garantiza. No es sanidad, es sometimiento", añadió. José Ramírez del Río, diputado nacional de Vox por Córdoba, comparó los "principios" de la película 'Carros de fuego', donde la "conciencia" se pone "por delante de cualquier logro deportivo", con los de Djokovic. "Ha mostrado esa grandeza que creía olvidada", escribió.
Nadal, crítico: "Las decisiones tienen consecuencias"
Dentro del tenis español, Rafa Nadal dejó claro ayer que está a favor de la decisión de Australia. El tenista ha señalado en rueda de prensa que 'Nole' "ha tomado sus decisiones, pero estas tienen consecuencias". "Creo que si quisiera, estaría jugando aquí en Australia sin ningún problema. Él tomó sus propias decisiones y todos son libres de tomar sus propias decisiones, pero luego hay algunas consecuencias", señaló en rueda de prensa.
Según Nadal, que pasó recientemente el coronavirus pero fue autorizado para competir en Melbourne Park, a Djokovic le habría facilitado la vida haberse vacunado. "Es normal que la gente aquí en Australia se sienta muy frustrada con el caso porque han pasado por muchos confinamientos muy duros y mucha gente no ha podido volver a casa", indicó.
"Lo único que puedo decir es que creo en lo que dice la gente que sabe de medicina, y si la gente dice que tenemos que vacunarnos, tenemos que vacunarnos", dijo. "Pasé por la COVID-19. Me han vacunado dos veces. Si haces esto, no tienes ningún problema para jugar aquí. El mundo, en mi opinión, ha sufrido demasiado como para no seguir las reglas", añadió. En esta línea, Sam Groth, exjugador australiano, aseguró que con la exención a Djokovic se "escupía en la cara a todos los australianos".
Sin tratos de favor para Djokovic
Todo parece indicar que Australia no ayudará de forma especial al serbio. La defensa de Djokovic señaló que se necesitaría una respuesta definitiva para el martes por motivos de programación del Open de Australia, que se celebra en Melbourne entre el 17 y el 30 de enero, a lo que el juez Anthony Kelly les respondió que en este caso "la cola no va a mover al perro". Además, el primer ministro australiano, Scott Morrison, quien afronta una crisis por el repunte de la covid, subrayó hoy que "no hay casos especiales. Las reglas son las reglas"
El mandatario, quien busca su reelección este año, sintonizó con la indignación de la sociedad de Australia, en donde más del 90 % de la población mayor de 16 años está vacunada y ha sufrido durante meses una de las políticas de confinamiento y cierre de fronteras más duras del mundo, que hizo que no pudieran viajar ni para ver a sus seres queridos moribundos. "Todo lo que puedo decir es que la prueba de exención médica que se proporcionó se consideró insuficiente", manifestó Morrison, al recalcar que las reglas de control de fronteras "son claras y no discriminatorias".
Según el diario The Age, Djokovic argumentó que contrajo la covid-19 hace seis meses, uno de los motivos por los que se puede solicitar una exención médica en Australia, y que este permiso fue otorgado por Tenis Australia y el gobierno regional de Victoria, donde se juega el torneo, pese a las advertencias de las autoridades sanitarias australianas de que este tipo de permisos libres de cuarentenas serían rechazados.
La batalla legal en Australia puede servir como precedente de lo que ocurra en el resto de la temporada si Djokovic sigue sin vacunarse, ya que puede tener problemas en el torneo parisino de Roland Garros, después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, haya declarado que quiere "fastidiar" a los no vacunados.