Deportes

Miguel Cardenal habla de "desmesura" y "acoso" al Barcelona en el 'Neymargate'

El presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) defiende en una columna que publica el diario 'El País' a un Barça "acosado" hasta la "desmesura" por el 'caso Neymar'. Aunque pueda parecer un guiño al club catalán, Cardenal lo hace desde la responsabildiad de su cargo y el convencimiento jurídico de una materia que domina.

El Barça es el equipo de Xavi, Puyol, Busquets, Piqué, Cesc, Víctor Valdés, Pedro... y de Iniesta, que marcó el gol que nos metió en la Historia, que nos trajo tanta felicidad, que rindió al mundo a los pies de un estilo de juego. En el Barça se formó desde los 12 años Juan Carlos Navarro, y allí se encontró con Pau Gasol, integrantes del equipo ÑBA que ha deleitado en los dos últimos Juegos Olímpicos y que lo ha ganado casi todo.

El FC Barcelona no es sólo un activo fundamental de la Marca España. Es también un club polideportivo de referencia, que apuesta por la cantera como seña de identidad, en cuyos viveros se han formado muchos de nuestros mejores deportistas de modalidades menos mediáticas, como los que nos han hecho campeones del mundo de hockey patines, balonmano o fútbol sala. El Barça cree con decisión en la igualdad, y por eso sus equipos femeninos son tan numerosos y excelentes; incluye en sus secciones deportistas discapacitados; apuesta por la integración acogiendo en sus escuelas niños llegados a Cataluña de todos los rincones del mundo. Hace unos meses el club fue galardonado con el Premio Nacional del Deporte a la mejor entidad de España en 2012, distinguido por su aportación de tantos deportistas a los Juegos de Londres.

El Barcelona podría presumir de ser el equipo que más impuestos genera

Por eso, me rebelo ante la desmesura a la que asisto estos días. No haría honor a la responsabilidad que me han confiado si callara mientras un escudo que ha aportado a nuestro deporte tanto como el que más es acosado y acusado. Ese escudo es patrimonio del deporte español, porque lo defendieron y defienden cientos de nuestros héroes. De Luis Suárez a Epi. De Jordi Torras a Ana Peleteiro. De Kubala a Valero Rivera.

Rigor con el deporte profesional. En la actualidad, trabajamos con el baloncesto y el balonmano para la implantación de sistemas de control económico, buscando competiciones sostenibles integradas por equipos saneados. Los protocolos y las regulaciones gestadas y en elaboración, las reuniones periódicas con cada club y Sociedad Anónima Deportiva en el Consejo Superior de Deportes, siguen el modelo que empezamos hace dos años en el fútbol. De la mano de la Liga, se han dado pasos decisivos para cambiar una cultura, y con ello el fútbol ha volteado el rumbo. Por primera vez, los equipos son capaces de ajustar sus gastos a sus ingresos, por primera vez la competición en su conjunto dará beneficios, por primera vez amortizará deuda, por primera vez caminará hacia el saneamiento y no hacia el precipicio. Y entre esa deuda, los equipos se han aplicado, también de forma inédita, para que no solo deje de crecer la que mantienen con las Administraciones Públicas, sino para que descienda de forma significativa. Con motivo, los magníficos profesionales de Hacienda pueden presumir de ello.

Hemos entendido la transparencia como una exigencia ineludible, medio que hace posible a los ciudadanos pedirnos cuentas a los responsables políticos. Hemos publicado en la web del Consejo Superior de Deportes las auditorías del deporte profesional con los datos de la última década. Estamos actualizando cada año esos datos. Por cierto, el FC Barcelona bien podría presumir de ser el equipo de fútbol que más impuestos genera en el mundo —el tipo máximo del IRPF en Cataluña es el 56%—, recordando que está al corriente con las Administraciones Públicas.

No me corresponde participar en el debate sobre la información dada por los responsables del fichaje de Neymar. Tampoco en el terreno propio de los jueces y de la Agencia Tributaria. Pero lo que sí tengo claro es que en este momento nadie piensa que alguien vinculado al Barcelona se haya apropiado de cantidad alguna, y también me consta la voluntad de sus directivos de cumplir con la ley, como es la tradición en ese club, lo que implica, si se hubieran equivocado en algo, la rectificación.

Lo que en esta ocasión singulariza el caso sobre sus precedentes, es que ordinariamente recorrían los tribunales ciñéndose a ese debate sobre impuestos

El quicio de la discusión son los llamados derechos federativos. Son una realidad reconocida y aceptada por los Tribunales de Justicia, y por supuesto en la sede especializada que constituye el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). Es cierto que se trata de una institución controvertida, pero negar que es moneda corriente en el tráfico jurídico del fútbol actual es faltar a la verdad, como lo acreditan no pocos de los traspasos de jugadores de esta misma temporada. Dependiendo de cómo se usen, la relación entre los sujetos y otras variables, las consecuencias fiscales son diversas.

Lo que en esta ocasión singulariza el caso sobre la larga lista de asuntos precedentes con discusiones parecidas, es que ordinariamente recorrían los tribunales ciñéndose a ese debate sobre impuestos. La extraordinaria repercusión mediática provocada por la identidad del club, el inusual inicio de la investigación en el ámbito penal, y una sede jurisdiccional que los ciudadanos identifican con delitos gravísimos, ha propiciado que muchos ciudadanos se estén preguntando si el Barça merece hoy el crédito que hasta hace unas semanas le concedían como una entidad ejemplar. A ello ha contribuido un defecto desgraciadamente arraigado en nuestra sociedad y que va más allá del fútbol: la sana rivalidad frecuentemente es desplazada por un enfrentamiento enfermizo, en el que la expresión de la diferencia se lleva a cabo mediante la destrucción de lo común y compartido por todos. Alguno de los debates solo se explican sosteniendo que lo que los demás aportan a lo colectivo va en detrimento de lo propio, y eso niega el proyecto común.

Ojalá desapareciera todo lo que hay de juicio paralelo, tan deletéreo para la imagen de una de las instituciones más admiradas de nuestro país

Más allá del estruendo de estas semanas, todos, sean cuales sean nuestros colores, creo que podemos seguir igual de orgullosos de que el Barça sea un club de los nuestros. Al margen de que no exista condena alguna en una fase tan incipiente de un proceso cuya evolución nadie puede prever, el FC Barcelona tenía motivos para sostener la convicción de que actuaba conforme a la legalidad, al acudir a una praxis común, y ha dado muestras repetidas e inequívocas de querer cumplir escrupulosamente sus obligaciones, en el caso de que hubiera incurrido en un error.

Ojalá desapareciera todo lo que hay de juicio paralelo, tan deletéreo para la imagen de una de las instituciones más admiradas de nuestro país, tan negativa para la percepción de nuestro deporte, tan desafortunada para la proyección de España. Invito a que cada uno, desde nuestras respectivas responsabilidades, contribuyamos a ello en beneficio del deporte español, que tanto debe al Barça.

Miguel Cardenal es Presidente del Consejo Superior de Deportes, catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad de Extremadura y experto en Derecho Deportivo.

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