Unos 24.000 aficionados del Liverpool se congregaron en Anfield para rendir homenaje a las 96 víctimas de la tragedia de Hillsborough, de la que este martes se han cumplido 25 años, en una emotiva ceremonia que reunió a jugadores, entrenadores y familiares de los fallecidos.
El acto anual en recuerdo de uno de los episodios más amargos de la historia del fútbol fue en esta ocasión especialmente emocionante tanto por el cuarto de siglo transcurrido desde aquella avalancha humana en el estadio del Sheffield Wednesday como por la reciente reapertura de la investigación sobre los hechos, que se cerró en 1991 sin señalar culpables.
Anfield guardó un minuto de silencio a las 15.06 GMT, la hora en la que el 15 de abril de 1989 el árbitro detuvo la semifinal de la Copa de Inglaterra entre el Liverpool y el Nottingham Forest al ver cómo los hinchas comenzaban a saltar las vallas hacia el terreno de juego tratando de evitar quedar aplastados.
Aquella jornada murieron 94 personas por asfixia o paro cardíaco y otras dos fallecieron en días posteriores, a pesar de que una serie de documentos desclasificados en 2011 apuntan a que al menos 41 de esas víctimas habrían podido ser reanimadas si hubieran recibido la atención adecuada. Esa nueva información impulsó un nuevo proceso judicial que comenzó el pasado 1 de abril y que se ha suspendido durante una semana para no interferir con los actos conmemorativos.
El deseo por esclarecer qué errores se cometieron antes y después de la tragedia marcó los diversos discursos que se pronunciaron en Anfield ante la actual plantilla del Liverpool, antiguos jugadores y entrenadores del club, así como aficionados y familiares de las víctimas. La ocasión sirvió además para estrechar los lazos con el Everton, el rival histórico de los reds en la ciudad de Liverpool.
Su entrenador, el español Roberto Martínez, fue el primero en tomar la palabra tras un breve servicio religioso y recibió una larga ovación por un discurso en el que dijo que Liverpool es una ciudad "unida" por la tragedia. "No fue correcto ni justo lo que ocurrió (en Hillsborough), ni fue correcto ni justo los que sucedió después. Las autoridades eligieron la ciudad errónea si pensaban que se iban a salir con la suya", afirmó Martínez.
Brendan Rodgers, actual técnico del Liverpool, que aspira esta temporada a conquistar la Premier tras 24 años de sequía, se dirigió por su parte a los familiares de los 96 fallecidos, que han luchado durante más de dos décadas para que se vuelva a investigar la tragedia. "Sois una inspiración para nosotros. Vuestro coraje, fortaleza, resistencia y amor por los que perdisteis me inspiran cada día como entrenador", dijo Rodgers.
En el aniversario de un desastre que contribuyó a cambiar las normas de seguridad en los estadios de todo el mundo, también el presidente de la UEFA, Michel Platini, se unió a los actos a través de un comunicado en el que señaló que los "pensamientos" del "fútbol europeo están con las familias de aquellos que perdieron sus vidas" en Hillsborough.
La nueva investigación, que dirige el juez John Goldring y que podría durar cerca de un año, se centra en averiguar si el estadio del Sheffield Wednesday tenía deficiencias de diseño que las autoridades podrían haber conocido y reparado. También estudiará la forma en la que la policía ejerció el control de la masa de aficionados antes y después de la avalancha, así como la actuación de los servicios de emergencia.
Los documentos que salieron a la luz hace tres años apuntan a que la policía alteró 164 declaraciones de testigos y eliminó otras 116 porque ponían en cuestión su labor. Los nuevos datos apuntan, además, a que las autoridades sabían que la seguridad en el estadio era precaria "en todos los niveles".
Un año antes se había producido otra avalancha en la misma grada, pero no se tomaron las medidas adecuadas para evitar que volviera ocurrir, mientras que la capacidad del campo se había sobrestimado y las vallas no cumplían los estándares mínimos de seguridad, según los documentos que han llevado a reabrir el caso.