No fue el combate del siglo, pero la pelea cumplió con las expectativas de los aficionados al boxeo de toda la vida. De un lado, el ultraofensivo Pacquiao, con sus combinaciones largas de golpes y su boxeo combativo. Del otro, el ultradefensivo Mayweather, con su boxeo contragolpeador y afilado. El filipino armado con su poderoso directo de izquierdas y el americano con su pesada derecha recta. Dos armas colosales lanzadas con una velocidad descomunal por ambos. Dos golpes que protagonizaron los mejores momentos de la pelea.
Contará la historia que que el combate fue cerrado, dominado por la mayor envergadura y distancia de alcance del estadounidense. Y contará que el jab de izquierdas de Mayweather hizo más daño a Pacman que el de derechas del filipino al yankee. Históricamente ese jab de Money siempre ha dado muchos problemas a los boxeadores zurdos. Y esta vez no fue distinto. Money se parapetó tras él y cruzó el golpe una y otra vez cortando las acometidas de Manny. Estaba tan cómodo que incluso llegó a convertirlo en un golpe de ataque en algunas fases del combate. Hipnotizó a Pacman con el jab, pero donde se mostró especialmente certero fue con el directo de derechas, que conectó varias veces en el rostro del filipino. Eligió bien, no por nada está considerado un estudioso del ring.
Pacquiao, por su parte, no fue capaz nunca de romper la distancia de su rival. No logró entrar en el cuerpo a cuerpo para encadenar sus demoledoras combinaciones largas. Comenzó la pelea comedido, estudiando a un Mayweather muy dinámico que siempre se salía de las cuerdas. A medida que pasaban los asaltos, Pacquiao caminaba mejor por el ring, cortando la salida a su adversario, llegando a conectar alguna combinación que hizo resentirse a Floyd.
Históricamente ese jab de Money siempre ha dado muchos problemas a los boxeadores zurdos. Y esta vez no fue distinto
Pero Manny no fue capaz de descifrar la guardia de Mayweather, no cruzó el laberinto del estadounidense, como ninguno de los 47 rivales anteriores. Mayweather comenzó abrazándose demasiado con la permisividad del árbitro. Después bailó alrededor del filipino, amo y señor del centro del cuadrilátero y de la iniciativa. Y acabó jugando al gato y al ratón con el asiático. El boxeo telemétrico de Mayweather no tiene rival hoy en día. No seduce ni emociona, pero es difícil imaginar un boxeador que rentabilice mejor su boxeo que el estadounidense: guardia larga, derecha profunda. No tiene el carisma de Ali ni la pegada de Marciano, pero domina la distancia como nadie, sabe comerse golpes y tiene un directo que pesa mucho.
Pacquiao se dejó muchos golpes por el camino, conectando sólo 81 de los 429 que lanzó. Mayweather fue más quirúrgico, aterrizando 148 de las 435 intentados. Money ganó merecidamente. Lanzó más golpes que Pacman y conectó casi el doble. La frustración del filipino al verse incapaz de descifrar la guardia del rival acabó desguarneciendo su boxeo. Las tarjetas de los jueces anunciaron una victoria por decisión unánime, aunque a Dave Moretti se le fue la mano a la hora de contar registrando una sorprendente tarjeta de 118-110, cuando la realidad tiene más que ver con el 116-112 de sus otros dos colegas o incluso con un 115-113. Alguno llegó a reclamar el nulo y Pacman advirtió, con tono resignado, que se vio ganador: "Mayweather no hizo nada, solo corrió".
Pero la pelea cayó justamente del lado de Mayweather, que suma un 48-0 que le sitúa a victoria del mítico 49-0 de Rocky Marciano. Todo apunta a que será en septiembre y puede que 200 millones de dólares sean una buena excusa para hacerlo. Ganó el que mejor se defendió, el que más pegó, el que mejor gestionó el combate. Ganó Meyweather, por sensaciones y por estadística. Si Ali volaba como una mariposa y picaba como una abeja, Mayweather defiende como un puercoespín y pica como una cobra.