Luis Figo presentó en Wembley su candidatura a la presidencia de la FIFA. El portugués arranca una campaña cuyo lema de campaña es "Para el fútbol". La iniciativa más trangresora es la vinculada al cambio de formato del Mundial. Figo sabe que no es favorito y necesita 'robar' votos a Blatter, el gran favorito, como sea. De ahí que haya anunciado un Mundial de 48 equipos, 16 más que en la actualidad. Una maniobra indiscutiblemente electoralista.
El portugués eludió pronunciar el nombre de Blatter, pero advirtió que "el fútbol no tiene hoy la imagen apropiada. He visto cómo se ha ido degradando en los últimos meses, y creo que la mayoría de las federaciones están listas y deseosas de un cambio democrático, con más transparencia, para que el fútbol vuelva a su ser. La transparencia es muy importante para mí". Afirmación esta última que contrasta con su forma de actuar en su años de futbolistas, ya que hay que recordar que Figo fue sancionado en Italia por duplacidad de contrato y en España, siendo jugador del Barcelona, firmó un contrato con Florentino que le acabó haciendo fichar por el Real Madrid.
Figo, que presentó su candidatura acompañado por una atractriva presentadora, declaró que "es tiempo de devolver al mundo del fútbol todo lo que me dio". El portugués, avalado por el lobby luso que lidera Jorge Mendes, quien se ha visto perjudicado por la prohibición de los fondos de inversión en el fútbol impulsada por Blatter en la FIFA, cuenta con el apoyo de inicio de Montenegro, Macedonia, Polonia, Dinamarca y Luxemburgo. Para aumentar ese escuálido respaldo ha prometido un Mundial de "40 o 48 equipos" que podría disputarse en "cuatro días más de torneo" y se dividiría en dos torneos de 24 equipos en dos continentes, con una fase final en el país anfitrión.
Además apeló al tema económico con medidas populistas, prometiendo que durante los próximos cuatro años destinará a las federaciones nacionales la mitad de los ingresos de la FIFA para crear infraestructura y para el fútbol base. Y les aseguró "más representación en el órgano directivo global". Sumó a su programa el uso de la tecnología en las decisiones arbitrales.
Cuando le tocó hablar de la presunta adjudicación irregular de los mundiales de Rusia y Catar, Figo prefirió mirar con su cinismo habitual hacia otro lado: "Eso es algo de hace ya años y si no fueron demostradas las irregularidades no creo que Qatar tenga que ser perjudicado".